El Servicio Meteorológico Nacional difundió El "Estado del Clima de Argentina", uno de los informes más amplios, detallados y profundos que se realizan en el país en la materia. De allí se desprende que 2020 fue el año más cálido desde 1961 y el quinto más seco de los últimos 50 años.
El documento, que reúne los aportes de un importante número de expertas y expertos, detalla récords y repasa el impacto que tuvo la pandemia por Covid-19, con su consecuente disminución en la circulación, en las condiciones ambientales.
El trabajo tiene por objetivo "resumir y documentar los principales indicadores del comportamiento del clima" durante el año y se publica coordinadamente con el informe mundial Estado del clima global (State of the Global Climate 2020, OMM 2021), "de manera de aprovechar sus resultados y, al mismo tiempo, tener una visión a nivel país y mundial".
Este informe actualiza los datos preliminares emitidos en enero de 2021 y es el documento oficial que registra algunos indicadores del sistema climático, entre los que se incluyen las concentraciones de gases de efecto invernadero, el incremento de las temperaturas, las variaciones de las lluvias, los incendios, el impacto de La Niña y los fenómenos meteorológicos extremos entre otros.
El 2020 resultó uno de los tres años más calientes nunca antes registrados en Argentina, además de ser 2011-2020 la década con mayor temperatura media registrada, evidenciando así la tendencia del incremento de la temperatura media global atribuida a las emisiones de gases de efecto invernadero. También se destacaron eventos puntuales de calor extremo, como los récords en las bases argentinas de Antártida durante febrero y los 39.6°C registrados en Formosa durante agosto.
La tendencia ascendente de la temperatura anual no excluye que se sigan experimentando inusuales períodos fríos de manera esporádica, como sucedió durante este invierno en Perito Moreno, con -20°C registrados, y en la Antártida, que presentó desvíos negativos de temperatura.
El año pasado estuvo marcado por una sostenida y amplia sequía que lo convirtió en el quinto año más seco de los últimos 50.
El último cuatrimestre estuvo modulado por el desarrollo del fenómeno La Niña que continuó durante los primeros meses de 2021 y, posiblemente, haya favorecido las pocas lluvias de algunos sectores del país.
La irrupción de la Covid-19 también tuvo efectos en el medioambiente, a través de las restricciones a actividades y movimientos de la población. Las mediciones de ciertas variables, especialmente de aquellas relacionadas con la contaminación provocada por el tránsito de vehículos, muestran la huella de la pandemia a través de una baja significativa, pero temporaria, de algunos gases.
Aún así, el efecto fue poco marcado en lo que respecta a la acumulación de dióxido de carbono en la atmósfera, que continuó creciendo.
El año 2020 resultó con características muy cercanas al promedio, aunque se vivieron días donde la extensión del agujero de ozono llegó a mínimos históricos en Ushuaia y la península Antártica.
Para el trimestre que está transcurriendo, el pronóstico climático de precipitación concluye que en el norte del Litoral, este de Buenos Aires y centro-norte de Patagonia la mayores probabilidades son las de registrar un trimestre normal a más seco de lo normal. Por otro lado, en las provincias del norte y centro, sur del Litoral, Mendoza y sur de Patagonia un trimestre con lluvias dentro del rango normal es más probable.
En canto a la temperatura, para el centro de Argentina se espera un trimestre con temperaturas cercanas a los valores normales para esta época del año.Mientras que para la PAtagonia se aguardan registros más cálidos que lo habitual, y para Cuyo, más fríos.