Enrique Cruz (h) (Enviado Especial a Paraná)
Mantener al DT y a la gran mayoría de este plantel debería ser el objetivo de los dirigentes. ¿Se podrá?
Enrique Cruz (h) (Enviado Especial a Paraná)
Vacaciones cortas pero mucho tiempo como para negociar. Creo que las evaluaciones son muy positivas. En el armado de este plantel fue poco en lo que se falló o no dio resultados. Por allí muchos piensan en aquella llegada de Damián Arce, que al poco tiempo se fue; o en los últimos retoques, fundamentalmente el paraguayo Nuñez, que no aportó lo que el equipo necesitaba. Pero también es bueno reconocer que el técnico se encargó de ir corrigiendo esas carencias que se le iban presentando y no tenían solución en los dos o tres jugadores que no le rindieron.
Hay una frase de Bottinelli, previa al partido con Juventud Unida, que es reveladora: “En algún momento pensamos que estábamos para entrar en la Libertadores”. Fue a fines del año pasado, cuando esa primera etapa de la Superliga lo había dejado a Unión en el tercer lugar de la tabla. Necesitaba un delantero y vino uno (Nuñez) que no aportó nada; y se sumó al Droopy Gómez, un jugador de indudable calidad y jerarquía, que no terminó de hallarse en el sistema y el estilo futbolístico de Madelón.
El técnico fue clave en todo. A saber: 1) Se encontró con un plantel derrumbado y trabajó mucho sobre lo anímico; 2) potenció nuevamente a varios jugadores: los hermanos Pittón, Acevedo, Soldano y Gamba, todos titulares indiscutidos y clave; 3) acertó en la mayoría de las incorporaciones que, de “una”, se transformaron en refuerzos: Bottinelli, Gómez Andrade, Zabala, Martínez y Fragapane. Después, Aquino tiene más en el debe que en el haber, aunque con lesiones, mientras que Vitale no jugó porque en su puesto —volante central—, Unión tuvo un nivel muy parejo de la dupla Acevedo-Mauro Pittón.
Además, el equipo creció en lo temperamental, recuperó confianza, entendió de qué manera había que jugar —y “jugarse”— cada partido, trajo un caudillo como Bottinelli, con voz de mando, para sumarse a Nereo. Todo confluyó para el armado de un esquema sólido y claro en todos los aspectos.
A Madelón lo fueron a buscar como paraguas protector. Sabían, todos, que no había otro entrenador, por más nombre, logros y trayectoria, que pudiese tener la espalda suficiente para bancarse algún mal momento. Unión no estaba bien en el promedio. Para nada. Como tampoco es de confiarse este momento de mieles por la clasificación para la Copa, porque se anulan dos buenos torneos que también se hicieron de la mano de Madelón. pero el objetivo, claramente, era salvar la categoría. Y la realidad fue que este equipo se animó a pelear en las alturas y a conseguir lo que nunca antes se había logrado.
Hay que negociar la continuidad de Madelón, ya está la de Bottinelli y resulta imperioso aprovechar las cualidades de este plantel reducido en cantidad para no sólo mantenerlo, sino intentar el progreso que seguramente buscará Madelón. Son los primeros grandes objetivos: el DT, Gómez Andrade, Acevedo, Martínez, Fragapane y Gamba (el representante le dijo a Spahn que quiere un contrato de cuatro años). Y estar atentos a lo que pueda ocurrir con Soldano, porque si lo venden (hay un club inglés interesado: el West Bromwich) hay que reemplazarlo adecuadamente.
Son los primeros “garabatos” que deberán dibujarse en la planificación de Spahn y su dirigencia. La Copa Sudamericana planteará otras obligaciones, como las estructurales que tienen que ver con el estadio (requisitos que también se plantea a nivel de Superliga). Pero lo futbolístico, que ha sido realmente bueno, no se debe desperdiciar.