Andrés Ferratto: "Nos retuvieron los pasaportes y después nos abandonaron acá"
Un grupo de argentinos espera en Lyon su turno para acceder a un vuelo de repatriación. Pero su caso no es como otros: salieron del país en un crucero mucho antes de que se decrete la cuarentena. Desde el primer día están en confinamiento porque las autoridades náuticas no les permitían descender del bote y la diplomacia argentina en Francia no les ofreció ningún tipo de contención.
Andrés Ferratto: "Nos retuvieron los pasaportes y después nos abandonaron acá"
El hotel está en el recinto del aeropuerto de Lyon, Francia. Allí, 14 de los 18 argentinos que viajaban desde el 6 de marzo en un crucero con destino a Hamburgo -donde tenían previsto llegar el 8 de abril-, quedaron literalmente abandonados a su suerte por la empresa de turismo que habían contratado. Los otro cuatro, alcanzaron a tomar un vuelo con destino a México pensando que desde allí podrían volver más rápido a nuestro país; sin embargo, ninguno de los dos grupos consiguió hacerlo.
Los argentinos varados en Francia son oriundos de Santa Fe, Casilda, Lomas de Zamora, Capital Federal, Lago Puelo, Mar del Plata. Andrés Ferratto, vecino de la ciudad de Santa Fe, informó a El Litoral que una vez que estuvieron a bordo del crucero comenzaron a darse cuenta de que los puertos en los que esperaban descender iban quedando atrás y el personal del crucero no les daba suficiente información al respecto. “Finalmente, entre una cosa y otra, el crucero termina llegando el 24 de marzo a Marsella, pero en el interín nuestros vuelos para volver al país habían sido cancelados por la compañías, al decretarse el cierre de fronteras en Argentina”, explicó. “Fuimos forzados a descender y trasladados a Lyon con la excusa de que íbamos a abordar un vuelo a Buenos Aires, esto fue el día 26 de marzo y desde entonces estamos en el hotel del aeropuerto”, manifestó.
La compañía de cruceros se hizo cargo del alojamiento del contingente hasta el día en que finalizaba el viaje pautado. Sin embargo, desde entonces y hace casi un mes, los argentinos se están solventando sus gastos de manera particular. Afortunadamente, aunque la policía local les pidió que se confinaran en este hotel y solo tienen autorización para ir a un supermercado cercano a proveerse de alimentos, ya que el el hotel tiene cerrada su cocina, los propietarios del hospedaje les cedieron el uso del comedor y les facilitaron una heladera. Asimismo, les permiten utilizar un jardín para que puedan salir de sus habitaciones.
El rol de la Embajada
“La diferencia que existe entre lo que se anuncia en Argentina y cómo esto se lleva adelante en los países donde quedamos argentinos varados. Hay una mala creencia de que somos portadores del virus y por eso no debemos ser repatriados, pero esto no es así, nosotros hace casi dos meses que subimos al crucero y ninguno ha manifestado nunca ningún tipo de síntomas. Hay una persona mayor de 80 años, algunos enfermos crónicos”, consideró Andrés.
Desde el Consulado en Francia tuvieron poco contacto con los argentinos. Si bien ellos entienden que el Gobierno dispuso un operativo de repatriación muy estricto, esperaban como mínimo no una asistencia económica ni privilegios para volver antes, apenas un boletín informativo diario o algún tipo de contención, pero -aunque aseguran que la buscaron-, no la obtuvieron.
Por todo esto, el grupo estuvo conversando acerca del rol del personal diplomático y el gasto público que genera. Concluyeron que sin desmerecer el trabajo que realizan, no están capacitados para atender la emergencia. Esto – piensan – es un tema que la dirigencia política deberá reconsiderar una vez normalizada las actividades porque “¿a qué otra cosa recurriría un turista a la Embajada si no es para pedir asistencia en una emergencia?”, razonó Andrés.
Acciones legales
El tiempo les sobra. Algunos salen a caminar hasta el aeropuerto a través del kilómetro que lo separa del hotel. Lo tienen permitido solo porque es una zona rural. La policía pasa a diario a controlar que mantengan el confinamiento.
Pero la mayor parte del día transcurre en las instalaciones del hotel y los catorce conversan mucho. Y entre otros temas, han hablado sobre la posibilidad de iniciar acciones legales a la empresa de turismo. “Llegamos a Dubai el día que la ONU decretó la pandemia y no nos advirtieron: desde allí, podríamos haber tomado cada uno la decisión de continuar el viaje o tomar un vuelo particular para volver a casa; no solo nos ocultaron información, sino que no nos permitieron bajar y nos retuvieron los pasaportes”, recordó Andrés con impotencia.
Además, la empresa finalmente les ofreció un voucher compensatorio que ellos solicitaron canjear por la estadía en Francia, a lo que la compañía respondió de forma negativa. “Nos abandonaron acá, nos bajaron y se fueron inmediatamente”, aseguró el santafesino.
Solidaridad en “la cuarentena más larga del mundo”
Andrés adelantó, un poco más resignado, que podrían acceder a un vuelo con destino a Argentina previsto para el 1 de mayo, a través de Airfrance y costeado por ellos mismos. Para entonces, habrán cumplido casi dos meses fuera del país. Primero en el barco, del que nos les permitían descender. Después, en Lyon…Pero tienen en cuenta que al llegar al país deberán incluso confinarse preventivamente hasta confirmar que no importaron el virus y, luego, incluso, adherirse al aislamiento preventivo general bajo la modalidad dispuesta al momento.
Mientras, disfrutan de los jardines del establecimiento y conversan. El grupo -aseguró- se ha unido mucho con esta experiencia. “Seguramente” mantendrán esta amistad en el futuro, cree. Es que entre ellos, por ejemplo, hay algunos que han agotado sus posibilidades económicas para solventar los gastos y entre todos se ayudan.
Algunos comparten habitaciones para abaratar costos, porque aunque el hotel les está haciendo “precio”, y aceptó cobrarles en dólares en lugar de en euros, “así es un poco más barato”, la prolongación de la estadía se está haciendo difícil de sostener en términos económicos.
Ya con un poco de humor, consideran que han hecho más cuarentena que cualquiera. “Si sabíamos, hubiéramos traído más yerba”, lamentó en nombre de todos.