Lunes 12.7.2021
/Última actualización 6:00
La preservación de los ambientes es clave para que los ecosistemas resistan, sobre todo aquellos espacios naturales que se ubican cercanos a zonas urbanas. La laguna Juan de Garay (ex laguna Bedetti) es un claro ejemplo, ya que convive con la urbanidad propia de Santo Tomé y hay una interacción constante con los ciudadanos.
Esta laguna, comprendida desde las vías del ferrocarril Mitre, de costa a costa de Santo Tomé a Santa Fe, hasta las cuencas del río Salado y la desembocadura del río Coronda, es considerada un Área Natural Protegida (ANP) para el resguardo de la flora y la fauna autóctona, determinado así en la Ley Nº 13.585 que aprobó en noviembre de 2016 la Legislatura de la provincia.
Casi cinco años después de su nombramiento como espacio protegido llegó el ansiado cartel con su leyenda: "Laguna Juan de Garay. Área Natural Protegida" y el detalle de las normas que así la consideran (Ley Nº 13.585/6; y el Decreto Nº 1.685/19).
El acto para la colocación del cartel tuvo lugar esta semana pasada y contó con la presencia de la intendenta de Santo Tomé, Daniela Qüesta, funcionarios del municipio santotomesino, y representantes de la Asociación Civil Terra, entre ellos su presidente Juan Carlos Pérez Leiva.
Falta de protección en territorio
Pérez Leiva dialogó con El Litoral y comentó: "Lentamente avanzamos", y agregó que fueron invitados por la Municipalidad para la colocación del cartel. Más allá de la señalética, que se instaló sobre una de las orillas de la laguna, y ahora recuerda a los vecinos que la laguna Juan de Garay (de unas 507 hectáreas) está protegida, al área natural le falta protección y presencia en territorio de agentes dedicados exclusivamente a la preservación de la flora y fauna del lugar.
De forma cotidiana vecinos de Santo Tomé y personas que visitan la ciudad se acercan a disfrutar de este preciado pulmón verde, pero no siempre se lo cuida. En varias oportunidades los residuos que dejan esparcidos van a parar a las aguas de la laguna y su contaminación se agrava aún más.
En una nota publicada a fines del 2020, el presidente de Terra indicaba a este medio la necesidad de que la laguna tenga "personal estable de vigilancia, limpieza y de cuidado permanente, como en cualquier área natural protegida que hay en el país, sean bosques, llanuras, lagos", y advirtió: "La ley N° 12.175 obliga al Estado a proteger estas áreas y la colaboración a convenios que se puedan celebrar con instituciones privadas".
Este espejo de agua santotomesino está considerado dentro del Sistema Provincial de Áreas Naturales como "Humedal hídrico natural", una de las categorías de manejo que la Ley Provincial Nº 12.175 establece. La laguna es el hábitat de infinidad de especies de flora y fauna; y es un buen asentamiento transitorio para las aves como los flamencos y otras variedades de aves acuáticas, que elijan este ecosistema en busca de recursos que les permita subsistir. Por si fuera poco, la laguna cuenta en su haber con sitios arqueológicos cercanos, donde fueron descubiertos restos fósiles precolombinos.