"El accidente cerebrovascular (ACV) ocurre cuando una parte del cerebro no recibe sangre, lo cual genera la muerte neuronal". En simples palabras lo explica Carlos Martínez, médico neurólogo y jefe del Servicio de Neurología del Hospital José María Cullen. Es parte de un documento elaborado en el marco del Día Mundial del ACV que se conmemora cada 29 de octubre con el objetivo de visibilizar síntomas pero también para hacer hincapié en los factores de riesgo y en el alto -altísimo- porcentaje de prevención.
Martínez dialogó con El Litoral junto a Abel Galindo, subjefe del servicio que está ubicado en el subsuelo del efector de salud. Galindo es, además, presidente de la Asociación de Neurología de Santa Fe, organismo que integran alrededor de 45 profesionales.
Para tener una magnitud de impacto del ACV, las cifras indican que:
- Es la primera causa neurológica de discapacidad y la segunda causa mundial de muerte.
- El 90% de los casos están relacionados con factores de riesgo como hipertensión, diabetes y cardiopatías.
- En la Argentina, se produce un ACV cada nueve minutos, según datos arrojados por el estudio Prevista (Programa para la Evaluación Epidemiológica del Stroke en Tandil), publicado en la revista Stroke en 2016.
- La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que 15 millones de personas sufren un evento vascular cerebral al año en todo el mundo. De este grupo, 5 millones mueren y otros 5 millones sufren una discapacidad de por vida.
En cuanto a la edad de mayor ocurrencia, "antes era más frecuente en personas mayores de 55 años, pero ahora también ocurre en pacientes jóvenes". En esta población, las causas generalmente están asociadas a enfermedades del corazón o de la sangre que predisponen a la formación de coágulos (trombofilias) o la disección (ruptura) de una arteria en pacientes jóvenes cuando hacen una actividad física brusca; por supuesto que tiene que haber una predisposición genética para que esto ocurra", aclaró Martínez.
El ACV o accidente cerebrovascular -también conocido como ataque o derrame cerebral ocurre "cuando un vaso sanguíneo se bloquea o se tapa por un coagulo, esto se denomina ACV isquémico y representa el 85% de los casos; en cambio, cuando se rompe una arteria cerebral y se forma un hematoma en el tejido es un ACV hemorrágico y corresponde al 15% de los casos".
Como se dijo, "los principales factores de riesgo son la hipertensión arterial (presente en casi el 80% de los pacientes que sufren un ataque cerebral en la Argentina), diabetes (el 22% de los pacientes que sufren un ataque cerebral son diabéticos), tabaquismo (aumenta el riesgo entre un 50% y un 70%, siendo mayor el impacto en las mujeres), el colesterol alto, el alcoholismo y ciertas enfermedades del corazón como la fibrilación auricular".
El siguiente dato es fundamental: el 80% de los casos de ACV es prevenible y la acción temprana en la urgencia puede reducir al mínimo el daño cerebral y la posibilidad de muerte y discapacidad".
Debemos sospechar que una persona está padeciendo un ACV si presenta, de forma aguda, algunos de los siguientes signos:
- Pérdida de sensibilidad y/o fuerza de un lado u otro de la cara, brazo o pierna.
- Dificultad para hablar o comprender el lenguaje.
- Pérdida transitoria de la visión.
- Dolor de cabeza intenso y súbito.
- Pérdida del equilibrio, vértigo.
- Imposibilidad de caminar y ejecutar maniobras de forma coordinada.
Ante la sospecha de síntomas de un ataque cerebral, el diagnóstico debería ser realizado de inmediato. Debe llamarse al servicio de emergencias (107), aclarando al operador que la persona ha sufrido un ataque cerebral, lo que constituye una emergencia neurológica.
El paciente debería permanecer sobre uno de sus costados para evitar que la saliva o un eventual vómito se dirijan a la vía respiratoria. Es conveniente anotar la hora exacta del comienzo de los síntomas.
El tratamiento de un ACV requiere de la acción coordinada de un equipo profesional multidisciplinario que comprende desde la recepción del llamado a la ambulancia, la asistencia en la ambulancia, el rápido traslado a un centro capacitado para realizar los tratamientos de urgencia y los estudios diagnósticos que se requieran.
Saber de qué se trata un accidente cerebrovascular, detectar cuáles son sus síntomas y trabajar en los factores de riesgo modificables es una manera de prevenir el ACV.
Ya se dijo que el 80 % de los episodios son prevenibles y que es fundamental la acción inmediata. A esto los médicos suman que:
- Es necesario realizar los controles periódicos de salud, tratar y controlar la presión arterial, la diabetes y el colesterol, así como evitar el cigarrillo.
- Es importante mantener un peso adecuado y realizar actividad física aeróbica. Mejorar la dieta, aumentando la ingesta de fruta y verdura y disminuyendo las grasas de origen animal, así como reducir el consumo de sal. Todas estas acciones ayudarán a contrarrestar los factores de riesgo.
- La sociabilización también es un factor a tener en cuenta: estar bien de ánimo, tener amistades y hacer actividades de grupo, ya que la depresión y el aislamiento se asocian al ACV.
- Tener las vacunas al día para evitar infecciones, acudir al odontólogo y tener un buen estado dental, también disminuyen el riesgo de sufrir un ACV.
Por último, es necesario mantenerse informado con fuentes confiables, por ejemplo, concurriendo a charlas a la comunidad y consultando a su médico sobre prevención.
El Hospital José María Cullen -explica Carlos Martínez, jefe del servicio de Neurología- cuenta con equipo de ACV; "es decir, con un equipo multidisciplinario organizado y especializado en la atención de pacientes con ACV agudo, con guardia de neurología especializada 24 horas y con disponibilidad de tratamientos de reperfusión".
En pandemia, los controles siguen
"Pacientes que tienen una patología crónica, como una enfermedad coronaria o neurológica, si o si tienen que asistir a los controles periódicos, tomar la medicación y no tener miedo de que en un ámbito hospitalario o un sanatorio se puedan contagiar, porque tienen medidas de seguridad, se hace un triaje y hay protección". La recomendación cobra particular sentido en el actual contexto de pandemia por Covid-19 que desalentó a parte de la población -al menos en un primer momento- a concurrir a centros de salud. "La recomendación siempre es seguir con los controles periódicos. En aquellos países que no lo hicieron, se registran complicaciones en las patologías crónicas", sostuvo Carlos Martínez.
En la ciudad, los controles se realizan -en el ámbito público- en el Cemafe que cuenta con áreas diferenciadas, Covid y no Covid, y equipos de bioseguridad para profesionales como medida de prevención.
Por otra parte, el ACV es la primera causa de discapacidad en el país, y la tercera de muertes luego de enfermedades cardiovasculares y cáncer. Razón de más para sostener los chequeos periódicos y mantener bajo control a factores de riesgo como hipertensión, diabetes y colesterol.
El estrés también juega un rol importante. "Es un factor de riesgo para todas las enfermedades cardiovasculares", recordó Abel Galindo, y cobra en este escenario una importancia mayor cuyos efectos "vamos a ver post pandemia".
Mientras tanto, es esencial comer en forma saludable incorporando frutas y verduras a la dieta; disminuir el consumo de sal, y hacer caminatas frecuentes o aquellas actividades que estén recomendadas por el profesional a cargo y permitidas en el marco de la pandemia.