Unión tiene un mérito y un defecto que van de la mano. El mérito es la idea, la búsqueda. También la generación de situaciones. El defecto es que todo eso se desvanece a la hora de concretar, incluso en partidos que ganó y hasta marcando varios goles (Sarmiento y, sobre todo, Rosario Central). Cuando un equipo genera muchas situaciones pero no marca y por eso termina relegando puntos, el mérito se convierte en defecto. Perder eficacia o directamente no tenerla, en el fútbol, es un problema. Y a Unión le está pasando, porque nadie lo ha pasado por arriba ni tampoco lo ha superado en estos siete partidos que lleva Munúa como técnico. Pero la sumatoria de puntos es escasa en función de lo que mereció. En consecuencia, a la propuesta le falta concreción.
Unión erra goles abajo del arco o cuando no hay arquero. Le pasó con Newell's en Rosario y también el jueves ante Defensa y Justicia, un equipo que es animador del torneo, que lleva una racha tremenda de buenos resultados y que, evidentemente, se está aprovechando de esa racha. No hay nada que hacerle. Cuando un equipo se acostumbra a ganar, gana; a veces, sin merecerlo. O con zapatazos poco habituales en el fútbol argentino, como los dos golazos que hizo Walter Bou, la "cuña del mismo palo" que debió sufrir Unión.
Quizás a la idea, sin abandonarla, haya que depurarla. ¿De qué manera?, como primer punto de partida, mejorando la definición. El mismo Munúa habló de 20 situaciones contra Racing, de 18 contra Rosario Central, muchas menos pero demasiado claras ante Newell's y una decena fácil de ocasiones propicias ante Defensa y Justicia. Es decir, tener eficacia es lo primero sobre lo cuál el técnico tendrá que insistir. Con lo que tiene en el plantel o buscando alguna otra variante afuera. Pero ese objetivo se impone.
Después, posiblemente en este proceso de crecimiento futbolístico de un equipo joven haya que tener un margen de espera para que se logre la consolidación de algunos jugadores. Paralelamente, también habrá que advertir cuáles son los momentos para jugar de una manera y en qué momento hay que modificar algo del libreto original, cuando el resultado así lo aconseja. Por ejemplo, Unión se fue al descanso contra Defensa ganando el partido 2 a 1 después de darlo vuelta. Quizás era imperativo hacer algo distinto para cuidar mejor ese resultado, algo que, por lo visto, no formó parte de las prioridades.
"Estamos trabajando todos los días buscando lo que todos ven que nos hace falta: mantener nuestro arco en cero", dijo Munúa luego del partido. No lo pudo lograr en ninguno de los siete que lleva dirigidos. Ese es un serio problema, que se acentúa si, en contrapartida, el equipo no tiene un nivel de eficacia importante. Así como hay equipos que llegan cuatro veces y marcan tres goles (pasó con Defensa) o aún en la mediocridad, cuentan con ese beneficio de la eficacia (pasó con Newell's), Unión atraviesa una etapa en la que su fútbol merece otra suerte en el resultado y no la tiene.
Por eso el sentido de estas líneas y el título que intenta resumirlo: Unión juega más de lo que gana. Y en una sociedad exitista, que impone reglas basadas en el éxito o el fracaso, hay aspectos que se desvanecen ante la evidencia de un resultado. El fútbol, por ser un reflejo de esa sociedad, no escapa a esa ley general. Si un equipo gana, no importa el cómo, porque lo que importa es que ganó. Y cuando un equipo pierde, la validez de los métodos y los argumentos del juego se caen como castillo de naipes frente a ese imperio del resultado que a todo lo demás lo "destruye".
Marcelo Bielsa dijo hace poco, hablando del Maestro Tabárez, que "lo que está haciendo con la selección de Uruguay es proyectar el futuro de la misma. Admiro mucho las oportunidades que se les está dando a las jóvenes promesas. Eso se paga con malos resultados, pero será el fruto de grandes cosas en los próximos años". Es posible que el proyecto de la secretaría técnica, que debió tomar de arranque la decisión de elegir a un entrenador y trajo al que quiso y no al que le impuso el mercado (léase los representantes e intermediarios que están al acecho de los clubes que se quedan sin DT para ofrecer decenas de entrenadores, propios y ajenos también), esté basado en esto que señala Bielsa cuando habla de la selección de Uruguay, que se está quedando afuera del Mundial.
Creo que Unión tiene limitaciones de jerarquía que se advierten claramente, pero también creo que en un fútbol sin grandes luces y en el que apenas hay excepciones que se destacan sobre el resto, Unión puede luchar por entrar en una Copa Sudamericana como objetivo de mínima. Obvio que para ello requiere de resultados positivos, algo que lamentablemente no se consigue por esa impericia que se pone de manifiesto cada vez que debe mostrar contundencia frente al arco rival.