Había que mirar las caras cuando en ese primer tiempo a Unión, al que hace un año no le cobran un penal a favor en el fútbol argentino, Tello marcó la pena máxima a favor de Gimnasia. “Estamos condenados”, pudo pensar alguno. Porque Unión regalaba goles y el visitante no pasaba la mitad de la cancha. Pero apareció Mele y la gente lo gritó como un gol importante, cuando Tarragona se resignó ante el arquero-maravilla que vino de Uruguay.
En día atípico con horario inadmisible (domingo a las 11 de la mañana) y con un clima de locos, la gente jugó y ganó su partido por goleada. Arriba, en las tribunas, el pueblo tatengue ganó antes que el equipo del “Gallego” Méndez allá abajo en el verde césped del 15 de Abril.
Multitud y calor, griterío, banderas, camisetas. Como si peleara el campeonato y no el descenso. “Las buenas ya van a venir”, vienen cantando. Y al fin llegó una buena: tres puntos de oro y bien jugados. Ganados en buena ley. Fue 2-0 y hasta pudo ser más amplio.
Un domingo feliz para el Tate. Hace tres fechas era descenso clavado. Falta mucho, pero Unión está vivo y dará pelea. Como se merece su gente, ésa que en las tribunas ganó el partido antes que el equipo.