La otra historia que emergió en el barrio de Colastiné Sur en los últimos días es la del "Embolsadito". Se trata de un antiguo marinero francés que durante el apogeo del antiguo puerto que funcionó en ese barrio, allá por 1886, ancló su vida en estas orillas sin saber que lo aguardaba una fatalidad. "De chicos siempre escuchábamos esta historia de boca de los mayores, pero no nos dejaban preguntar", cuenta el vecino Hugo Vaillard.
"Este señor fue encontrado descuartizado en una bolsa arpillera colgada a un árbol a la orilla del río", relata el vecino. Y cuenta que "su tumba inauguró el Cementerio de San José del Rincón". Hoy ese lugar está lleno de cartas, velas, carteles y ofrendas de agradecimiento. Porque dicen que el ánima de aquel hombre hace milagros. Y en el árbol donde fueron encontrados sus restos, sobre el bañado, también hay un altar con ofrendas.
"Recuerdo que Pujato había recogido la leyenda popular del 'Embolsadito', un mito popular del lugar", se limita a decir el historiador Vittori. "Yo no sé más que eso". Néstor Pujato fue quien loteó muchos de los terrenos del barrio. Al fondo de Colastiné Norte levantó un parque temático de juegos infantiles con réplicas de dinosaurios. Y muchos dicen que ese altar del "Embolsadito" sobre el bañado es también un atractivo turístico promovido por este empresario inmobiliario para la zona.
"Cuando el puerto funcionaba, acá vivían 2500 personas y otras 2500 que eran trabajadores golondrinas. Y uno de ellos fue este navegante francés", cuenta el lugareño Vaillard.
Tenés que leerCon la bajante del Paraná asoman restos de un puerto olvidado del siglo XIX-¿Por qué apareció descuartizado?
-(Silencio). Según cuentan, el francés tenía muy buena presencia y estirpe. Trabajaba en el puerto y solía arrimarse a los bares, les pagaba un par de copas a los parroquianos y visitaba luego a sus señoras. Hasta que aquel día visitó a la señora del carnicero de la zona, y lo descubrió.
-¿Y por qué el "Embolsadito" es milagroso?
-La tumbita levantada en el bañado está llena de ofrendas de gente que le ha pedido milagros y, aparentemente, los ha cumplido. Lo mismo en el Cementerio de Rincón. Dicen que cuando lo enterraron el sepulturero había jugado un número y cuando tiró la primera palada de tierra le pidió ganar el premio. Y así ocurrió. Eso dicen. Acá ha venido gente a prenderle velas, hasta botitas de yeso de criaturas con problemas le han dejado a la tumbita. Después, las crecientes se llevan todo.