Unión ha mostrado en la era Gustavo Munúa ser un equipo intenso, vertical, luchador y, sobre todo con mucho vértigo, esto le ha permitido sacar ventaja sobre casi todos sus rivales cada vez que jugó en el 15 de Abril, cualidad que no lució cuando le tocó jugar fuera de casa, donde por lo general salió a esperar, con resultados generalmente magros.
Ante Junior en los primeros minutos mostró ese vértigo y a los 3 de juego ya estaba ganando; llegó el empate enseguida, pero el Tate siguió jugando de esa misma forma unos cuantos minutos más y fue donde generó muchas situaciones como para volver a desnivelar.
En más de una oportunidad se lo vio a Munúa pedirle tranquilidad a sus jugadores y más allá de la sana intención del DT, ¿es bueno pedirle esto a Unión?
Pocas veces vimos al equipo descompensado cuando le impone ese vértigo, en cambio si lo hemos visto sufrir mucho cuando ha salido a esperar en cancha "ajena". Por supuesto que es muy bueno y razonable pedirle tranquilidad a un equipo que busca el arco rival, pero a la luz de los resultados y los rendimientos, ¿vale la pena cambiar serenidad por vértigo?