Algunos jugaron muy bien de punta a punta, caso Luna Diale y Machuca hasta su salida; otros fueron de mayor a menor (Gastón González) y a alguno (caso Sebastián Moyano), le bastó con una sola intervención para convertirse en otra figura preponderante en el orden individual, más allá de que Munúa haya rescatado la labor del equipo por encima de los rendimientos de cada jugador.
Machuca (8) se terminó llevando los mejores aplausos, aunque casi en un mismo nivel de importancia hay que ubicar a Luna Diale (8). Lo del juvenil Imanol fue notable. Imparable para Blanco, sólo se puede evaluar hasta qué punto tuvo incidencia en el gol de Central, porque Blanco, precisamente, apareció muy solo en una proyección por izquierda para colocar el centro que definió muy bien Marco Ruben de cabeza. Después, el pibe de Unión hizo todo bien. Cuando jugó por derecha, en el primer tiempo, además del gol se cansó de desbordar, armando una buena dupla ofensiva con las subidas de Vera o con alguna aparición de Luna Diale. En el complemento, intercambió posiciones con Gastón González y siguió desequilibrando. Mientras tanto, Luna Diale no paró de complicar durante los 90 minutos, flotando por todo el frente de ataque, armando jugadas y llegando con decisión a posiciones de gol.
Sebastián Moyano (7) fue clave en el resultado. Iban 44 minutos del segundo tiempo cuando metió un “atajadón” impresionante ante un cabezazo de Gamba que iba derecho al gol. Manoteó la pelota y esta se fue apenas por encima del travesaño, al córner. El partido estaba 2 a 1 y Central lo hubiese empatado inmerecidamente si no apareció esa gran intervención de Moyano.
Vera (5) tuvo decisión para pasar al ataque, pero fue amonestado y tuvo algunas complicaciones en la marca. Por eso, Munúa decidió cambiarlo por un Blasi que no paró de subir cada vez que pudo en la media hora larga que le tocó jugar. En esa línea defensiva, el más destacado de todos fue Franco Calderón (7), implacable en la marca durante todo el partido, seguro, firme y hasta metiendo un cabezazo de gol que el travesaño le negó cuando ya Broun estaba totalmente vencido. Portillo (6) hizo un buen partido, tanto cuando fue central como cuando pasó al medio después de la salida de Nardoni y Corvalán (6) también redondeó un aceptable partido, independientemente de algunas pelotas que le pusieron a sus espaldas y que generaron cierto peligro.
Tenés que leerJuega para gozar pero defiende para sufrirEn el medio, a lo ya dicho de Machuca, hay que realzar el trabajo de Gastón González (7), que fue de mayor a menor. Si algo no hizo bien González, fue la definición. En el segundo tiempo tuvo dos chances muy claras, en una se demoró por no pegarle de derecha y en la otra la tiró cruzada y en forma desviada. Mientras tanto, Roldán (6) y Nardoni (6) confirmaron que forman una buena dupla de volantes centrales, alternándose en la contención y el manejo de la pelota, presionando bien arriba en la parte inicial, cuando Unión lo tuvo acorralado durante casi todo el tiempo a Central.
Arriba, a lo ya apuntado de Luna Diale, hay que sumar el valioso aporte que hizo Márquez (6), quien no alcanzó a definir bien en un par de chances que tuvo (sobre todo un remate muy débil y a las manos de Broun en el segundo tiempo), pero fue positivo en el funcionamiento de una línea ofensiva que marcó diferencias con el sector defensivo del rival. Por momentos, Unión parecía imparable para la defensa de Central.
De los que ingresaron, Blasi (6) se proyectó siempre con mucha decisión; Brítez se paró de segundo marcador central, pasando Portillo al mediocampo; García fue decisivo al convertir el tercer gol que le dio respiro a un Unión que mucho antes merecía liquidar el partido, en tanto que Zenón tuvo activa participación por derecha, mucho más que la que le tocó a Peñailillo por la izquierda, en el puñado de minutos que jugaron.
Un partido más que interesante jugó Unión, en lo individual y en lo colectivo. En el mérito (la gran cantidad de situaciones de gol creadas) estuvo el pecado (no aportar eficacia y por eso esperó hasta el minuto 92 para festejar).