Ganó bien, mereció golear y demostró que es el mejor de los dos
Unión se posó en el Ecuador y vio que había un mundo distinto
Es el primer equipo argentino en ganarle a uno ecuatoriano como visitante en la Sudamericana. Lo hizo mejorando sustancialmente su rendimiento y hasta dándose el "lujo" de desperdiciar varias situaciones muy claras. Una noche para guardarla en un lugar importante de la historia. Ahora jugará con Bahía de Brasil en octavos de final.
Unión se posó en el Ecuador y vio que había un mundo distinto
Ganó bien y pudo golear. No necesitó de un penal raro ni de ningún sufrimiento. Unión fue más que Emelec. Y Unión fue más que el Unión opaco de hace una semana. Nada que ver entre aquél rendimiento que dejó dudas y esta actuación que las despeja. Enfrente estuvo el mismo rival, mediocre, con pocas luces. Ese equipo le ganó en Santa Fe. Y ese mismo equipo fue desbordado por un Unión que pudo golear y al que, quizás, le faltó la contundencia suficiente para aprovechar la cantidad de situaciones favorables que tuvo para liquidar el partido con mucha antelación y no precisar, como ocurrió, de un penal que hasta podría tildarse de rebuscado, porque la mano existió pero no parecía quedarle otra alternativa al defensor ecuatoriano.
Unión cambió. Fue un equipo mejor ordenado desde lo táctico. Cabrera fue figura jugando en el sector en el que más cómodo se siente (por derecha). Carabajal se involucró en el juego, algo que le faltó a un Unión muy inconsistente en el manejo de la pelota del primer partido. Cañete y Carabajal se esmeraron no sólo por jugar, sino por aportar su despliegue y sacrificio.
Desde aquél remate en el palo de Troyansky hasta el último de Cabrera por arriba del travesaño, fueron no menos de cinco o seis situaciones claras, algunas de ellas increíblemente malogradas o despejadas providencialmente. Ese fue el mejor argumento para sostener no sólo la justicia absoluta del resultado, sino el mejoramiento sustancial que tuvo este Unión que había llegado no sólo complicado por la desventaja del resultado en la ida, sino también por un nivel de juego que no había sido el adecuado.
No se cambió mucho desde lo posicional. Sólo que la presencia de Carabajal y el cambio de roles que hubo entre Cabrera y Troyansky sirvió para que el equipo consiguiera el juego y la llegada que no había tenido en la ida. Cabrera fue figura, encarando, desbordando y complicando a un jugador veterano y limitado como Bagüí. Y todas las limitaciones, torpezas y mediocridad que habíamos observado en el primer partido, se repitieron pero quedaron todavía más en evidencia con ese mejoramiento que le dio a Unión la posibilidad de revertir con totales méritos la historia de este choque.
Fue rápido Azconzábal para hacer los cambios. Apenas llegó el empate de Barceló (rozó la pelota en Blasi y terminó descolocando al bueno de Moyano), vinieron los dos primeros cambios: Márquez por un "lavado" García y Luna Diale por un Troyansky que estaba amonestado. El objetivo era darle aire y refrescar el ataque. Después, con el partido 2-1, no dudó en poner a Galván para armar una línea de cinco y esperar los centros que seguramente iban a llover; y para esperar el final, Gerometta y Nardoni para fortalecer un sistema defensivo que necesita de solidez en un final que terminó siendo apretado por el resultado pero no por ese margen favorable que tuvo Unión en el partido y que no supo aprovechar para convertir más goles.
Ganó muy bien Unión. Sin objeciones, mejorando notoriamente en todas las líneas, más ordenado. Fue el mejor partido de los tres oficiales que jugó con Azconzábal. Y si hilamos finos y sumamos los amistosos, por más que hayan sido de menos tiempo, también. De hecho que fue la única victoria, pero no sólo por el resultado, aunque esta vez fue una consecuencia de un rendimiento superior al del rival y aceptable a la vez; por momentos, hasta bueno.
