El plantel de Unión viene entrenándose por la mañana, salvo el miércoles, que lo hará por la tarde y luego quedará concentrado en Casasol a la espera del encuentro. Las entradas se venden lunes y martes en el estadio y jueves en Atlético Gimnasia y Esgrima
Hay razones deportivas y económicas. Las deportivas están a la vista: meterse en los octavos de final de la Sudamericana (algo que superaba hasta los planes más optimistas, en el arranque, teniendo en cuenta la envergadura de los rivales) y meterse en octavos de final (algo que ya logró cuando dejó en el camino a Mineiro, Emelec y cayendo ante Bahía, pero en una Sudamericana con formato diferente al actual). Y las económicas, implican mejorar ese ingreso ya asegurado de 900 mil dólares por haber participado en esta Copa que lo tiene invicto en cuatro partidos y con dos "finales" por delante, con más dinero para todos: club y plantel.
A esas razones deportivas y económicas, hay que agregarle la importancia de solidificar este proceso de un entrenador como Gustavo Munúa, que más allá del tropiezo final en la Copa de la Liga con esas cinco derrotas al hilo, ha mejorado la imagen futbolística de Unión dándole crecimiento al equipo y a los jugadores con una idea de juego basada en la entrega física y la intensidad.
Mirá tambiénMunúa avisa: "Se vienen partidos calientes"Se vienen dos partidos en los que debe sacar a relucir, al margen de atributos futbolísticos, esa templanza y coraje que son propios de los momentos decisivos. Unión va a jugar dos "finales" con Fluminense y Junior, equipos con los que ya ha confrontado y que no son ningún "cuco". En Santa Fe, los colombianos hicieron su negocio con un esquema de mucho respeto y jugando a esperarlo a Unión (algo que seguramente no repetirá en Barranquilla). En el Maracaná, Unión jugó un buen partido ante Fluminense, tuvo la chance de definirlo a su favor y en la jugada del final casi lo pierde, cuando apareció ese "atajadón" de Mele para conservar el empate.
Fluminense no puede especular con el empate y necesita ganar en Santa Fe. Esto puede convertirse en un arma de doble filo. Por un lado, el hecho de que los brasileños tendrán que salir a buscar el partido y eso le puede brindar a Unión los espacios necesarios para evitar el acorralamiento al que muchas veces se encuentra sometido cuando el rival juega a esperarlo y le achica espacios cerca de su área. Por el otro, la necesidad de no dejarse superar por un equipo que juega su última carta para llegar con posibilidades a la última fecha.
Hay tres jugadores que deberán jugar su propio partido. Polenta, Álvez y Brítez son los que deberán darle el aplomo al resto de sus compañeros (faltará Corvalán y los demás son jugadores jóvenes). En un choque de esta naturaleza y con una cancha llena, se vivirá una tensión diferente y a la que habrá que saber adaptarse.
Después, si hablamos de lo futbolístico, Unión supo evitar en Río de Janeiro lo que es una "especialidad" de los equipos brasileños cuando juegan de local y saben presionar y llevarse por delante al adversario. Eso no ocurrió en ningún pasaje del partido. La necesidad de ganar, llevará a Fluminense a jugar un partido de "igual a igual" y exento de mayores especulaciones. Frente a eso, a Unión le vendrá bien volver a sus fuentes: la de ser un equipo intenso, de mucha presión y que capitalice los espacios.
Se le tiene que abrir el arco. El equipo ha decrecido en esa capacidad que antes tenía de generar situaciones y adolece de eficacia ofensiva. Hace pocos goles y esto ha sido contraproducente, tanto en el torneo local como en la Sudamericana misma. Es posible que juegue Roldán, con lo que Munúa le brindará una posibilidad más de juego y que no todo pase exclusivamente por Luna Diale, al que aún le cuesta volver a su verdadero nivel. Con Peralta Bauer por derecha, más allá de alejarlo del arco, también tiene una posibilidad más para llegar al gol. Y es posible también que, buscando equilibrio en el mediocampo, Portillo sea el volante central de contención.
A Munúa no se lo discute por más que se haya desperdiciado la chance de la Copa de la Liga (no era fácil pero sí accesible para Unión). Clasificar en la Sudamericana sería un gran espaldarazo para un técnico que ha demostrado mucha seriedad y capacidad en su trabajo, dándole una identidad de juego a su equipo y crecimiento a los jugadores. La chance que se le abre el jueves es muy grande en todo aspecto: siempre es lindo ganarle a un equipo brasileño y máxime si se trata de uno de los más importantes de un país tan rico en historia. Así debe prepararse Unión y vivir una de esas jornadas que luego quedan grabadas a fuego en el recuerdo.