Miércoles 10.5.2023
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Tras varios meses sin poder acceder a la laguna Setúbal desde su desembocadura, en la Costanera Este, y luego de una semana de tareas para retirar la vegetación acuática que se había acumulado e impedía la navegación, finalmente este miércoles al mediodía el Ejercito pudo abrir paso hacia el precioso espejo de agua que es símbolo natural de la ciudad de Santa Fe.
Es apenas “una puertita” lo que se observa entre la maraña de canutillos, catay y camalotes. Una brecha de agua entre la vegetación acuática que mide hasta más de dos metros de altura y hasta tres metros de profundidad y conforma un embalsado. El mismo ocupa todo el ancho de la desembocadura de la Setúbal, de orilla a orilla.
La imagen muestra el trabajo del personal del Ejército en la Setúbal. Crédito: Fernando NicolaEl embalsado se formó con la acumulación de vegetación que, con el repunte del río, se desprendió de los arroyos y lagunas del Delta Superior de la Setúbal y comenzó a navegar aguas abajo. Al llegar a la altura de la desembocadura de la laguna, gran parte de esa vegetación quedó atascada entre los antiguos pilotes del ferrocarril -a la altura del Faro-, y con el correr de los días fue cada vez más grande hasta cubrirlo todo e impedir la navegación aguas arriba. Un verdadero “tapón” verde.
Entonces un grupo de nautas aficionados intentó retirar la vegetación, a bordo de embarcaciones particulares. Pero fue imposible.
Así fue como se conformó una Mesa conformada por representantes de los distintos niveles del Estado, las universidades, la Prefectura Naval Argentina y los Guardavidas. Primero solicitaron estudios técnicos a los especialistas de la academia. Luego tomaron la decisión de que había que retirar la vegetación. Para ello convocaron al Batallón de Anfibios del Ejercito Argentino.
Así lucía el embalsado este miércoles. Crédito: Fernando NicolaDesde el martes de la semana pasada trabajan en el lugar dos lanchones Pontoneros. Las tareas consisten en retirar de a poco la vegetación y acompañarla aguas abajo hasta que pasen por debajo de los puentes Colgante y Oroño y por la toma de agua de la planta potabilizadora de la ciudad, para evitar así otros inconvenientes.
Luego de varias jornadas de trabajo, finalmente este miércoles se abrió la primera “boca” de acceso a la Setúbal. Las tareas continuarán hasta terminar de retirar toda la vegetación que todavía sigue acumulada. Que no es poca.
Los pilotes y la "pared verde". Crédito: Fernando Nicola