Lucio Belfiori fue atacado por delincuentes y sufrió un disparo que ahora lo tiene en plena lucha por su vida. El joven de 25 años es profesor de básquet en el Club Regatas Santa Fe y tiene a su cargo a chicos de divisiones formativas.
Cristian Sperati, consultor psicológico, inició un trabajo con los jóvenes para que puedan hablar y contar las emociones que les genera la situación que le toca atravesar a su profesor. "Hay una angustia muy grande, de los chicos y de los padres", percibió el profesional, que también abordó el caso de Emiliano Sala en el club San Martín de Progreso.
Lucio Belfiori fue atacado por delincuentes y sufrió un disparo que ahora lo tiene en plena lucha por su vida. El joven de 25 años es profesor de básquet en el Club Regatas Santa Fe y tiene a su cargo a chicos de divisiones formativas.
Frente a este difícil momento que le toca atravesar a Lucio, una de las situaciones que se presentó es ¿Cómo se trabaja en la contención emocional de sus alumnos? Es por esto que la entidad deportiva convocó a Cristian Sperati, consultor psicológico, diplomado en Psicología Deportiva, para que se construya un espacio de diálogo y escucha con los jóvenes.
"Lucio viene trabajando desde las categorías infantiles con estos chicos (que tienen entre 13 y 17 años) y de un día para el otro se encuentran con que no saben si él va a poder regresar a la actividad. Hay una situación de angustia muy grande, de los chicos y de los padres", destacó Sperati, quien además es presidente de la Asociación Civil Educación Emocional de Santa Fe y trabaja con varios clubes dando charlas sobre neurociencia y gestión de la emociones en el ámbito deportivo.
El consultor psicológico inició un proceso de diálogo con las categorías inferiores del club: "Se hizo una charla introductoria para que los chicos entiendan de qué se trata, y que sepan que se pueden trabajar estos aspectos cerebrales de manera sostenida en el tiempo, de la misma manera que ellos entrenan el físico. Promovemos un hábito saludable para prevenir una situación de estrés mental. Se debe habilitar un canal de diálogo y escucha, es lo que les recomiendo a los profes. Hay momentos en los que se debe suspender la práctica, ´parar la pelota` y sentarse a charlar", señaló Sperati y agregó que "lo de Lucio fue el puntapié para que ellos empiecen a autoconocerse".
Al mismo tiempo, el profesional aclaró que en el espacio de charla no se abordan patologías, "si hay un trastorno específico no lo abordamos nosotros, sino que se deriva a otro profesional".
-¿Se lo podría considerar a Lucio como el "hermano mayor" de estos chicos?
-Exactamente. Es quien los contiene en diferentes situaciones, además de enseñarles a jugar al básquet.
-¿Qué fue lo que se abordó en este primer encuentro?
-Se habló de cómo se sintieron cuando recibieron la noticia; cómo creen que él está en estos momentos; qué pueden hacer desde el lugar de cada uno. Traté de que entendieran que a pesar de que hoy no está el profe, la mejor forma de esperarlo es demostrarles que se puede seguir entrenando y que Lucio después vea el resultado de todo lo que les enseñó.
-¿Qué emociones percibió durante la primera charla?
-En principio angustia, también miedo porque sentían que les podía haber pasado a cualquiera de sus compañeros, familiares. Hay una sensación de desprotección general y eso hace que uno se cierre cada vez más, en lugar de buscar compañía y hablar del tema.
Muchos no se animaban a comentar qué sentían. Luego de a poco fueron hablando y comentaron, por ejemplo: "Sí, la verdad que me sentí mal; estoy con miedo a lo que se viene; ¿Cómo va a quedar Lucio?; ¿Cómo seguimos nosotros?".
-También le propuso que puedan enviarle un mensaje.
-Claro, la idea es que cada chico o compañero de Lucio pueda grabarle un mensaje de audio contándole anécdotas graciosas, para después hacerle escuchar a Lucio estando en terapia, sabemos que eso le va a servir mucho.
-¿Qué se les aconseja a los padres?
-Preguntaban "¿Cómo puedo ayudar desde mi espacio?". Lo mejor que se puede hacer es hablar menos y escuchar más. Cuando los llevan en el auto dejar que el chico hable, es decir, hacer una pregunta abierta en general, "¿Cómo te sentís?; ¿Cómo viste el grupo?", por ejemplo, y que sea el chico quien se exprese.
-¿Cómo es el trabajo que lleva adelante?
-Se trabaja en tres aspectos: en lo individual, donde en un espacio se habla con el chico para que cuente cómo se siente, qué relación tiene con los compañeros y el profe. Es un espacio de consulta; el segundo es colectivo, dentro de un mismo salón, donde se trabajan las herramientas de cómo funciona el cerebro y los focos de atención; y el tercero es directamente en campo de juego junto al profe que les enseña.
-¿Cómo continúa este proceso?
-A partir de ahora vamos a trabajar con cada categoría, aspectos que tienen que ver con la vida misma. Aprender que las cosas pueden salir no como uno quiere, que uno puede planificar pero que el destino te lleva a otro lado.
Se debe abrir un canal de diálogo, que se mantenga. Porque mientras no se hable y se "guarde como un secreto", eso va a permanecer en el inconsciente y el proceso de crecimiento en el chico se estanca.
Sperati lleva más de cinco años trabajando con grupos deportivos. En este sentido remarcó que "con la Asociación Civil Educación Emocional de Santa Fe vamos a distintas escuelas y clubes de toda la provincia y trabajamos estos abordajes de manera gratuita, volcamos nuestra experiencia sin cobrar".
En su experiencia le tocó abordar situaciones complicadas, como por ejemplo tratar sobre la muerte del futbolista Emiliano Sala. "Nos convocaron en el Club San Martín de Progreso (donde se formó como deportista Sala) para trabajar con los chicos de inferiores. También para que los chicos empiecen a hablar y mostrando lo que están pasando, y de esa forma poder abrir un canal de crecimiento", recordó.