Redacción de El Litoral
En pocos días serán ocho los alojados en la casa que abrió la ONG.
Redacción de El Litoral
Con esfuerzo y perseverancia, la ONG Solidarydar mantiene abierto el refugio para personas que vivían en la calle. Una experiencia nueva y única, que comenzó hace un año con un noble objetivo: brindar un espacio de contención, asistencia y la posibilidad de encaminar sus vidas.
Actualmente allí residen seis personas, pero la plaza es para ocho por lo que en las próximas semanas incorporarán a dos más. A esos se suman los que ocasionalmente, pasan por la casa —cuya dirección se mantiene en reserva— de forma ambulatoria.
Hace tres semanas, el centro obtuvo el mayor logro desde que abrió: uno de los residentes después de ocho meses en el refugio volvió a su Santa Cruz de la Sierra natal, en Bolivia. Además de acercar un plato caliente y una cama limpia a quién tal vez pasó años en la calle, esa es otra de las tareas de los voluntarios que trabajan en la casa.
En su mayoría los residentes llevan un promedio de ocho meses en el hogar, menos uno que está desde el comienzo. Son todos hombres, ya que por la condiciones del lugar no disponen de espacio y margen para incorporar mujeres.
La ONG Solidarydar, junto con el área de Desarrollo Social de la Municipalidad, tienen relevadas unas 30 personas que hoy viven en las calles de la ciudad, sobre todo el avenidas y el centro. A ellos les brindan asistencia con comida y abrigo y es la instancia en la que toman contacto, para una futura incorporación a la casa.
Recorridas urbanas
"Hace dos semanas retomamos las salidas a la calle. Lo hacemos tres veces por semana con el Cobem, más una asistente social del municipio y un día más, salen sólo los voluntarios de la ONG. Ese trabajo se hace con la casa como centro operativo”, precisó Mauro Martínez, presidente de Solidarydar.
“A la gente que está en la casa le decimos que es de ellos, somos una gran familia. Por eso la idea es que participen, incluso de la diaria, en los quehaceres. Pero todo eso lleva tiempo”.
Mauro Martínez
Pte. de Solidarydar
Pero hoy el mayor desafío es mantener la cotidianeidad del refugio y ganarse la confianza de los alojados. “El objetivo es que las personas cuando ingresan recuperen los hábitos perdidos: bañarse, comer a un horario, compartir una mesa, quedarse en el lugar. Ese trabajo se hace de forma paulatina, es lento”, comentó Martínez y agregó que en general, para las personas con las que toman contacto “estar en la calle no es una elección”.
Como otro de los logros en el transcurso del año, Martínez apuntó el caso de un señor de 66 años que obtuvo una jubilación. “Ahora estamos buscandole una pensión o un asilo de ancianos para que pueda instalarse. Lo conocimos hace seis años porque dormía en la esquina de calle Belgrano y Suipacha, lo trasladamos a la casa y ahora ya podemos pensar en otra vida para él”, comentó satisfecho.
Un año transcurrido es un buen momento para un modesto balance: “sin dudas que es positivo. En su momento era una experiencia sin antecedentes por lo que constituye un aprendizaje continuo, hasta las cosas negativas que pasan día a día. Nos gustaría poder hacer las cosas más rápido, pero no podemos perder de vista que son personas que vivieron en la calle. Estamos en el camino correcto y por eso avanzamos”, concluyó Martínez.
Uno que se fue
Frank Carvallo, oriundo de Santa Cruz de la Sierra, llegó a Santa Fe hace varios años y lo recibió la calle. Ahí vendía las artesanías que hacía.
“Lo conocimos a través de otro grupo, que también hace asistencia en la calle. Lo sumamos a la casa cuando pudimos y al tiempo, empezó a manifestar la necesidad de volver con su familia. El otro grupo se ocupo de hacer el contacto y nosotros de la parte legal. El 25 de mayo se tomó un avión y se reencontró con sus hermanas”, recordó Martínez. Todo un logro.
Previamente, en el refugio Frank adoptó los hábitos que la calle le había robado. “Pudo volver a sentarse en una mesa a comer, dormir en una cama. Además se recuperó físicamente, la calle es así”, concluyó el voluntario.
Para ayudar
La organización sostiene la actividad con al aporte de socios y voluntarios, sumado a lo que obtienen de distintas actividades benéficas. Mientras que la Municipalidad afronta el costo del alquiler de la casa donde funciona el refugio.
Con la llegada del frío piden donaciones de estufas para la casa, más ropa de abrigo y frazadas para la asistencia en la calle. Por otro lado, quienes deseen sumarse como voluntarios pueden contactarse con la ONG a través del perfil de Facebook “Solidarydar” o al teléfono 342 - 5485976.
Un muerto en Rosario
Un hombre de 30 años fue hallado muerto por hipotermia sobre un colchón en la vía pública, el lunes por la mañana en Suipacha al 500, de la ciudad de Rosario.