El agua potable de red de la ciudad sale de las canillas con gusto salado. Esto se debe a la incidencia de las descargas subterráneas regionales -en el actual contexto de bajante del río Paraná- en el agua que se extrae para abastecer la planta potabilizadora de Aguas Santafesinas.
Respecto de ese gusto salado que se percibe en el agua de red, "tenemos una hipótesis", comenzó diciendo la hidróloga Rosana Hämmerly, investigadora de la FICH UNL. El agua que se extrae del río para abastecer la planta potabilizadora "se compone de un flujo subterráneo y otro flujo superficial de agua de lluvia que escurre por el suelo y llega al curso de agua", explicó la especialista.
Entonces, ¿qué ocurre hoy en día? "Al estar ante un déficit hídrico o sequía meteorológica, es decir, al no haber lluvias en la cuenca alta del río Paraná, no hay flujo superficial de agua. Por lo tanto el caudal es menor y la mayor cantidad de agua que se está extrayendo es flujo subterráneo que viene del acuífero. En consecuencia, es un agua que es de buena calidad pero tiene un componente más salado, del suelo donde estuvo alojada. Ello es lo que le da el gusto que estamos percibiendo por estos días".
Estos ríos pertenecen a una cuenca de llanura, llena de brazos y lagunas que cuando desciende su nivel se cierran y se secan, como está ocurriendo ahora, ya que "el nivel del agua condiciona la dinámica de escurrimiento", explica Hämmerly.
Tenés que leerDesde Aguas Santafesinas afirman que no faltará agua, pero piden cuidarlaLas dos tomas de agua de río de la ciudad están ubicadas una sobre el río Colastiné, que nace en el río Paraná, y la otra sobre el río Santa Fe (junto al club Azopardo), que nace en el Puente Colgante y es agua que llega desde la laguna Setúbal, la que a su vez se nutre al oeste (costa de M. Vera) del río Saladillo Dulce y el Amargo, y al este (costa de A. Leyes y Rincón), del delta del Leyes (que nace en el Paraná).
Lo primero que hay que decir es que "la calidad del agua que llega del Leyes es muy superior a la de los Saladillos", dice Hämmerly. Los Saladillos nacen en el norte, a la altura de Pozo de los Indios (en Garabato, Dpto. Vera), y desembocan en la Setúbal. El brazo Dulce está del lado del Paraná y el Amargo, del Salado. O sea que "la calidad del agua también llega condicionada por el territorio que transita", apunta la hidróloga.
"Si los comparamos, el agua que viene del río Paraná tiene mejor calidad, pureza, dulzura y sabor. A su vez, entre los Saladillos también hay una diferencia, ya que el Dulce tiene mayor calidad. En consecuencia, tomar agua que viene del Colastiné (afluente del Paraná) es mejor que tomar la de los Saladillos".
Si se priorizara la extracción de agua de la toma del río Colastiné, se evitaría ese gusto salado que se percibe hoy en el agua de red. "Esa sería una buena hipótesis", dijo Hämmerly. "Incluso ese agua está más lejos del foco de contaminación urbano". Pero "para sacar conclusiones es preciso realizar un análisis químico del agua", dijo. "Lo que hay que saber es si Aguas Santafesinas está realizando dichos análisis, y esa es tarea del organismo de control, que es el Enress", concluyó la hidróloga.
Desde Aguas Santafesinas explicaron que el agua potable que se distribuye en la ciudad "cumple con las normas de calidad establecidas y no está siendo afectada por la extraordinaria bajante del río Paraná", dijo el vocero de la empresa, Germán Nessier.
"La empresa cumple con las normas de calidad establecidas por la ley provincial 11.220; realiza 200.000 determinaciones de calidad por año y cuenta con el monitoreo y fiscalización permanente por parte del Enress, que realiza sus propias tomas de muestras y análisis independientes", explicaron desde Aguas.
Y desde el Enress, mencionaron que en este contexto se están realizando "hasta cuatro controles diarios de la calidad del agua, tanto en la toma como en la red", dijo su directora, Anahí Rodríguez. "El agua es apta para el consumo humano. Entendemos que dadas algunas condiciones que están relacionadas con la bajante, se puede llegar a captar agua con mayor concentración de minerales, algo que es propio de la situación que estamos viviendo, y los usuarios puedan notar un sabor más salado. Pero aún así, es apta para consumo", aseguró.
-¿Hasta cuándo permanecerá el sabor salado en el agua? -consultó El Litoral a la hidróloga Hämmerly.
-Hasta que no haya precipitaciones esto no se va a revertir. Si la condición del gusto salado que percibimos es en función a la falta de precipitaciones y, en consecuencia, a la extracción de un agua mayormente de origen subterránea, hasta que no llueva en la cuenca alta (no en la región), en Brasil y Paraguay, en esos 2 millones de kilómetros cuadrados que aportan al caudal del río Paraná, y llegue acá el agua de flujo superficial, el gusto no cambiará.