Domingo 3.7.2022
/Última actualización 19:10
Encendido, ambicioso y efectivo. Así deberá estar Unión el próximo martes cuando reciba a Nacional de Montevideo por el partido revancha de los octavos de final de la Copa Sudamericana, en el que tendrá que revertir el 2-0 en contra que sufrió en el partido de ida en Uruguay. Así estuvo en la siesta dominical ante los pibes de Lanús, en el encuentro que se disputó en el Estadio 15 de Abril por la 6ta. fecha del torneo de la Liga Profesional.
Esos tres atributos le bastaron para marcar claras diferencias ante el “Granate” e imponerse por 3 a 0, precisamente el resultado que requiere para mantener vivo su sueño internacional sin siquiera tener que recurrir a la agonía de los penales.
Está claro que la exigencia será diferente el martes por la noche, por lo que hay en juego y por la calidad del rival. Pero al menos el equipo rojiblanco se volvió a demostrar que tiene cómo y con qué hacer lo que debe hacer frente al “Bolso” charrúa.
Con la mente en ese compromiso, Unión presentó una formación alternativa. Aunque mezcló jugadores de experiencia como los casos de Moyano, Gerometta y Brítez, con algunos que suelen tener rodaje como Nardoni, Cañete y Peralta Bauer y otros que comienzan a insertarse en el plantel como el colombiano Castrillón, que jugó algunos minutos el fin de semana pasado en la Bombonera y este domingo tuvo una actuación interesante en su estreno como titular.
Del otro lado, Jorge Almirón se inclinó por una alineación plagada de juveniles y apenas algún nombre de peso como el lateral Di Plácido o el zaguero Cabral. Al igual que en el caso de Munúa, el compromiso internacional que se viene entre semana tuvo preponderancia a la hora de elegir los protagonistas para el cotejo doméstico por el lado de los del sur del Gran Buenos Aires.
En un primer cuarto de hora de estudio, la iniciativa fue “granate”, que se plantó en campo rival y movió con criterio la pelota aunque sin profundizar. Unión, parado muy atrás, lució incómodo e incluso sin poder hacer pie en un campo de juego en pésimas condiciones. Ambas cosas generaron descontento en el propio entrenador rojiblanco, desesperado por que su equipo se adelante en el terreno y se haga de la pelota.
Pero pasados esos primeros minutos, Unión tomó el mando del partido y de allí en más se jugó de la manera que le convenía. Porque esa leve mejoría le alcanzó al dueño de casa para ponerse en ventaja y luego manejar el partido a placer.
En la primera ocasión que tuvo, y cuando nada había ocurrido, se abrió el marcador en una jugada de pura picardía. Agüero, desde el fondo, sacó en largo a las espaldas de Ortellado y “Pajarito” entendió a la perfección su intención, por eso lo durmió a Cabral, anticipó al arquero Morales y marcó el 1-0 con un toque suave por encima de la humanidad de este último.
Después del gol, el tatengue controló el partido más allá de que la pelota fue propiedad mayoritaria de Lanús. El equipo bonaerense mantuvo el dominio pero careció de poder de fuego para capitalizar esa posesión de pelota. Apenas si inquietó con un remate de media distancia de Aude que Moyano sacó al córner a los 35 minutos. Y apuró en los instantes finales cuando Unión se paró decididamente cerca de su propia área.
Esa falta de peso ofensivo fue la gran diferencia que explicó la victoria parcial rojiblanca al término del primer tiempo. Sin demasiados rodeos, Unión se mostró más peligroso que su rival y hasta tuvo dos chances para ampliar la ventaja: primero el asistente número 1 -Iván Núñez- le anuló correctamente un gol a Peralta Bauer, que quedó fuera de juego tras un remate de Cañete estrellado en el palo. Y luego el arquero granate le tapó un potente disparo al propio delantero ex San Lorenzo.
A la vuelta de los vestuarios Munúa modificó la defensa y mandó a la cancha a Diego Polenta en lugar de Brítez, en un cambio de piezas. Almirón, por su lado, puso a jugar a Claudio Spinelli en busca de mayor presencia ofensiva.
Pero el partido mantuvo la misma tónica: Lanús dueño de la pelota y Unión de las situaciones de gol. La primera fue a los 3 minutos, cuando Castrillón se escapó por la izquierda, encaró hacia el área y habilitó a Cañete que llegaba por el sector opuesto y forzó una buena respuesta del arquero Morales.
Después llegaron más cambios que le dieron mayor consistencia al juego rojiblanco y terminaron de resolver la historia. Porque con los ingresos de jugadores que suelen ser titulares, como Luna Diale, Machuca y Portillo, Unión marcó enormes diferencias sobre la pibada de Lanús.
A los 18 minutos Machuca clavó un tiro libre en el ángulo y dos más tarde Agüero conectó de cabeza un centro preciso de Polenta -actuando de sorpresivo wing izquierdo- para liquidar la historia. Para colmo la visita se quedó con un hombre menos por la expulsión de González en la jugada previa al segundo tanto.
Esos dos minutos fueron letales para el entusiasmo granate que ya nada pudo hacer. Unión hizo correr la pelota y dejó pasar el reloj hasta el pitazo final de Espinoza.
Fue un examen aprobado con creces para el equipo rojiblanco. Porque enfocado en la finalísima que se jugará el próximo martes ante Nacional, se auto-recordó cuál es el camino y, de paso, sumó tres puntos más para escalar posiciones en la tabla del campeonato -donde se acerca de a poco a los protagonistas- y la acumulada, esa que decide las clasificaciones a los torneos internacionales de la próxima temporada.