Unión se había acostumbrado a tener una secretaría técnica. Martín Zuccarelli la ejerció durante tres años y medio. El 28 de febrero de este año, el club anunció su desvinculación. En realidad, se trató de un formalismo, porque algunas cuestiones que tienen que ver con contratos y asuntos muy específicos de esa función, siguieron bajo su órbita. La idea de un reemplazante casi siempre sobrevoló desde aquél momento. Pasaron exactamente seis meses. Un primer intento se hizo con Mauro Cetto. Agradeció, pero dijo que no. Y ahora está en San Lorenzo. Un segundo intento fue con Roberto Battión. Las charlas se profundizaron allá por abril. El también tenía una alternativa que lo seducía y mucho: Independiente. En Unión, el nombre gustaba por la pertenencia al club. Quedó en una simple expresión de deseos.
En aquél entonces, Roberto Battión se entusiasmaba con la idea de volver a Unión. Ese espigado volante central de buen manejo que surgió de las canteras tatengues y que luego viró a Independiente y a Banfield, entre otros equipos, para ser campeón del fútbol argentino, "daba la talla". Hubo un par de reuniones. La impresión que dejó fue buena, pero quedó en la nebulosa. Unión afrontó la conformación del actual plantel con el trabajo de la subcomisión de fútbol, el presidente "a medias" por el problema de salud de su esposa y, obviamente, el técnico.
Unión se acostumbró a trabajar con un secretario técnico. La mayoría de los que están en el fútbol de Unión se lo manifestaron en más de una ocasión al presidente. Era una cuestión de convicción pero, por lo visto, también de poder encontrar con la persona indicada. Este rubro -el de la secretaría técnica- depende de los dos factores: primero del convencimiento de su utilidad y necesidad; segundo, de encontrar con la persona indicada. No basta con alguien que "sepa de fútbol" o que tenga algún grado de pertenencia con el club. Exige de una preparación, de un proyecto integral que no sólo abarque al plantel profesional, y también de creatividad y conocimiento para proyectar a la institución.
Siempre en Unión la prioridad para decidir, en primera instancia, fue la secretaría técnica. "Queremos traer el secretario técnico y, junto a él, consensuar el coordinador de inferiores". No pudo darse de esa manera. El tema del coordinador también se convirtió en un problema. El apuntado era Rubén Rossi, quien pidió tiempo para acomodar sus asuntos laborales y la posibilidad se fue diluyendo lentamente. Finalmente se confió en Leonardo Aguilar, un hombre al que Battión conoce y elogió en su momento el trabajo que venía desarrollando. Solucionado, al menos en cuanto a la elección del responsable, el tema de la coordinación, ahora se apunta a esa secretaría técnica a la que Unión se acostumbró durante tres años y medio con un Zuccarelli que se fue dejando una buena impresión en la opinión de los dirigentes.
Hay un "silenzio stampa" profundo de las dos partes. Battión tiene armado su grupo de trabajo, integrado por dos colaboradores de experiencia, trayectoria y que son entrenadores (Fernando Nogara y el videoanalista Esteban Amut). En Unión, la intención es fortalecer el fútbol a través de la vuelta en funciones del cargo de secretario técnico. Nadie habla del tema, pero cuando el río suena...