Enrique Cruz (h)
(Enviado Especial a Mar del Plata)
“Dejo el alma por este club, pero tenemos que dejarla todos”, lanzó. En caliente dijo: “no le encuentro la vuelta al equipo”.
Enrique Cruz (h)
(Enviado Especial a Mar del Plata)
Leo Madelón pareció marcar anoche, con la eliminación de esta Copa Argentina, una bisagra importante en su permanencia en el club. Dijo algunas cosas que antes no había expresado. “Me sacaron uno, después otro y otro, y así se hace difícil. Parece que a los goles tenemos que hacerlos entre los 16 o 18 que entran a la cancha”, fue una de las frases relevantes, con un “tirito” casi directo hacia los dirigentes, que ayer volvieron a estar en un muy buen número acompañando al equipo.
¿Qué dijo el técnico?, acá van sus frases después del partido:
“Ellos son contundentes y a nosotros nos faltó definir. Esta noche se apagó una ilusión que habíamos generado generado nosotros mismos y yo, como responsable, estoy dolido”.
“No es un problema de tener o no tener jerarquía. Yo tengo buenos jugadores, pero con River, si te equivocás perdés. Ellos se equivocaron mucho y nosotros no pudimos sorprender. Tenía mucha ilusión y le quiero agradecer a la gente de Unión por el espectáculo que dieron y por la forma en que nos acompañaron”.
“Nos ganó un gran rival, que no perdona, pero que se equivocó y nosotros no lo supimos aprovechar”.
“Es un problema no definir las situaciones y nos viene pasando seguido... ¿Como les puedo explicar?... Te sacan uno, otro, otro, y cuesta. Tenemos que hacer los goles entre los 16 o 18 y es muy difícil. Voy a reflexionar, pensar bien el futuro y, por lo pronto, poner el mejor equipo el lunes ante Sarmiento”.
“Acá llegó el momento de poner los huevos arriba de la mesa y ver lo que viene, si es que viene. Yo dejo el alma en este club, pero tenemos que dejarla todos”.
“Está en juego mi salud, mi jerarquía, mi trayectoria, pero quiero que todos pongamos en juego todo”.
“No me voy a morir en una cancha inventando cosas”.
“No le debo nada a nadie, me siento limpio con mi conciencia y mi proceder, por eso digo que voy a poner los huevos en la mesa”.
“No soy iluso, pero estoy muy triste porque tenía la ilusión de ganar este partido. A todos los hinchas le pido perdón y los felicito por lo que hicieron por el equipo y por el aliento”.
“En este momento, en caliente, si me preguntan si le encuentro la vuelta al equipo, digo que no. Capaz que dentro de un rato pienso diferente y mañana cambia todo. No le debemos nada a nadie y hay que poner la cara el lunes, jugar un buen partido, ganar y pensar el futuro”.
“Soy consciente de que no nos sobra nada, no fue un papelón, fue un partido digno pero no alcanzó y por eso la tristeza. Tuvimos un rato en el que parecía que lo empatábamos, vino la jugada de Gamba, después nos metieron el segundo y quedamos partidos en el medio”.
Hasta allí lo que dijo Madelón anoche. ¿Cuál es la lectura?, que directamente el técnico empezó a manifestar algunas cuestiones. A saber: 1) el disconformismo por el armado del plantel; 2) la necesidad de que la dirigencia asuma también la culpabilidad. Lo dijo en caliente y hasta llegó al extremo de dejar entrever que no le encuentra la vuelta al equipo, concepto que no es la primera vez que lo expresa y que además se manifiesta en las variantes de esquema y nombres que viene realizando en los últimos tiempos, sobre todo del medio hacia arriba.
Está claro que el equipo perdió calidad y que los refuerzos casi no aportaron nada. El partido de anoche fue el más importante de los que jugó Unión en este segundo semestre y sin embargo, apenas hubo uno de los nuevos en cancha (Leo Sánchez), que en realidad es un “viejo conocido”. Rivero no jugó, Anselmo no cumplió las expectativas, Vadalá hace banco, Magallán e Insúa no se cuentan, Godoy hizo muy poco y Carando tampoco ha mostrado nada.
En Unión se está repitiendo el proceso de Darío Kudelka, cuando parecía que estaba todo dado para ese tan mentado salto de calidad luego del ascenso y de un buen primer año en la A, pero la resultante y lo planificado fue totalmente distinto. En este caso, el descenso no es una sombra ni tampoco un riesgo, lo cuál acrecienta –si se quiere- el tenor del análisis, porque se supone que en lugar de “dormirse en los laureles” se tendría que haber intentado pegar un buen golpe de efecto.
Madelón ha tenido muchísimos aciertos –junto a los directivos- en jerarquizar en algún momento el plantel, en promover jugadores de abajo y algunas buenas ventas (Malcorra y Martínez por mencionar las últimas) que hacía muchísimo tiempo que en Unión no se daban. Pero está a la vista que se priorizaron otras cosas. Y algo dejó entrever Madelón hace algunos días, cuando señaló que “la idea fue priorizar lo económico para no tener problemas”. El último balance así lo demuestra: si bien el pasivo en el momento del cierre era de 98 millones, hay que descontar cerca de 20 que se pagaron luego del 30 de junio y que seguramente se hizo con la venta de los futbolistas (la mayor parte de ese dinero era una deuda con el anterior plantel).
Madelón es alguien naturalmente equilibrado que ha tenido algunos desequilibrios que confunden y sorprenden porque no forman parte de su esencia. El más próximo –y quizás el más importante- se dio con lo ocurrido en Santa Fe la noche del partido con Quilmes. Pero sus declaraciones de anoche, siempre admitiendo que se realizaron en un momento de dolor, son el detonante de algo que se viene gestando desde hace un tiempo.
Faltaba que ocurriera esto, que el equipo cayera en un pozo de resultados y que quedara eliminado de la Copa Argentina, para que le salga de adentro lo que verdaderamente piensa. Algo a lo que él no le puede escapar en el momento de achacar responsabilidades y que seguramente se estará lamentando casi tanto como la derrota misma ante River, porque en el fondo sabe que no tiene mucho más jugo para exprimirle al plantel.
No hubo un crecimiento sostenido de la jerarquía del plantel. Hoy los chicos aportan lo suyo y aparecen jugadores que son capaces de pelear su lugar, pero no conviven en el mismo ámbito de antes. Es decir, los más grandes y los que llegan no le pueden dar esa red de contención. Triverio antes, Martínez, Riaño, Malcorra, Zurbriggen mismo, fueron jugadores en los últimos tiempos que se destacaron. Esta clase de aporte es el que ha perdido Unión y que no supo recomponer con las incorporaciones que, en tres meses de competencia, no se convirtieron en refuerzos.