Gustavo Peretti - Profesor titular de la cátedra "Geografía Argentina" (FHUC - UNL)
La combinación de cambios sociales y las consecuencias en diferentes aspectos de la pandemia repercuten en que el presente año finalice con menos nacimientos y más defunciones en comparación con el 2020. Por otra parte, las uniones, mayoritariamente de tipo de hecho o convivenciales, no alcanzan a recuperar los registros de los años prepandémicos.
Gustavo Peretti - Profesor titular de la cátedra "Geografía Argentina" (FHUC - UNL)
La familia santafesina se encuentra transitando desde los años 70 el recorrido que experimentaron otras sociedades de mayor desarrollo como la europea y la de Estados Unidos. A pesar de estos cambios, el hogar nuclear, concebido como el que está constituido por la pareja con o sin hijos, sigue apareciendo como la forma de co-residencia familiar más generalizada.
En América Latina en general y en Argentina en particular, se han producido una serie de transformaciones sociales que repercuten en una mayor heterogeneidad de las trayectorias individuales de las personas, como ser: el retraso de los jóvenes en su ingreso a la adultez, la mayor libertad para decidir la unión conyugal o civil, como así también la separación y la manifestación de diversas orientaciones sexuales. Estos cambios se encuentran acompañados, en algunos países como ser la Argentina por adecuación de los marcos normativos, plasmados por ejemplo en la legalización de los divorcios y las uniones civiles de personas de igual género.
Uno de los cambios más notorios se da por la creciente preferencia por parte de las parejas de convivir consensualmente en lugar de casarse legalmente. Hoy en día, la unión consensual constituye la modalidad más frecuente de formación familiar y si bien ha permeado en los distintos sectores sociales, persisten importantes diferencias entre quienes son más proclives a convivir sin papeles en contraposición a quienes optan por casarse legalmente. De hecho, la evidencia muestra que las uniones consensuales son más frecuentes en la población de niveles socioeconómicos bajos, con escasa educación formal. El año 2021 se computaron un total de 18.149 uniones, de las cuales el 63% y el 37% se corresponden con uniones de hecho y a uniones civiles respectivamente. Si bien esta distribución según tipo se mantiene en comparación con los dos años anteriores, los valores totales casi se duplicaron en relación con los registros del año pasado, pero aún están en un 25% por debajo de los del año 2019. Esta disminución en cifras muy elevadas de las uniones en general encontraría su explicación en factores que exceden los cambios sociales y estarían relacionados con la pandemia, situación que dificultó los trámites civiles de manera presencial.
En cuanto a los divorcios, si bien casi se duplicaron en comparación con los acaecidos en el 2020, situación atribuible a una mayor normalización de los trámites civiles, aún no alcanzan las cifras del 2019 interrumpiendo la tendencia de las últimas décadas acerca de un incremento en la inestabilidad de las uniones civiles. Esta disminución podría corresponderse con la merma de casamientos que año a año ocurre en las últimas décadas.
Otro dato de relevancia refiere a las defunciones, alcanzando en el 2021 cifras que superan el 33% y el 46% en comparación con las ocurridas en el 2020 y en el 2019 respectivamente, situación que permitiría afirmar que se trata de un "exceso de mortalidad", hecho que en demografía alude a la forma en que el nivel de mortalidad actual supera el nivel esperado de acuerdo con la tendencia observada en períodos anteriores. Según los boletines oficiales del gobierno de la provincia de Santa Fe, desde el inicio de la pandemia hasta mediados de diciembre de este año se registraron por COVID 8.632 defunciones, de las cuales 5.728 se produjeron con el 2021 y 2.904 en el 2019. A estos decesos habría que sumarle además aquellos podrían atribuirse a efectos indirectos, como ser los vinculados con afecciones físicas, psicológicas o sociales, producidas o agravadas a raíz de las medidas de aislamiento social obligatorio.
A la par de producirse un incremento constante de la mortalidad en el último trienio, se observa una disminución en los nacimientos, algo inferior en el 2021 en comparación con el 2020, pero con una notable disminución cercana al 20% si se toma como referencia el 2019. Si bien, la tendencia general muestra una disminución de la fecundidad, el abrupto descenso de los registros del último año habría que analizarlo en el contexto de las consecuencias económicas y psicológicas de la pandemia.