Unión hizo historia en Ecuador. Las estadísticas hablan de un país complicado para los equipos argentinos, al menos en la Sudamericana. Nadie había podido ganar y lo hizo Unión, ante un equipo que podrá estar pasando por un mal momento -se nota en su rendimiento- pero que tiene la experiencia y la chapa de haber jugado 36 torneos internacionales. Y Unión va por el segundo.
No es poca cosa. Fue hazañoso y lleno de méritos. Unión pasó a los octavos de final sin que le sobre nada en el resultado, pero dejando una imagen revitalizante y superadora. Fue más Unión en esta revancha, en la comparación con el rival, que lo que había sido el Emelec en la ida. Unión ganó con más amplitud en el trámite y en la generación de situaciones, en esta revancha, que la diferencia a su favor que había establecido el Emelec en Santa Fe. Bien por Unión. Una noche que no se olvidará tan fácilmente.
La semana del 24 de noviembre se jugará el partido de ida entre Unión y Bahía, en Brasil. La revancha será la semana siguiente en Santa Fe. A partir de ahora, Unión definirá siempre en condición de local hasta la final, que será en estadio neutral (el Kempes cordobés).
MOYANO (6).- Siempre bien, siempre seguro, siempre dando una imagen de sobriedad que se transmite a la defensa. El roce en Blasi lo complicó en el gol.
VERA (5).- Sin descollar, impuso firmeza y entrega. Supo estar a la altura emocional de un partido de semejante envergadura.
BLASI (5).- Más allá de ese roce en el gol, si algo no se le puede reprochar es que su entrega es total. En eso, Unión puede estar seguro de que dará todo lo que tiene, a veces con más lucimiento que en otras.
NANI (6).- Algo de inseguridad en el arranque del partido a la hora de salir jugando, cosa que luego fue corrigiendo. Expeditivo en la marca.
CORVALÁN (6).- Temperamento y firmeza que supo transmitir, como capitán, al resto de sus compañeros. Dosificó las proyecciones, pero participó de algunas jugadas de ataque.
CAÑETE (5).- Bien en la doble función de jugar y marcar, pero estuvo impreciso para la definición. En realidad, la jugada más clara fue un remate con el empeine que llevaba destino de red y se la sacaron sobre la línea, cuando parecía más fácil para definir.
LEYES (6).- Ordenado y bien parado delante de la línea de cuatro. Fue el mejor partido hasta el momento de un jugador que sabe como ninguno lo que pretende el técnico porque lo conoce y fue una de las condiciones que impuso.
CARABAJAL (6).- Buen partido. Era necesaria la presencia de un jugador de esas características, pensante, dúctil y de buen manejo de pelota. Unión mejoró en el juego por su propio aporte. Hizo una buena jugada en el arranque del segundo tiempo, pero la definió con liviandad.
CABRERA (7).- El mejor de Unión. Lo enloqueció a Bagüí, lo desbordó cuántas veces quiso, hizo un gol y participó de varias jugadas de peligro para la defensa de Emelec.
GARCÍA (5).- Hizo el trabajo "sucio", metido entre los centrales y sin demasiado lucimiento. Sirvió en un largo trecho del partido.
TROYANSKY (6).- Estaba condicionado por una amarilla en el primer tiempo. Corrió muchísimo, complicó y tuvo resto para colaborar en la marca.
LUNA DIALE (5).- Se paró como wing izquierdo, con el objetivo de tapar la subida de Caicedo y de desbordarlo.
MÁRQUEZ (6).- Buena ejecución en el penal. Defendió bien la pelota y aportó su técnica y experiencia en la parte final.
GALVÁN.- Se paró de marcador central. El equipo se paró con linea de cinco para esperar los centros que podían llover sobre el área de Moyano.
NARDONI Y GEROMETTA.- Entraron en el final, en un partido que estaba caliente pero supieron acomodarse rápidamente.