Sábado 4.2.2023
/Última actualización 10:53
Ambientalistas y especialistas en el medio ambiente advierten que cada vez son más las fiestas que se realizan en la zona del delta superior de la laguna Setúbal durante la temporada estival, lo que acarrea una consecuencia negativa en la variedad de especies que lo habita, al tiempo que genera contaminación ambiental y sonora.
En los últimos años se tornó casi habitual la posibilidad de avistar flamencos rosados y otras preciosas especies que sobrevuelan las aguas del delta a donde nace la laguna Setúbal. La bajante historia del río dejó al descubierto grandes bancos de arena que más tarde fueron colonizados por la vegetación acuática. Este nuevo hábitat natural es el elegido por aves, lobitos de río, carpinchos y yacaré, entre otros. Se trata de un ecosistema que forma parte del gran humedal. Un ambiente a proteger.
Una de las publicaciones en redes sociales, en la que convocan a la fiesta.Justamente en ese lugar es a donde este domingo se pretende realizar una fiesta exclusiva, a la que sólo se puede llegar en embarcaciones. Se trata del corazón mismo del humedal: el arroyo El Pando. "Más de 20 lanchas confirmadas. Fiesta. Espuma. Música. DJ's", promociona una publicación en las redes sociales en Internet. Y agrega: "Domingo 5 de febrero, a partir del mediodía. Entrada libre y gratuita. En la 'S' del Pando, Monte Vera, Santa Fe. Llevar espuma y bolsas para residuos".
Otra de las promociones de la fiesta en redes sociales.Impacto ambiental
Ante las sucesivas fiestas de este tipo que se vienen organizando en la zona, algunos especialistas advierten sobre las consecuencias. Uno de ellos es Sebastián Lovera, quien visita desde que era un niño toda la zona. Antes lo hacía de la mano de su abuelo. Hoy lo sigue haciendo junto a sus hijos. Y trabajó 15 años para protegerlo, desde la Comuna de Monte Vera. Tiene un diplomado en Conservación de Humedales, es Analista en Gestión Ambiental y guardafauna honorario de la provincia. "El impacto es totalmente negativo", afirma.
"El impacto sonoro, la música a alto volumen, rompe la armonía de la naturaleza, del lugar", continúa su explicación Lovera. "Más aún en esta época, en la que las aves migrantes (orofilas) como el dominó criollo o corbatita, nidifican", dice. "Y cuando hay un disturbio tan grande como el que genera la música y las lanchas, abandonan los nidos con la consecuente muerte de sus pichones".
Tranquilidad. Es lo que transmite esta imagen del humedal.Los organizadores de estas fiestas "están invadiendo un lugar que es un arenal en el cual muchas aves nidifican, como los playeritos, los ralladores y los chorlos. Esta gente que está en tren de joda, cargadísimos de alcohol, no reparan en la presencia de estos nidos con huevos", dice el guardafauna.
En definitiva, "la contaminación sonora espanta a toda la fauna". Y "pese a que llevan bolsas para los residuos, quedan latas, botellas, tapitas, corchos, bolsas, porque no se llevan todo, pese a que publicitan que van a llevarse todos los residuos. No pueden hacer una fiesta en un santuario natural como éste, el arroyo El Pando".