Pasaron décadas y Unión es el culpable de que se sigan viendo
Desde el “Fantasma” Ruiz, autor del primer gol en la A hasta Carlos Mazzoni, que estuvo a un paso de ser campeón en el 79, aquéllos que tanto contribuyeron a la historia tatengue compartieron una mesa bien rojiblanca.
Pasaron décadas y Unión es el culpable de que se sigan viendo
Se mezclaron tiempos, épocas. Los unen dos colores: el rojo y blanco de la camiseta de Unión. Algunos están por cumplir casi seis décadas de aquél instante en el que deslumbraron en ese 15 de Abril, acunando sueños, disfrutando éxitos y aprendiendo de los pequeños y temporales fracasos. Se ganaron el cariño y el respeto de la gente, que es, en definitiva, el tesoro más preciado. Algunos de los que eran de afuera, se quedaron a vivir en Santa Fe. Y los de acá, fortalecieron esos vínculos que empezaron a crear desde muy niños, cuando jugaban en el barrio o en esos clubes famosos como San Antonio o Copacabana, del que salieron grandes figuras.
Nombrar al “Fantasma” Orlando Ruiz, el implacable goleador del ascenso del 66 y el hombre que tiene el orgullo de haber gritado el primer gol de Unión en la historia del recorrido en la “A” (marzo de 1967 ante Banfield); a Mario Mendoza, el “Loco”, el del ascenso en 1968 y el que luego triunfó en Newell’s, en San Lorenzo y fue campeón de todo con Independiente; al Patón Rossi, César Toyé, Jorge Artucio y “Pachín” Bonaveri, que mordieron el polvo de haber representado al club en los duros tiempos del Regional hasta ser protagonistas en llevarlo otra vez a la A.
A Juan Pablo Garzón, un inolvidable y recordado arquero de aquellos tiempos de finales de los 60 y principios de los 70 y Carlos Mazzoni, que estuvo a punto de lograr una estrella con el subcampeonato Nacional de 1979 (hizo el gol de aquella final con River), es suficiente para darse cuenta de que en esa mesa, plagada de buenas historias, anécdotas al por mayor y mucha gloria acumulada, cayeron muchas lágrimas que no lograron desafiar a esos recuerdos que estos muchachos mantendrán en su memoria hasta el final de sus días.
Todos ellos dispararon sus carreras, antes o después, hacia otros lugares, otros clubes, otras camisetas, otras hinchadas y otros compañeros. Por respeto, no harán comparaciones. El Loco Mendoza, por ejemplo, fue a prueba al Real Madrid y salió campeón del mundo con Independiente. Así podríamos hablar de cada uno de ellos. Pero Unión los “puede”.
Pasaron horas y se juraron volver a verse pronto. Quedan muchas cosas por contarse, muchas anécdotas, partidos, compañeros, dirigentes, entrenadores que recordar. En la despedida, en el apretón de manos o el abrazo, cada uno de ellos sintió que volvieron a esos tiempos en los que contribuían a que muchísimos miles de santafesinos sintieran la felicidad a pleno, al menos por un rato.