El "conservadorismo futbolero" de Spahn que hace "estallar" al Kily
Se fueron dos jugadores titulares, el club sigue inhibido, vendió por 19 millones de dólares en los últimos tres años, hay plata pero los refuerzos no llegan y el técnico reclama.
El "conservadorismo futbolero" de Spahn que hace "estallar" al Kily
El 12 de marzo, en un artículo que se publicó en El Litoral, dábamos cuenta de los 18 millones de dólares por los que había vendido Unión desde Gastón González hasta Zenón. No se contemplaba, obviamente, la venta de Luna Diale. La mayoría de los jugadores transferidos eran nacidos en el club o traidos, como Portillo, para darles el último “toque” antes de tirarlos a la cancha en Primera. Nunca antes Unión había tenido esta posibilidad de contar con un desahogo semejante para su tesorería. Los dirigentes mencionan, a menudo, que es necesario vender dos jugadores por año para equilibrar las cuentas. Los de Unión y también los dirigentes de las otras instituciones, sea de la categoría que fuere. Unión superó largamente ese objetivo. Vendió por un dinero que antes no vendía y a mercados – muchos futbolistas fueron directamente al exterior – que antes no se fijaba en jugadores de Unión. Cambió el paradigma, mejoró claramente la vidriera, pero la realidad es que el reinicio de este torneo toma a Unión en la misma situación: 1) el club sigue inhibido; 2) no llegó ningún jugador para reforzar el plantel y, por el contrario, se fueron dos (Luna Diale y Vera), de los habitualmente titulares.
Todo esto ocurre en un contexto ideal que hoy existe para dar el salto. El equipo arrancó bien el torneo, se nota claramente que hay un crecimiento, que sabe a lo que juega y el técnico también viene dando síntomas evidentes de progreso y madurez (algo lógico teniendo en cuenta la juventud del Kily y que sigue haciendo “sus primeras armas” desde un lugar distinto al que siempre tuvo y que fue adentro del campo de juego y no desde afuera). El presidente Spahn, en una charla con El Litoral el día de la presentación de la Copa Santa Fe, dijo que “el mejor refuerzo que podemos tener es el de mantener el plantel”. Y creo, sin temor a equívocos, que el técnico también lo planteaba desde un lugar de mínima. Se sabía que el concepto de mantener el plantel iba a ser complicado de mantener. O casi imposible. En ese contexto, Unión perdió dos titulares y en el marco de un plantel corto, como ayer lo señaló – y con razón – el entrenador. A Unión no le sobraban jugadores, sino que le faltaban. Sobre todo en el puesto y función de Luna Diale. Pero no vino nadie y tampoco se levantó la inhibición. Pasaron los 40 días del receso y la situación del plantel es peor que la del 15 de junio, cuando le ganó a San Lorenzo en el último partido de aquella serie de cinco fechas que dio inicio a esta Liga Profesional. Peor por la ya apuntada salida de dos titulares y de ninguna llegada. Sin dudas que se ha perdido el tiempo, más allá de las entendibles complicaciones que surgen de un mercado de pases que todos admiten como complejo.
Cristian Kily González, DT de Unión. Crédito: Demian Alday Estévez
“No estoy tranquilo, se fueron jugadores, tuvimos que apostar por jugadores que no venían jugando y me encanta el compromiso. Eso me deja tranquilo por un lado, pero somos conscientes de que necesitamos jugadores que jerarquicen el plantel. La gente de Unión quiere un equipo competitivo y hay que entender que se ilusiona y está bien que así sea. Entiendo también que vivimos en un país con una moneda que no es competitiva. Insistiré. Los dirigentes saben que no estoy contento y todo lo que digo acá, ya se lo dije a los dirigentes. Hay opciones de jugadores y confío en que finalmente esos jugadores que pretendo van a venir”. Cristian González se vació como quiere que se vacíen sus jugadores adentro de la cancha. Lejos de estar contento por el buen rendimiento que tuvo el equipo – sobre todo defensivo – y por los méritos que hizo Unión para ganarle a Estudiantes (cosa que mereció), se le notaba, en ese gesto adusto, la impaciencia y el disconformismo por un mercado de pases hasta ahora deficitario si se lo mira desde el plano absolutamente futbolístico. Y para colmo, con una inhibición que no se levanta.
