La UNL informó la aparición de un gato montés en la Reserva Ecológica, lo que da cuenta de la recuperación de un eslabón importante en el ecosistema, dado que siempre es valioso tener animales que regulen las cadenas tróficas o cadenas alimentarias.
La UNL informó la aparición de un gato montés en la Reserva Ecológica, lo que da cuenta de la recuperación de un eslabón importante en el ecosistema, dado que siempre es valioso tener animales que regulen las cadenas tróficas o cadenas alimentarias.
La aparición de un gato montés en la Reserva Ecológica de la UNL da cuenta de que es un predador clave en la regulación de poblaciones de especies de importancia sanitaria como los roedores silvestres.
“El gato montés es muy importante porque en nuestra región es un predador clave en la regulación de poblaciones de especies de importancia sanitaria (roedores silvestres) y porque su aparición podría indicar la presencia de condiciones adecuadas para la especie o, incluso, la presencia de una buena conectividad de la Reserva Ecológica con otras áreas naturales, como por ejemplo las asociadas al sistema de la Laguna Setúbal”, enfatizó Cristian Walker, quien es coordinador de la Reserva Ecológica, en representación de la Fundación Hábitat y Desarrollo.
Y destacó que “la Reserva Ecológica de la UNL, a pesar de su pequeño tamaño, no deja de sorprendernos nunca por la gran biodiversidad que tiene, dado que posee una gran expresión de aves, de mamíferos, de serpientes, peces, reptiles y flora típica de nuestro valle aluvial del río Paraná”.
“El gato montés se alimenta de pequeños roedores, insectos, y aves que acecha durante las horas de la noche, dado que este animal tiene los mayores grados de actividad nocturna. En ambientes como la Reserva Ecológica de la UNL suele cazar mucho las grandes aves que habitan en los bordes de la laguna”, expresó Walker.
El gato montés es bastante común en Argentina como en otros países limítrofes, como por ejemplo, en el sur de Brasil, Uruguay y parte de Bolivia, Chile y Paraguay.
“En los años 70 esta especie fue muy perseguida por el valor de su piel”, afirmó Walker. “Argentina en la década del 70 fue un gran exportador mundial de piel de gato montés. Eso significó una merma muy grande en las poblaciones silvestres de esta especie. Afortunadamente se han ido recuperando estas poblaciones. Si bien es un animal común en los ambientes de islas, tenerlo tan cerca de la ciudad representa un valor fabuloso que habla a las claras de la riqueza y biodiversidad de la reserva natural”, prosiguió Walker.