Domingo 18.8.2019
/Última actualización 10:49
Bolsas rotas con residuo esparcido, botellas, sillas, neumáticos, electrodomésticos, zapatos y todo tipo de plásticos y metales son el lamentable paisaje de gran parte de la barranca de Alto Verde. La basura es arrojada por los vecinos de la ribera a lo largo de toda la costa sobre el río Santa Fe y el Canal de Acceso al Puerto. Y por estos días, con la bajante del río, quedó todo a la vista.
Se trata de un foco de contaminación medioambiental que impacta en la naturaleza, pero lo más preocupante es la consecuencia que tiene en la vida cotidiana de los habitantes, sobre todo en la de los del distrito costeros.
Allí viven muchos pescadores que aprovechan el recurso natural que les da el río. Sin embargo, por falta de conciencia medioambiental o por otros motivos, todos los días arrojan los residuos a la costa, desde el patio de sus hogares. Y cuando el río crece, esa basura navega por las aguas y termina en el lecho y hasta en los peces. Así pudieron determinarlo investigadores del Conicet Santa Fe y la UNL, que lograron detectar en la región la presencia de micro-plásticos (fragmentos menores a 5 mm) ingeridos por peces y aves, lo que acentúa el problema.
Estos científicos vienen estudiando desde hace años la contaminación de nuestros ríos. En un informe dado a conocer en 2016, por ejemplo, registraron un promedio de 100 botellas plásticas por kilómetro en la laguna Setúbal, un nivel muy superior al de otros cuerpos de agua del mundo.
Si bien los estudios fueron realizados en otras zonas del delta del Paraná en nuestra región y en la Setúbal —y no específicamente en el río Santa Fe, sobre Alto Verde—, los especialistas están preocupados por el impacto de la contaminación en todo el ecosistema. Y elaboraron un proyecto específico para dicho distrito costero (que todavía no fue iniciado), con el objetivo de aportar a un cambio cultural en el manejo de los residuos.
El Litoral recorrió la costa de Alto Verde y pudo comprobar la presencia cada vez mayor de residuos sobre la barranca. Se trata de residuos de origen doméstico de descarte cotidiano. Los vecinos dicen que arrojan la basura a la costa “porque no pasa el basurero”, advierte Paola, o porque el contenedor donde deben arrojarla para que se la lleve el recolector les “queda lejos”. Además, en dichos cestos comunitarios hay gran cantidad de basura tirada afuera, sobre la otra barranca, contra los bañados internos de Alto Verde, donde perros y otros animales rompen las bolsas en busca de alimento.
Para intentar revertir estas conductas que afectan el medioambiente e impactan en la salud principalmente de los vecinos, desde la vecinal Pro Mejoras Alto Verde participan de diferentes actividades a través de la red de instituciones del barrio, como un código de convivencia y el proyecto Basura Cero, sin embargo “hace falta una mayor conciencia de los vecinos, porque nos estamos perjudicando a nosotros mismos, dijo la vecinalista Emilce Camargo.
Más allá de las conductas de algunos vecinos, desde la Vecinal se quejan del servicio de recolección de residuos y dicen que no están conformes “con ninguno de los dos, ni el municipal ni el de Cliba”, mencionó Camargo. “Tenemos que renegar todos los días porque los camiones no cumplen con los recorridos”, advirtió. “Siempre tienen un pero... y dicen que los cables están bajos o hay pozos. Hacen falta más controles”.
Mauricio Garín Contrastes. La costa de Alto Verde, llena de basura, y en frente la nueva Costanera del Puerto, con sus torres.Contrastes. La costa de Alto Verde, llena de basura, y en frente la nueva Costanera del Puerto, con sus torres.Foto: Mauricio Garín
Desde el municipio admiten que “la morfología del barrio, con muchos pasillos y calles angostas, hace que sea de difícil acceso” para los recolectores, dijo el ingeniero ambiental Marcelo Cappi, director del Programa Integral de Residuos del Municipio. Para solucionar el problema colocaron grandes cestos comunitarios en zonas por donde puede pasar el camión.
Por otra parte, Cappi dijo que “los tendidos eléctricos irregulares de conexiones clandestinas hacen que el camión no pueda ingresar”. Desde hace tiempo vienen trabajando con los vecinos y con la organización Arroyito Seco en ese sentido para solucionarlo.
En paralelo a la recolección de Cliba, todas las mañanas empleados municipales cargan en camiones los acopios de basura que generan un foco infeccioso en el barrio y los trasladan de manera temporaria a un centro temporario que está en la dependencia que tiene la Municipalidad en el distrito costero. Y por la tarde Cliba recoge dichos residuos y los traslada al relleno sanitario de la ciudad ubicado en barrio La Loma. Además, la empresa concesionaria del servicio también tiene cuadrillas para recolectar los microbasurales temporarios.
Pese a todas estas acciones gubernamentales, “es cierto que los vecinos arrojan residuos sobre la barranca”, dice el funcionario municipal. “Este manejo irregular de los residuos es producto de los clasificadores informales y de vecinos que retiran los residuos más tarde que el camión y les queda más cómodo arrojarlos sobre la barranca, lo que genera esta complicación”.
“El principal componente que tiene el manejo de residuos es la generación, es decir, la conducta del vecino”, explicó Cappi. “Este problema no ocurre sólo en Alto Verde, sino también en otros sectores de la ciudad”, agregó. Por ello “es fundamental la concientización. Trabajamos en escuelas, vecinales, comunicando a los vecinos desde los distritos, dando charlas, de manera formal e informal”, enumeró. Y finalizó con una comparación: “Pretender sacar la basura a cualquier hora y en cualquier lugar y que se la lleve el camión de inmediato es lo mismo que querer tener un cardiólogo al lado cuando te da un paro cardíaco —dijo Cappi—. No le echo la culpa al vecino porque el servicio debe mejorar de forma permanente, pero es una tarea de todos”.
Mauricio Garín Desidia. Pese a la presencia del cesto comunitario, mucha basura es arrojada por la barranca contra el bañado.Desidia. Pese a la presencia del cesto comunitario, mucha basura es arrojada por la barranca contra el bañado.Foto: Mauricio Garín
La altura del río Paraná en el hidrómetro del Puerto de Santa Fe era este sábado de 2,55 metros, en bajante. Para dimensionar el escaso nivel que tiene hoy el río cabe mencionar que el nivel de alerta es de 5,30 metros, y el de evacuación, 5, 70. Con este nivel se observa gran cantidad de basura en la barranca.
Contrastes
Están frente a frente. De un lado del río, la ciudad pujante, moderna, llena de inversiones: las gigantes torres de departamentos que se levantan en el Dique II del Puerto. Y espejada en los cristales de esas torres, la basura en la orilla, la ciudad postergada. En el medio, un río, el Santa Fe. Firma: Nicolás Loyarte