La caña con ruda de Unión se armó con un "golón" y penal atajado: ¡1-0!
El "Kily" movió el banco como nunca, con un equipo que parecía sentir el gasto de Avellaneda. Si embargo, el "Capitán Mauro" armó un golazo redondo en la Redonda y el uruguayo Cardozo le atajó un penal salvador a Copetti en el arco de La Bomba.
La caña con ruda de Unión se armó con un "golón" y penal atajado: ¡1-0!
Las cinco amarillas (Giménez, Campaz, Marco Ruben, por Central; Mosqueira y Vargas por Unión) definieron y graficaron a la perfección lo que fue ese primer tiempo: pelea, pelotas divididas, roces, discusiones. Pero, de fútbol, casi nada. Los dos, a los ponchazos, tuvieron lo suyo en esa primera mitad.
Si bien fue más determinante lo de "Fatu" que lo del uruguayo Cardozo, tampoco es que hubo lugar para grandes reclamos de justicia/injusticia por ese aburrido 0-0. En el caso del golero "canalla", lo evitó dos veces en una misma jugada: primero a Balboa, dejado rebote corto; después achicando ante uno de los Pittón y ayudado por Coronel que la sacó de la misma línea de gol.
Del otro lado, Marco Ruben erró como nunca de cabeza en su carrera: se lo "comió" en el segundo palo, entrando solito después de un centrazo de Sandez, culpando a los reflectores de la tribuna nueva; después, también de arriba, cabeceó tan mal que casi la saca al lateral. Y, de yapa, la picó al segundo palo y se le fue afuera, en una jugada cortada por off side con Cardozo clavado en el primero con poco para hacer. Para quien llegaba con 177 profesionales (106 con la camiseta canalla) al 15 de Abril, parecía no ser su día de suerte (al final, no lo fue).
La impresión que dejó el Unión sin Corvalán (volvió Paz y lo tiró a Torrén al costado) de esos primeros 45 minutos fue la de un Unión batallador, pero menos fresco (¿cansado?) que el que le comió el oxígeno a Racing el domingo pasado en el Cilindro de Avellaneda. A esta altura, ni hace falta explicar o analizar la definición de "cero recambio" para Cristian Alberto González. Lo que estaba "cantado", si seguían así, era que no podían terminar once contra once.
Esa sensación de "Unión cansado" empezó a transformarse en realidad cuando el "Kily" dejó en los vestuarios a Bruno Pittón para mandar al campo a un Del Blanco con el tanque lleno para dar oxígeno a la banda izquierda. Ese primer cuarto de hora, más allá de una mandada con pileta del ingresado Del Blanco, lo mostraba más cómodo a Central que al Tate. Hasta que Balboa, resbalón mediante, se la alcanzó a Broun. Al toque, el "Kily", en otra búsqueda de frescura, lo mandó al "Toro" Morales pero lo sacó a Torrén, quedando parado con "tres 9" y con línea de cuatro en el fondo.
De todos modos, el triple "9" duró un ratito, porque enseguida se metió Lucas Gamba y el que fue a descansar al banco fue Nicolás Orsini, apagado como en los primeros tiempos cuando llegó de Boca. Insisto en la idea: cada cambio era para darle aire, oxígeno, frescura. Vivo el "Kily", el primero en darse cuenta de soldados guapos pero averiados.
Hasta que el partido se rompió, como nunca, con un golazo de los '70. El siempre rendidor Mauro Pittón le hizo el mejor homenaje a la cinta de capitán del "Mugre", patentó un derechazo con rosca y le pasó la peor factura a "Fatu", con una pelota envenenada que cuando hizo la pancita para doblar se metió en los mejores de los últimos tiempos en la Redonda. Desde cualquier lado del estadio 15 de Abril donde se lo mire...un golón. El premio a un laburante silencioso, incansable y con la pertenencia tatengue (junto a su hermano) a mil revoluciones.
Pasó de todo en un par de minutos, amarilla a Paz por tumbar a Marco Ruben a los 34 minutos; tres minutos después, "Kily" mandó a Gerometta por Vargas y a Roldán por Rivero. No se habían acomodado los cambios, que "el Gómez que quería el Kily" pidió a gritos penal: Tello, al lado, le mostró la amarilla por simular. Sin embargo, llamó Delfino desde el VAR y cambió todo: tarjeta primero, fallo después.
Pero Thiago Cardozo, justo el día que estaba cumpliendo 28 años, se vistió de Superman y voló a la salvación en el arco de "La Bomba" para que explote el estadio. De ahí hasta el final era apretar dientes, aguantar, cerrarse y esperar el pitazo final.
Antes del partido, en charla con TNT Sports, el "Mugre" Corvalán dijo: "Lo charlamos, tiene que estar tranquilo. El Kily quería renunciar, se queda por nosotros. No nos quiere dejar tirados". Este momento del Tate es todo del entrenador, del vestuario, de los jugadores y de la gente. Sin dudas, por todo lo que se sabe, Unión hoy es el equipo más guapo de todo el fútbol argentino, está ahí arriba, inhibido en FIFA, sin refuerzos y con otro papelón dirigencial: no depositaron el costo del operativo policial. Por eso el grito de un pueblo que una noche despertó: "¡La comisión...la comisión...se va a la p...que lo parió!". Debe ser Guinness: Spahn se hace insultar habiendo vendido en el año por cinco millones de dólares y estando segundo en el fútbol argentino.
Al "Kily", que se abrazó antes y después con el "canalla" Miguel Russo, le viene bien una frase de un amigo "leproso" que lo marcó en su carrera como futbolista. A la frase que hoy hace carne Cristian Alberto González le patentó un tal Marcelo "Loco" Bielsa: "Traguen mierda, aguanten la injusticia, tendrán su recompensa".