(Enviado Especial a Buenos Aires)
El Tate hizo 25 minutos estupendos en el arranque del segundo tiempo, se puso en ventaja y lo tenía para liquidar. Falló en la definición, le dio vida al rival y éste lo aprovechó. Fue 2 a 1 para Racing, porque Unión se lo permitió. Nardoni llegó a la quinta amarilla.
(Enviado Especial a Buenos Aires)
Se hizo exigente desde el arranque el partido para Unión. Dos atajadas de Mele fueron determinantes para que Racing no abriera el marcador. En ese pasaje inicial, el manejo de Moreno en el medio y la tozudez de los tres puntas (Hauche complicando por derecha, Copetti por el medio y Romero por izquierda) le provocó momentos de zozobra a la defensa de Unión, que de a poco se fue acomodando, sobre todo por el lado de los centrales.
A todo esto, Unión fue amigándose de a poco con la pelota. Se quedó sin Alvez (con una visible molestia en uno de sus aductores) y el ingreso de Marabel le dio una chance más, la de apostar a la pelota larga, algo que al delantero uruguayo no lo favorece. Poco de Luna Diale, aislado Machuca por derecha ya que Unión inclinó demasiado el juego por el otro costado, lo mejor se veía cuando Castrillón se animaba a encarar a Pillud o a Sigali, o podía encontrarse con Esquivel. Pero ambos debían dosificar energías, porque Racing dejaba arriba a Hauche por ese sector y los cambios de frente en su búsqueda se hicieron permanentes.
Unión tuvo seis córner a favor en el primer tiempo, cifra exagerada si se tiene en cuenta que costó mucho generar situaciones de peligro. En ese aspecto, Racing fue más incisivo, más preciso para tocar de primera y hasta dio la impresión de estar más rápido que Unión. Eso provocó que fuera ligeramente superior a Unión en el primer tiempo, pero se encontró con una barrera que fue Santiago Mele, quien con dos intervenciones de sumo riesgo (sobre todo en el mano a mano de Romero que lo obligó a abrirse demasiado y hasta alcanzó a manotearle la pelota cuando intentaba eludirlo para irse hacia el gol) se convirtió en el mejor jugador de Unión y en figura de esos primeros cuarenta y cinco minutos.
La intención de Unión de jugar de igual a igual y de ser competitivo que pregona su técnico, se vio reflejada en eso, en la intención. Por momentos lo consiguió. Le faltó profundidad, más claridad a la hora de atacar. E insisto en el detalle: que haya tenido tantos corner a favor no fue de la mano de la cantidad de situaciones de peligro generadas.
El arranque del segundo tiempo de Unión fue muy bueno. Avisó con Nardoni y con Machuca en dos jugadas peligrosas que no terminaron bien, pero en la tercera jugada, cuando apenas se jugaban 4 minutos de esa parte final, vino el desborde de Esquivel por el costado, el centro que buscó Marabel, que desvió Insúa y que se metió en el arco de Tagliamonte.
Lejos de meterse atrás, Unión siguió buscando. Los espacios se abrieron en el sector defensivo de Racing. Se hizo de ida y vuelta el partido. Marabel tuvo una chance muy clara, solo ante Tagliamonte, luego de una notable jugada colectiva que arrancó en el área de Unión con Machuca, siguió en Nardoni y no pudo terminar Marabel. Unión estaba más cerca del segundo que Racing del empate y eso vio Gago, que de un solo saque metió tres cambios con los ingresos de Jonatan Gómez, Carbonero y Alcaraz.
Ese arranque notable de Unión no sólo justificaba la victoria sino que daba la impresión de que el 1 a 0 le estaba quedando chico. Racing no tenía situaciones y Unión las desperdiciaba, pero el rendimiento individual y colectivo de Unión había levantado considerablemente. Machuca y Castrillón eran imparables cuando se animaban por los costados, pero Unión no lo liquidaba. Hasta dos situaciones en una misma jugada tuvo Unión: primero Agüero y luego Calderón, en la salida de un corner, provocaron dos atajadas de Tagliamonte que cerró el arco cuando estaba el segundo para Unión.
Como el gran error fue darle vida al rival y no liquidarlo, llegó el empate de Racing. Vera dejó salir una pelota pensando que era saque de arco, cobraron corner, lo ejecutó Rojas, que recién había ingresado, hubo un rebote, volvió a Rojas y metió un nuevo centro a la cabeza de Copetti que no perdonó.
Estaba para cualquiera. Pero en una jugada en la que la defensa de Unión no estaba bien parada, picó Carbonero por la izquierda, más veloz que Vera y Calderón, terminó rematando al primer palo de Mele, dejándolo sin chances cuando, por el medio, también entraba un compañero para marcar.
Unión hizo todos los méritos para llevarse algo, pero le erró en algo fundamental: definir el partido. Le dio vida a un Racing que estaba contra las cuerdas, pero no le dio el golpe de nocaut. Lo perdonó, cosa que Racing no hizo. Y se quedó con todo.