Cuando al defensor, que estará afuera por dos o tres semanas porque se desgarró, le dijeron que el de 1966 tenía uno más, miró a Battión y pidió -en broma, claro- uno más.
Mauricio Garín Diego Polenta, un típico zaguero uruguayo, que quiere ser caudillo del equipo como alguna vez lo fue el Negro Sauco.
Roberto Battión tenía el "speach" preparado: "El 60 por ciento del plantel son jugadores del club y hay un 20 por ciento a los que se adquirió una parte del pase". ¿Qué dejó en claro?, la pertenencia. Y por si faltara poco, Enzo Roldán lo refrendó: "Extrañaba Santa Fe y mucho más Unión, porque se había formado una gran familia. Estoy en el lugar en el que quería estar", dijo el volante que no se obnubiló con las luces de Buenos Aires y traccionó para regresar a Unión, hasta resignando quizás la posibilidad de quedarse a "pelearla" en Boca.
Por allí atrás, en ese Angel Malvicino que había sido testigo la noche anterior de una victoria épica de Unión en básquet ante uno de los mejores (¿o el mejor?) equipos del país, charlaba con algunos dirigentes, mientras que, afuera, el cielo se ponía cada vez más plomizo y oscuro en la presentación de las caras nuevas del plantel de Unión (Jaurena, Mele, Polenta, Roldán, Alvez, Ramos y Agüero). Falta Peralta Bauer, que hasta ese momento no había llegado a Santa Fe. En realidad, caras nuevas y una que no lo es tanto: la de Enzo Roldán.
Diego Polenta habló de su lesión. "Fue el miércoles, me tiró el cuádricep y tuve un pequeño desgarro. Me quedo afuera del debut y supongo que por dos o tres semanas no podré estar", señaló el uruguayo, uno de los más risueños. "Este es el Unión más uruguayo de todos los tiempos", tiró Polenta, haciendo referencia a Mele, Alvez, él y Munúa. Cuando el colega Claudio Virgolini lo corrigió y le dijo que el del '66 tuvo uno más, Polenta miró hacia el costado en el que estaba Battión y dijo: "Bueno, habrá que pedirle entonces a Roberto que traiga uno más". Y enseguida preguntó: "¿qué tal le fue a ese equipo?". Seguramente muchos le hablarán del Negro Sauco y el Pulpa Etchamendi, a medida que vaya conociendo un poco más de la historia del club que lo ha cobijado para que por fin se dé el gusto de jugar en el fútbol argentino.
Mauricio Garín Enzo Roldán no ocultó su alegría de volver a estar en Santa Fe. Jonathan Alvez prepara su artillería para pagar con goles. Es uno de los tres uruguayos que llegó para integrarse al plantel.
Enzo Roldán no ocultó su alegría de volver a estar en Santa Fe. Jonathan Alvez prepara su artillería para pagar con goles. Es uno de los tres uruguayos que llegó para integrarse al plantel.Foto: Mauricio Garín
El Litoral le preguntó al propio Polenta por la clase de delanteros que tendrá que enfrentar cuando esté en condiciones de jugar. "Yo me fui muy joven a Italia, estuve siete años allí y tuve que marcar a muchos delanteros de gran nivel, luego jugué mucho con Nacional de manera internacional y me tocó enfrentar a varios equipos argentinos, así que conozco bien cómo son los delanteros de acá. Me va a ir bien", dijo con total seguridad. Polenta fue el jugador por el que Munúa más insistió para que llegue. Y lo conoce de sobra: jugó con él en la parte final de su carrera y luego lo dirigió cuando comenzó su camino como entrenador.
Jaurena y Agüero hablaron de sus expectativas por ser, al fin, jugadores de Primera en la Argentina, mientras que Alvez -el único de los nuevos que arrancará como titular ante River- mezcló esa tonada colombiana con uruguaya para remarcar sus expectativas para convertir goles. Objetivo al que se sumó Ramos, el otro delantero que llegó al plantel de Munúa, mientras que Mele dejó en claro que "el contacto se hizo en forma directa con la dirigencia de Plaza Colonia y eso me gustó. Yo le dí un vuelco a mi carrera, cambiaron varias cosas y ahora estoy en un momento de crecimiento que lo quiero ratificar en esta ciudad".
Y se fueron a sacarse fotos en el 15 de Abril, testigo silencioso de los flashes que se convertirán en bullicio cuando Unión salga a la cancha para arrancar un año cargado de expectativa y exigencia. Y con una carga extra en el principio: enfrentar al mejor.
En 1966
Además de Etchamendi, llegaron Luis Ernesto Sauco Borges, de Nacional; José Gerardo Silva, de Defensor Sporting; Rubén Luis Iglesias, de C.A. Cerro y los argentinos radicados entonces en Uruguay (Pedro Enrique Mansilla, de Defensor Sporting y Julio César Fernández, libre de Nacional.