Le gritaron tantas veces “largalaaaa” (así con la letra a extendida) desde las tribunas, que se perdió el 3-0 por querer aumentar la cuenta del goleador del IPEI. Pero ese acto de generosidad brutal hacia el Benjamín Dómina tendría su recompensa, cuando en la contra perfecta del cafetero Castrillón la mandó a la red de Rey para sellar el 3-0.
El partido de Machuca fue casi perfecto, acaso entendiendo que “perfecto” fue Diego en el Azteca o Messi en Qatar. Intratable, imparable, imposible de frenar cuando va para adelante. Cuando arranca, parece tener otra “caja”, otra marcha.
Jugada monumental, la que sólo hacen los grandes, desparramando gente como si nada por todos lados. Y el pase gol justo, preciso, mortal.
Apilada y tumbada antes del segundo, el de Kevin Zenón de tiro libre que “ayuda” Rey. Y golazo propio en el tercero, abriendo el pie como los que saben, dejando como inútil a uno de los mejores arqueros de Argentina.
La rompió Machuca, fue el MVP, con ese “Bigotito” en modo NBA. El jugador más valioso. El MVP: “Machuca Vale Palos”. Más allá que pueda acomodar la tesorería, por ahora acomodó el equipo que juega a su ritmo. Desde este 3-0 contra Independiente y luego de una tarde-noche casi perfecta, por un tiempo nadie le gritará “largalaaaaaaaaa…pibe”.