Domingo 28.11.2021
/Última actualización 13:59
Crear con lo que ya no sirve. Esta fue la premisa de una novedosa experiencia educativa en la que se embarcaron unos 200 alumnos de 9 a 12-13 años, de varios grados de nivel primario de una escuelita de la localidad de Maciel, en el departamento San Jerónimo, a unos 90 kilómetros de esta capital. ¿Y qué hicieron? Se propusieron reutilizar los afiches electorales que dejaron las últimas elecciones (PASO y generales) para crear algo que se usa mucho hoy: los portacelulares.
"Pedí prestado un carrito del supermercado Alvear, y ahí por el barrio salí a juntar la cartelería tirada o que se había caído. ¡Me fui a la escuela con el baúl lleno de cartelería! Iba por bulevar recolectando carteles para que los chicos puedan trabajar". El relato -narrado con una sonrisa que delata su vocación docente- es de Ignacio Cabral (39 años), docente de Tecnología de la Escuela N° 892 de Maciel "Comandante Luis Piedrabuena", institución que trabajó en este proyecto junto al Taller de Educación Manual N° 101 "Gral. Manuel Belgrano". Las otras docentes involucradas fueron Gisela Fernández y Micaela Benedetti.
Gentileza Mantelitos multicolores y bandejas de desayuno: el ingenio infantil no tiene límites.Mantelitos multicolores y bandejas de desayuno: el ingenio infantil no tiene límites. Foto: Gentileza
Como el material de los afiches proselitistas es un plástico resistente (sobre todo los columneros), se invitó a los chicos a hacer algo con eso. Y se coparon: bajo las indicaciones de los docentes, midieron, cortaron a medida, plegaron, pintaron... Todo ellos. La Escuela Nº 892 tiene unos 320 alumnos: de la actividad participaron unos 200 chicos.
Gentileza Bolsos para el súper y mantelitos individuales (que los propios chicos usan al momento de la copa de leche), otros de los productos realizados.Bolsos para el súper y mantelitos individuales (que los propios chicos usan al momento de la copa de leche), otros de los productos realizados. Foto: Gentileza
"Con todos los grados participantes terminamos los portacelulares, cada uno con un diseño distinto, siempre reutilizando los afiches", relata Cabral. Gracias a que la pandemia dio una tregua y hay presencialidad escolar plena, los chicos estaban todos en sus aulas y esta experiencia fue parte del trabajo final anual.
Pero la idea nació en 2019, antes de la Feria de Ciencias de ese año que se realizó en Gálvez. Para esa ocasión los chicos hicieron todo tipo de cosas que podrían servir, siempre reutilizando la cartelería electoral que quedaba después de una elección: bolsos para el súper, plafones de veladores, silloncitos plegables, manteles individuales para mesa, y varias cosas ingeniosas más.
Por ejemplo, los de 4to. grado decidieron hacer bandejas de desayuno; los de tercero, manteles individuales, y hasta el día de hoy los usan para merendar en la propia escuela, cuando llega el momento de la copa de leche); los de 5to., silloncitos para sentarse (se utilizaron los bastones de madera de los afiches para las patas), y los de 6° y 7° grado, veladores, bolsos, cartucheras, ¡y asta porta zapatos!
Gentileza Ignacio Cabral, Gisela Fernández y Micaela Benedetti, docentes a cargo de la iniciativa educativa.Ignacio Cabral, Gisela Fernández y Micaela Benedetti, docentes a cargo de la iniciativa educativa. Foto: Gentileza
Y para este 2021 electoral, la iniciativa se reflotó pero con un único producto, los portacelulares, un aplique que se utiliza mucho en los hogares, "ya que las mayorías de las familias tienen algún smarthphone para comunicarse. Y además, con todo el tiempo de pandemia y cuarentena esta tecnología se utilizó cada vez más", aporta Cabral.
Lo curioso es que un concejal de la ciudad se enteró de la iniciativa, la valoró y le fue donando al docente afiches, lonas, pasacalles que ya no se utilizaban durante la campaña. Y al final del trabajo final, los alumnos hicieron trabajos originales y coloridos, cada uno con su impronta. "Ahora me agarró tendinitis en el hombro de tanto andar juntando carteles, pero no importa: quedamos todos contentos", cierra Cabral, otra vez con una sonrisa satisfecha.