Hace 95 años, el 28 de abril de 1928, el Puente Ingeniero Marcial Candioti de la ciudad de Santa Fe era inaugurado por primera vez, aún sin el permiso para la circulación de vehículos ni peatones.
Fue el 28 de abril de 1928. Recién el 8 de junio se permitió la circulación.
Hace 95 años, el 28 de abril de 1928, el Puente Ingeniero Marcial Candioti de la ciudad de Santa Fe era inaugurado por primera vez, aún sin el permiso para la circulación de vehículos ni peatones.
Desde la fecha en cuestión se tenía conocimiento empírico de su “vida útil” y condición gracias a las pruebas de resistencia, pero recién el 8 de junio de ese mismo año obtuvo las habilitaciones completas y se permitió el paso a través del mismo.
En la edición impresa de aquel día, Diario El Litoral publicó que se habían realizado con éxito las obras de resistencia sobre el “puente de las Obras Sanitarias de la Nación tendido en la desembocadura de la laguna Setúbal”.
Se detalla además el procedimiento: “La cabeza del puente fue cubierta en toda su extensión y anchura por carros cargados de arena, camiones de riego con sus respectivos tanques llenos de agua y camiones cargados”.
El informe indica que los testeos ya lo habilitaba de forma extra oficial a “toda clase de tránsito”, requiriendo aún la resolución del presidente del Directorio de las Obras Sanitarias para uso oficial.
Estuvieron presentes en las pruebas el representante de la empresa constructora francesa Atelier y Chantier de la ciudad de Gironde; el ingeniero León Germain de Buenos Aires; el inspector general de Obras Sanitarias de la Nación, Alberto Monís, el jefe del distrito Santa Fe de aquella dependencia nacimiento, ingeniero Emili Albertelli; el director de Obras Públicas de la Municipalidad, ingeniero Hipólito Marelli; docentes de la Facultad de Química Industrial y Agrícola y alumnos de la Escuela Industrial Superior (EIS).
La construcción del viaducto inició en 1924, impulsada por el ingeniero Antonio Paitoví y aprobada desde el directorio de Obras Sanitarias de la Nación por parte del propio Candioti.
Se trata de una obra que años más tarde y hasta la actualidad, se convirtió en un ícono de la capital santafesina luego de que el paso del tiempo la volverían imagen inequívoca de su arquitectura.