Los colombianos, que reciben a Unión en la última, tienen 10 puntos y más seis de diferencia, con un juego más. Los de Munúa, que lo visitan la semana que viene, tienen 8.
El Junior de Barranquilla ganó, gustó y recuperó el liderato en el Grupo "H" de la Copa Sudamericana, por lo tanto lo obliga a Unión a sumar algo contra el Fluminense de Brasil este jueves para no llegar tan "colgado de los cables" en la última fecha. Dos goles de Miguel Borja en el primer tiempo bastaron para imponerse 2-0 a un Oriente Petrolero endeble que solo despertó en el anochecer del compromiso, cuando el andamiaje rojiblanco se desbarajustó por las modificaciones realizadas.
Los "Tiburones" colombianos pasaron por encima del cuadro boliviano y pudieron haberlo goleado, teniendo en cuenta que la diferencia de gol podría resultar decisoria en la jornada final, pero se desaprovecharon opciones y el equipo perdió efectividad con las sustituciones.
Junior encaró el partido como correspondía: con todo. Sin confiarse, sin creer que había vencido sin jugar, sin pensar que ganaría solo de camiseta y "localía".
Sabía que era superior que su adversario y salió a la cancha a demostrarlo, a reflejarlo en el juego y en el marcador.
Hubo unos 10 primeros minutos de desaciertos en la búsqueda del arco contrario, especialmente cuando se jugaba hacia Fabián Viáfara, que presentó problemas para la recepción del balón, pero ni el lateral ni el equipo perdieron confianza y poco a poco pasó lo que se vislumbraba.
Una jugada de Dany Rosero, en la que eludió a varios hombres y avanzó hasta el borde del área de Oriente, terminó de enchufar e inyectar atrevimiento a los anfitriones. El defensa cedió Lara Carlos Esparragoza y el canterano disparó uno de los riflazos que le caracterizaban en el Barranquilla FC. El esférico se estrelló en el travesaño.
Después de esa acción, el equipo fluyó mejor, se animó más y empezaron a llegar los goles. El primero fue un claro penalti sobre Albornoz. Miguel Borja optó por la potencia y puso a sonar la caja registradora.
El cordobés celebró emocionado y con dedicatoria especial a Nilson Castrillón, su compañero que fue blanco de críticas de la hinchada y la prensa tras la derrota 4-2 ante Jaguares, en la que estuvo comprometido en tres anotaciones. Borja lo señalaba y le daba a entender a la afición que debía respaldarlo.
El mismo Borja, ya con Junior convertido en una tromba, conquistó el segundo en una jugada que él mismo profundizó con un cambio de frente. Fue una diana hermosa por la concepción colectiva y los toques vistosos en su último tramo.
Yesus Cabrera dejó pasar el envío de Borja y picó para que Albornoz lo habilitara por la banda. El cartagenero levantó la cabeza y mandó la pelota al área, donde Gabriel Fuentes, que permaneció activo y acertado en el juego, participó con un taquito antes de que la redonda le llegara a Borja, quien no perdonó y celebró con un remate potente y ajustado al palo derecho del guardameta. Un golazo.
Junior dominó y sometió a su antojo a un Oriente que se veía nocaut física y futbolísticamente. Omar Albornoz pudo dar otro golpe en la conclusión de una brillante serie de toques, pero careció de contundencia y la bola se fue a las nubes.
Ya en el segundo tiempo, el visitante trató de refrescarse y mejorar con un par de sustituciones, pero no surtieron efecto. Junior seguía mandando y con la posibilidad latente de aumentar el marcador, aunque sí bajó un cambio.
Un par más a partir de las sustituciones realizadas por Juan Cruz Real. El equipo perdió la lucidez de mediocampo hacia arriba. No fluía igual, a pesar de que se seguían presentando espacios para facturar en la red rival.
No se notó el ingreso de Jhon Pajoy. Y a Fabián Sambueza y Edwuin Cetré les quedó faltando los centavo para el peso en sus intentos. El atacante desperdició una clarísima que le puso Cabrera.
Juan Cruz Real dio por resuelto el encuentro y pensando en lo que se viene (la finalísima con Unión), hizo modificaciones que desacomodaron el accionar del equipo en todas sus líneas. Oriente, que parecía muerto, revivió y en la agonía del juego se acercó con algún peligro.
Afortunadamente para Junior no se terminó lamentando un gol visitante que hubiese reducido la ventaja en la diferencia de gol, que en caso de una victoria de Fluminense ante Unión, el jueves en Argentina, podría ser ítem de desempate en la última fecha.
Con todo y las innecesarias angustias en el remate del partido, Junior, en términos generales, ganó y gustó. Ahora, espera frente al tele qué pasará en Santa Fe con el cruce Unión-Fluminense de Brasil.