Unión necesita mirar para adentro y sincerarse en una fuerte autocrítica
Le pasó de todo, pero lo principal es que sufrio demasiado en un momento en el que el club vendió por mucho dinero y la tenía la chance económica de armar algo de mayor jerarquía. ¿Se queda el Kily?
Imponente vista aérea del estadio 15 de Abril mientras se disputaba el partido del sábado. Hubo un lleno total, un recibimiento extraordinario al equipo y un festejo con invasión incluida al campo de juego. Crédito: Fernando Nicola
Los ecos de la euforia ya se acallan, el alivio deja respirar más profundamente y el desborde emotivo que vivió todo el pueblo tatengue el sábado a la noche, empieza a dar lugar a la reflexión, al análisis y a tratar de encontrarle explicaciones a esta situación deportiva que mantuvo en vilo a toda su gente.
Unión termina, con una felicidad momentánea, un año que fue muy duro y excesivamente estresante para su gente. A saber:
* 1) Arrancó con el duro enfrentamiento entre la secretaría técnica, que en aquél momento estaba en funciones y que integraban Roberto Battión y Esteban Amut, con el técnico Gustavo Munúa, quien a raíz del cambio de representante fue demorando la firma de la renovación de su contrato hasta días antes de jugar el clásico del 1 a 1 (cuarta fecha de la Liga Profesional ya en el mes de marzo y cuando todo esto se debió hacer en diciembre).
* 2) Continuó con la salida de la secretaría técnica, que había sugerido en su momento que debía darse por finalizado el ciclo de Munúa. Sin embargo, la dirigencia no sólo decidió darle continuidad al proceso del entrenador, sino que eligió deshacerse de los servicios de la dupla Battión-Amut.
* 3) La llegada de Sebastián Méndez como reemplazante del uruguayo, no arrojó buenos resultados al principio y por ello se hizo un llamamiento a las agrupaciones opositoras para empezar a encontrar algunos puntos de coincidencia, tanto futbolísticos, como institucionales y económicos, además de calmar los ánimos que empezaban a exacerbarse contra la dirigencia. Duró poco, apenas dos o tres reuniones y otra vez la grieta, el disconformismo, las críticas y el fuego cruzado. Se abortó algo que podía llegar a ser pacificador y positivo para la institución. El presidente no supo -o no quiso- aprovechar esta situación para conducir el club en un clima político más estable.
Los hinchas de Unión empezaron y terminaron los festejos en la esquina de avenida Freyre y bulevar, prolongándolos hasta casi la madrugada del domingo. Crédito: Mauricio Garín
* 4) La salida intempestiva de Sebastián Méndez para irse a Vélez causó bronca por lo que se consideró una traición del entrenador (que, de hecho, lo fue). Además, lo hizo luego de que el equipo haya jugado su mejor partido en el año (el 3 a 0 a Independiente en el 15 de Abril) y con una racha de 6 partidos sin perder, con cuatro triunfos y dos empates. Otro golpe duro y la necesidad de elegir un técnico rápidamente y con un margen achicado de error.
* 5) Llegó el Kily González y enseguida hubo que aprovechar un mercado de pases "parcial" (entre el torneo de la Liga y la Copa de la Liga), sobre todo por el poco tiempo que hubo entre un torneo y el otro. La mentada búsqueda de jerarquía no se consiguió, aún habiéndose mermado paulatinamente el nivel del plantel con la salida de jugadores muy importantes como Nardoni, Portillo, Esquivel y Machuca en prácticamente medio año. Llegaron varios jugadores y salvo Gonzalo Morales, el pibe de la reserva de Boca, el resto no terminó de conformar ni hizo méritos para ganarse un lugar. Se podría extraer de ese concepto a Campisi, que atajó dos partidos y lo hizo muy bien, pero luego resignó su lugar cuando se repuso Moyano, el arquero titular.
