Este miércoles comenzaron las tareas de remoción del gran embalsado que mantuvo bloqueado el paso en la Laguna Setúbal, a la altura de los viejos pilotes del puente ferroviario que unía Santa Fe con el puerto de Colastiné y San José del Rincón.
Personal del Ejército avanza a buen ritmo las tareas de remoción de la vegetación que bloqueó el paso en el espejo de agua local.
Este miércoles comenzaron las tareas de remoción del gran embalsado que mantuvo bloqueado el paso en la Laguna Setúbal, a la altura de los viejos pilotes del puente ferroviario que unía Santa Fe con el puerto de Colastiné y San José del Rincón.
Como se explicó con anterioridad, personal del Ejército fue convocado por autoridades municipales y provinciales para encabezar el operativo. Luego de una serie de reuniones, se definió que sea esta semana el inicio de la “misión”.
Así las cosas, desde la salida del sol embarcaciones llegaron provenientes del Batallón Ingenieros Anfibios 121 ubicado en Santo Tomé para cumplir con las tareas. A media mañana, alrededor de las 10, los especialistas lograron quitar una buena porción de la vegetación.
Precisamente, y así lo muestran las imágenes del drone de El Litoral, el desprendimiento del embalsado fue quitado y las embarcaciones del Ejército las acompañaban hacia aguas abajo, en dirección al Río Santa Fe, para que no afecten a los puentes Colgante y Oroño.
Como se estipuló en las reuniones operativas, las tareas demandarían entre dos y tres semanas, pero el inicio fue más que prometedor.
Semanas atrás, El Litoral dialogó con la ingeniera en Recursos Hídricos Aylén Carrasco quien detalló las principales características del embalsado. Al hablar de las especies que lo componen, la especialista remarcó: “Tiene principalmente canutillo, dos especies, camalotes y catay”.
En ese sentido, agregó la entrevistada: “La mayoría son canutillos que crecen en las márgenes de los cauces secundarios del sistema fluvial del río Paraná. En sus sistemas naturales puede llegar a tener hasta 14 metros de largo y ocupar, en los cauces naturales, hasta dos metros de profundidad”.
Y cerró: “Como no están en su hábitat natural, están flotando con la corriente, la planta se ha ido entrelazando con otra vegetación que viene viajando con ella. Por ello se ha hecho este embalsado denso, un entramado muy cerrado. Estamos monitoreando la vegetación, haciendo los cálculos para poder saber cuál es el peso de esa gran masa de vegetación que está instalada ahora”.
Desde fines de marzo el embalsado “tapió” la laguna Setúbal y quedó bloqueado el paso a la altura del faro y los pilotes.
La vegetación que llegó con el repunte del río Paraná (superó los cuatro metros en el puerto santafesino) y quedó estacionada entre las estructuras del viejo puente del FF.CC. Como si fuese poco, se “acopló” a los llamados bosques nativos que crecieron en ambas márgenes de la laguna.
Ante la imposibilidad de cruzar, navegantes particulares intentaron por sus propios medios abrir un paso por medio del embalsado. Pero los esfuerzos no alcanzaron. La gran vegetación requería de la intervención estatal.
Desde mediados de abril, el río Paraná comenzó a descender luego de superar los cuatro metros en el puerto santafesino.
4,11 mts fue la altura más alta que se registró en el 2023, en contraposición a los 33 centímetros que se constataron a mediados de enero.
Este miércoles 3 de mayo, el río midió 3,36 mts, registrando un centímetros menos que en las últimas 24 horas. Así las cosas, cortó una seguidilla de repunte en los últimos días, que lo ubicó en 3,26 mts.
Desde el INA informaron este martes que “de acuerdo con la perspectiva meteorológica y los caudales previstos desde la alta cuenca, los niveles se mantendrían en esa condición en las próximas semanas”.