Sábado 4.7.2020
/Última actualización 18:59
Primero fue colocar una puerta trasera de casa hacia la ciclovía, para aprovechar el verde. Luego vinieron los bancos de granito, una plantita por acá, un arbolito por allá. Más tarde se colocaron postes con un cerco para delimitar hasta dónde llegaría la intrusión. Hasta que, finalmente, casi de la noche a la mañana, avanzaron los cimientos, columnas, ladrillos y mezcla: el tapial estaba listo, la casa ampliada.
De esta forma se repiten de forma casi habitual las construcciones ilegales sobre terrenos ferroviarios, la mayoría junto a las ciclovías de la ciudad, en todos los barrios santafesinos. A la vista de todos y con impunidad.
Son muchas veces los ciclistas que utilizan ese medio de movilidad urbana los principales testigos del avance urbanístico intrusivo sobre el espacio público. Ellos transitan las ciclovías que interconectan los barrios santafesinos. Y ven el “progreso” de los vecinos cuyos fondos de sus viviendas dan hacia los terrenos ferroviarios, y por ello “aprovechan” para realizar “ampliaciones”.
Pero no hace falta contar con una bicicleta para verlos. Se puede caminar por la zona o simplemente pegar un vistazo a la pantalla a través del Google Maps, desde el confort del hogar, y observar las fotografías satelitales actualizadas con el “progreso inmobiliario”. Algunos vecinos redoblaron la apuesta y ya cuentan con un primer piso.
Mientras el foco periodístico se posa en la usurpación de terrenos en el norte de la ciudad, de manos de familias que en muchos casos son indigentes y demandan una urgente solución habitacional, estos otros vecinos de clase media trabajadora parecen tomar el ejemplo y cometen el mismo delito.
Por este motivo, años anteriores debieron actuar las topadoras que derribaron construcciones ilegales en esos mismos paseos construidos por la Municipalidad de Santa Fe, como el Escalante, o el tramo de la ciclovía que une el Puente Negro con La Esquina Encendida, junto a la traza del extinto Tren Urbano, en jurisdicción de los barrios Mayoraz y Belgrano.
Avanzan las usurpaciones sobre terrenos ferroviarios de Santa Fe
En ese lugar, hace cinco años la anterior gestión municipal derribó construcciones ilegales para implementar el Tren Urbano. Previo a ello, el Estado nacional, mediante notificaciones enviadas a través del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), intimó a los vecinos a restituir las parcelas indebidamente ocupadas.
Pero no son los únicos espacios intrusados. También existe el “progreso ilegal” de la clase media sobre los terrenos fiscales ubicados en Guadalupe, sobre los campitos de las manzanas conformadas por las calles Azcuénaga, Matheu, Riobamba y Gral. Paz, la vieja traza de la circunvalación que jamás se concretó. Y la intrusión de otros casos sociales que involucran a personas con mayores necesidades y urgencias, sobre la traza ferroviaria en barrio Schneider, por ejemplo, cerca del Cementerio, donde fueron levantados precarios ranchos de chapa y cartón.