Ya vuelvo al Kily y sus declaraciones. Unión tiene un presidente, como Luis Spahn, que evidentemente no se larga o no se anima a arriesgar para elevar el nivel del plantel. En algunas circunstancias lo hizo, como cuando en el 2014 armó un equipo que se “comió” el torneo de Primera Nacional (el año de los diez ascensos que tornaba, al retorno a la A, como una “obligación”) o cuando, apremiado por un promedio complicadísimo, trajo lo que tenía que traer para armar un equipo competitivo (con Madelón de DT y con Damián Martínez, Fragapane, Aquino, Bottinelli, Gómez Andrade y Zabala, entre otros). Este es un momento ideal para hacer el esfuerzo, alejar los fantasmas que tuvieron a maltraer a los unionistas el año pasado y volver a incursionar en los torneos internacionales. El equipo da muestras claras de estar capacitado, mínimamente, para eso. Pero no lo hace. Tiene un “conservadorismo futbolero” que no termina de entenderse para estos tiempos de “vacas gordas” por esas ventas que le dieron una fuerte inyección económica al club. Unión no está en la lona como ya lo estuvo y donde él, como presidente, tuvo que salir con chequera y aportes personales a levantarlo. Pero, si no hace ahora un esfuerzo por “tirar una canita al aire”, la pregunta es: ¿cuándo lo hará?
El presidente Luis Spahn. Crédito: Pablo Aguirre
Vuelvo al Kily y sus declaraciones luego del partido con Estudiantes. “Resulta que siempre me voy de vacaciones y, cuando vuelvo, Unión está inhibido”, dijo el técnico de Unión. “Yo soy el que pone la cara y digo que hay que hacer un esfuerzo, tengo una relación muy particular con Luis, con el presidente, eso también es cierto. No puedo decir que sea una relación de amor-odio. Me llevo bien. Pero si pierdo tres partidos me tengo que ir”, señaló. Y tiró más conceptos: 1) “A veces discutimos con el presidente, traer jugadores no es un gasto, es una inversión. Y hay que invertir para potenciar a la gente joven. A fin de año se nos vencen ocho contratos y eso también es un tema a charlar. Sé que se hizo el esfuerzo por Pardo y por Balboa, para comprarlos, pero es el momento de dar una vuelta más de tuerca y mirar que no es un gasto el de traer jugadores, sino una necesidad porque se nos fueron dos jugadores importantes y no llegó nadie”. 2) “Entiendo que a los jugadores hay que venderlos cuando llegan buenas ofertas. Y esto lo digo porque en su momento señalamos que el mejor refuerzo es mantener el plantel, pero a sabiendas de que iba a ser difícil. Pues bien, es el momento de atender esta situación. Los jugadores se fueron y hay que darle solución a esa falta de jugadores, más allá del esfuerzo que hacen los muchachos a los que les toca entrar y que no han tenido muchas oportunidades en este tiempo”. 3) “Desde que llegué estoy en lo mismo, hablo con un jugador que quiero y lo primero que me dicen es que Unión está inhibido. No necesito mandarle mensajes al presidente con ustedes ni con nadie. Se lo digo en la cara a todo esto que estoy señalando. El jugador desconfía, cuando les digo que los quiero traer, desconfían. Esa es la realidad. Así no se puede, porque la situación cansa. Defiendo la camiseta de Unión a morir y así será hasta el último día. Más importante que Unión no hay nadie, a eso hay que entenderlo. No se puede mirar adelante si no arreglás lo que hoy está mal”. 4) “ Fragapane me interesa, lo conozco muy bien, él conoce el club y eso es lo que también me importa porque sabe adónde viene. Es un jugador por el que pedí que se hiciera un esfuerzo. Por él y por otros. He hablado con varios jugadores y tengo confianza de que lleguen. Es lo que espero”.