Las últimas semanas de octubre fueron agitadas, y estos primeros días de noviembre vienen también cargados. La agenda de coyuntura pública se vio movilizada por el anuncio de Nación de la puesta en venta de los terrenos ociosos detrás de la Estación Belgrano, y un sector de Guadalupe. Esos bienes fiscales son, al decir de un concejal, “las joyas de la abuela” en la ciudad de Santa Fe.
El tema ocupó la principal atención mediática; ante el “apuro” de algunos sobre qué hoja de ruta darle a esas plazas ociosas, el Concejo de Santa Fe paró la pelota, como un jugador tiempista, y llamó a crear una comisión que resuelva, en un plazo de 90 días -aunque prorrogable-, un máster plan urbanístico para esos terrenos. El mensaje semántico: ni a tontas ni a locas, muchachos: esto va a demandar tiempo.
Pero a la par de esta cuestión, hay otras más domésticas que deberán capitanearse desde la administración del intendente Juan Pablo Poletti porque están, aparecen. Por ejemplo, la “casi multitudinaria” presencia de cuidacoches en inmediaciones de las áreas gastronómicas, principalmente en los barrios Candioti Norte y Sur.
Detrás de la Belgrano. Los terrenos fiscales que Nación puso en subasta también están en la agenda caliente de coyuntura. Crédito: Fernando Nicola
Las quejas vecinales no se hicieron esperar. La respuesta oficial, tampoco. “Se está haciendo una evaluación y diseñando para controlar que allí (en las áreas de bares y restós), dentro de las próximas semanas haya patrullajes preventivos. Esto se valora en función de los recursos humanos y materiales disponibles”, le había dicho a El Litoral Claudio Zapata, subsecretario de Seguridad Ciudadana municipal.
El funcionario aclaró que respecto de los “trapitos”, la prioridad de control sigue siendo la fase uno (micro y macro centro) y que ahora se vendrá la fase dos, que involucra, claro, a los corredores gastronómicos de la ciudad, hoy cada vez más concurridos: quizás el calor y la costumbre tan santafesina de salir están traccionando esa buena convocatoria.
Después vienen cuestiones más finas. Un buen ejercicio es hacerse la siguiente pregunta: ¿qué queda antes de las fiestas de fin de año, del descorche de la sidra y el pan dulce? Varias cosas importantes: la inminente licitación del “nuevo” SEOM es una; y la presentación del Presupuesto Municipal 2025 -junto a la Tributaria Anual-, es otra.
Caballito de batalla
En el mientras tanto, parecería que desde las oficinas de comunicación del Palacio Municipal la orden ha sido: fogoneemos con el plan de bacheo. Ese es hoy, ahora, el caballito de batalla de Poletti: la compra de piedra granítica para recuperar cerca de 9.000 metros cuadrados de calles es un elemento. El presupuesto, casi $24 millones. La metodología: concurso “rápido” de precios.
Se emitieron 25 (¡25!) partes de prensa municipales sobre los baches, los trabajos de reparación de las carpetas asfálticas y los cambios de recorridos en el tránsito (debido a esas labores) en la ciudad durante octubre hasta la fecha.
Otro elemento, llamativo por su grandilocuencia: un parte de prensa oficial se tituló de la siguiente forma: “Poletti: ‘Al año de gestión, solucionaremos casi el 60% de la demanda de baches que teníamos cuando asumimos’”. Fueron declaraciones del primer mandatario local durante una recorrida sobre los trabajos que ejecutan en calles Laprida y Guido.
Además, en los próximos días habría una conferencia de prensa donde se informarán los avances de la obra de repavimentación en la calle interna de la Terminal de Ómnibus “Gral. Manuel Belgrano”. “Puede que se anuncie el comienzo de la segunda etapa de los trabajos...”, deslizó aunque sin confirmar una fuente municipal a El Litoral.
Semáforo social
Había tres cuestiones que estaban en el color rojo del semáforo de las demandas sociales cuando asumió el ex director del Cullen: la inseguridad, el mal estado del alumbrado público y los baches. El propio Poletti lo admitía. El tema de las luces quedó zanjado con la tercerización del servicio. Y ante los baches, hay ahora una reacción del municipio frente al tema, o al menos así lo quieren mostrar.
Los cuidacoches coparon los corredores gastronómicos de la ciudad. Aseguran que se está preparando la “fase dos” de control. Crédito: Archivo El Litoral / Mauricio Garín
Por último, queda un interrogante suelto y de difícil respuesta en lo inmediato: ¿Habrá un nuevo aumento del boleto de colectivos antes de que termine este 2024? La pregunta surge dado que cada tres meses se autorizó una actualización de las tarifas.
Para esto, habrá que esperar. Pero ojalá que no se llegue a la sidra y al pan dulce de fin de año con otra suba del boleto, ya que desde que asumió el médico cirujano (y se eliminó el Fondo Compensador del Transporte para el interior del país), la tarifa plana aumentó en cuatro veces un 445% en la ciudad de Santa Fe.