El Kily González viviendo intensamente los últimos minutos del partido, en un ambiente lleno de tensión. Crédito: Mauricio Garín
* 6) Con ese plantel limitado en nombres, en calidad y en cantidad, el Kily (con errores y aciertos) armó un grupo humano que le respondió abiertamente. Y aunque le dio una identidad de juego (mucha intensidad y entrega), le faltaron variantes y algo de inteligencia para saber manejar algunas situaciones. Por ejemplo, la postura del sábado en el segundo tiempo, retrocediendo en forma ordenada, tratando de recuperar la pelota lejos del área propia y pasando rápidamente a intentar un aprovechamiento de los espacios que le abría Tigre en su propio terreno, fue algo que no se vio en otros partidos. Y que, de haberlo visto, quizás hubiese conseguido otra clase de resultados. Más positivos.
* 7) A todo esto se le deben agregar algunos hechos que fueron mermando la capacidad del plantel. Por ejemplo, la salida de Esquivel y Machuca en plena competencia, el alejamiento de un jugador como Yeison Gordillo que había sido muy importante y que no se logró reemplazar, más allá de lo que aportaron Mosqueira (que tiene un muy buen futuro) y la llegada de Patricio Tanda, el "5" de la reserva de Racing.
* 8) Quizás equivocado o apresurado en el concepto, cuando el Kily habló de una "reserva reforzada" para definir a su plantel, fue para manifestar, claramente, lo que todos estaban viendo: un plantel limitado en cantidad y calidad, con muy poco peso ofensivo y al que le costó horrores ganar partidos.
Cardozo va al piso para intentar sacarle la pelota a Luna Diale. No fue de los mejores del equipo, pero el volante de Unión tuvo varios chispazos interesantes. De los pocos capaces de sacarse una marca de encima. Crédito: Mauricio Garín
* 9) Si ese concepto de "reserva reforzada" se hubiese puesto en el tapete en tiempos de malaria económica, sería más tolerante y entendible. Pero llega en un momento en el que el club había vendido por 15 millones de dólares o más, con sucesivas inhibiciones que lo complicaron -y complican- en los mercados de pases. Es decir, con dinero (en caja o por cobrar), Unión no pudo dar ese salto de calidad futbolístico que el momento estaba reclamando.
El hincha es el soberano y, en medio de la euforia del festejo por la victoria y por haberse quedado en Primera, alzó su grito en contra de la comisión directiva en el estadio. Ese disconformismo casi generalizado, es el que deben escuchar, observar y tomar nota los directivos, empezando por el presidente Spahn. Se hace muy necesario que haya una profunda evaluación que contemple una autocrítica sincera y honesta de parte de los dirigentes, especialmente de su presidente. Se llegó a este punto por todas las cuestiones arriba mencionadas y algunas otras -incluso de disidencias internas- que desembocaron en un cuadro de situación que fue advertido hasta por el propio entrenador, que algo tiró en la conferencia de prensa luego del triunfo ante Tigre.
Unión es un club que busca crecer, a veces desordenadamente. Hay obras que están a la vista y proyectos interesantes y también hay otros (proyectos y obras) que están inconclusos. Pero hay que entender que el motor, el alma y el corazón del club es el fútbol. Y fue precisamente ese aspecto, el del fútbol, al que no se le prestó la atención debida o en el que se falló con toma de decisiones equivocadas.
¿Seguirá el Kily?, uno supone que sí. Ha encontrado una gran respuesta en el plantel y quizás también esté necesitando recorrer este camino de espinas para adquirir experiencia y esa templanza que a veces le falta por esa forma de vivir los partidos que lo lleva a estar más cerca de las revoluciones de los propios jugadores, que de la serenidad que debe tener un entrenador para analizar las distintas situaciones que pueden presentarse en un partido. Pero para que el Kily se quede, la dirigencia tiene que darle otra clase de respuestas. El ha salido a justificar el mercado de pases diciendo que "no voy a traer por traer y a sumar por sumar". Pero la realidad es que lo que trajo, sumó poco. Y Unión estaba -y está- necesitando que a este plantel se le inyecte calidad y jerarquía para no volver a vivir este suplicio que parecía tener un final nefasto -llámese nuevo descenso- hasta que el sábado llegó el desahogo.
Contra Central
El jueves por la noche se jugará la final de la Copa Santa Fe entre Unión y Rosario Central. El partido se disputará en la cancha de Ben Hur de Rafaela y Unión tiene definido que irá con su reserva, bajo la conducción de Marcelo Mosset y seguramente con el "refuerzo" de algunos jugadores que ya estuvieron, como Juárez o el Rayo González, por mencionar dos ejemplos.
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