Unión "pisó el palito" con su impotencia e inoperancia
San Lorenzo lo llevó a su juego, le hizo un gol y lo obligó a que muestre una de sus peores versiones. Terminó con diez por la expulsión de Calderón y absolutamente desdibujado.
Unión "pisó el palito" con su impotencia e inoperancia
Preocupa. Y no es sólo por el resultado, sino mucho más por la imagen pobrísima y desdibujada que dejó el equipo. Unión cayó en el juego de San Lorenzo. No lo superó nunca en el trámite, no le creó una sola situación de gol y además, se distrajo y permitió que le conviertan un gol. Con el resultado a favor, San Lorenzo hizo lo que sabe hacer. Defendió la ventaja con mucha solidez y orden, algo que mostró en otros partidos y que fue la clave para ganar con justicia ante un Unión apático y desdibujado.
Si en algo no fallaron fue en la entrega, en la intensidad. En lo que no abundaron las ideas, fue a la hora de generar peligro cierto frente a los arcos. Y en ese primer tiempo, el que mejor imagen dejó fue San Lorenzo. Sobre todo en la parte final, después de media hora inicial de extrema paridad y casi sin llegadas, a no ser un remate desde afuera del área que se desvió en Piris y fue rechazado con los pies por Mele, que ya se había pasado al ir a buscar la pelota al otro palo.
Los planteos tácticos fueron idénticos. San Lorenzo transformaba la línea de tres en línea de cinco y lo mismo hacía Unión. Zenón encontraba ventajas en el arranque, a las espaldas de Luján y Gattoni. Duró un ratito, porque enseguida lo cercaron y le taparon el costado. Y Machuca no tenía verticalidad por el otro sector. Recibía la pelota y tenía que, necesariamente, enganchar hacia adentro y corría en paralelo al arco, sin ser lo profundo y agresivo que las circunstancias aconsejaban. Si a eso se le suma que Vecino perdía en todas con Rafael Pérez, la conclusión no podía ser otra que la de un equipo casi sin chances de complicarle la tarde a Batalla.
En la lucha en el mediocampo estuvieron parejos. La dupla Aued-Gordillo no le sacó ventajas ni fue superada por la que formaron Sánchez-Elías. El problema en la parte final del primer tiempo se dio con la mayor presión que tuvo San Lorenzo, que cortó el juego de Unión en el arranque y lo complicó por el sector de Machuca y Gerometta con Barrios.
Seguramente eso fue lo que vio Insúa, que en el arranque del segundo tiempo lo puso a Leguizamón (un jugador de ataque) y sacó un jugador de marca (Luján). Modificó posicionalmente a algunos jugadores (caso Elías), pero intensificó el juego por el sector derecho. Y lo madrugó a los dos minutos, cuando llegó el desborde, un centro a las espaldas de Corvalán y el cabezazo de Vombergar (otro gol de cabeza que le convierten a Unión) le dio la ventaja parcial a San Lorenzo, que se podría tildar de merecida por lo que había mostrado en la parte final del primer tiempo. Casi como una continuidad de aquello, la justicia se le dio en el arranque del otro tiempo.
De un solo saque, Munúa metió cuatro modificaciones. Entraron Juárez, Luna Diale, Cañete y Domina. Cambió el esquema. Armó un 4-3-3. Salieron Piris y Aued. Se rearmó atrás con línea de cuatro (Gerometta, Calderón, Corvalán y Esquivel), tres en el medio (Cañete, Gordillo y Luna Diale) y tres arriba (Machuca, Domina y Juárez).
Se le fue complicando progresivamente el partido a Unión. Sin profundidad ni claridad, al arco contrario no llegaba. Y el panorama se agravó del todo cuando Calderón fue con la pierna muy arriba, una acción temeraria que le costó la expulsión y si el panorama ya era oscuro (como la tarde) con 11, más ocurrió con 10. Gordillo fue a jugar al fondo, Juárez retrocedió para jugar de volante interno y Cañete se paró de “5” y de lanzador.
Desdibujado, ensombrecido, sin ideas, superado por el rival, prácticamente sin crearle situaciones de peligro. Unión terminó jugando muy mal. En realidad, nunca jugó bien Unión. Sólo planteó un partido relativamente parejo en la primera media hora, pero sin llegar nunca al arco de Batalla. Y después, cuando Vombergar marcó el gol, se dio el partido “ideal” para San Lorenzo. Un equipo que se cierra muy bien, que se agrupa con mucha solidez, que defiende sin fisuras el resultado y que plantea todo para el contragolpe. Ni los cambios pudieron modificar algo. A Unión le faltó de todo. Y terminó dejando una imagen de impotencia absoluta, ni siquiera relativizada como pasó en los otros partidos de visitante, cuando creó situaciones y le faltó eficacia. ¿De qué eficacia se puede hablar cuando, en realidad, Unión ni siquiera creó una sola chance de gol?. Muy flojo todo. Con un resultado previsible y justo.