El Contraalmirante Marcelo Tarapow visitó la ciudad de Santa Fe para presentar su libro “Fragata Libertad – Una escuela en el mar”. El evento se llevó a cabo este viernes en el Club del Orden (San Martín 1936).
El Contraalmirante, director general de Educación de la Armada Argentina, llegó a la capital santafesina para contar los detalles históricos y su experiencia personal a bordo del buque escuela emblema de fuerza, al que considera “un verdadero símbolo nacional”.
El Contraalmirante Marcelo Tarapow visitó la ciudad de Santa Fe para presentar su libro “Fragata Libertad – Una escuela en el mar”. El evento se llevó a cabo este viernes en el Club del Orden (San Martín 1936).
“Aprovechamos esta hermosa convocatoria y este lugar tan emblemático, el Club del Orden, para hablar también del viaje de instrucción con rumbo a Irlanda que está llevando ahora adelante la Fragata Libertad, para participar del Centenario de la República, y otros temas que pueden surgir acerca de la Armada Argentinas, desde su diseño en el tablero y la puesta del primer remache hasta su actual ubicación en Baltimore de camino a Irlanda”, comentó el autor a El Litoral. “También contamos la historia del mascarón de proa, la madera, el velamen, el diseño del casco y, sobre todo, el orgullo de estar hablando de un buque enteramente construido en nuestra República Argentina”, adelantó.
La construcción de la Fragata empezó en 1953 y el primer viaje de instrucción se realizó en 1963. Según Tarapow, esa demora de diez años fue producto de un cambio en el diseño original: “En principio, el modelo del buque iba a tener cuatro palos verticales o mástiles y un aparejo de bergantín goleta; pero estudios recomendaron cambiar ese sistema de velas y pasar a una fragata, que es el sistema actual de propulsión a velas, cuadras y triangulares. Actualmente, está realizando su viaje número cincuenta”.
El Contraalmirante también explicó que los viajes que realiza el buque son de instrucción, con los egresados o los que están a punto de egresar de la Escuela Naval, o embarcos, que son otras navegaciones, por el Litoral, en nuestros puertos argentinos llevando alumnos de otra de las 14 escuelas que tiene la Armada Argentina, entre escuelas de formación y capacitación, militares y de Marina Mercante: la Escuela Nacional de Pesca y la Escuela Nacional Fluvial; y liceos, secundarios, uno en Posadas y otro en Buenos Aires. “También nos representa -añadió- en eventos, como el Operativo Velas 2022, liderado por Brasil por su bicentenario; y se acaba de producir el relevo, porque es un evento que nuclea a los buques escuela a vela similares, de muchos países, fundamentalmente latinoamericanos, y el próximo organizador – en 2026 – va a ser Perú”.
El experto destacó que, si bien la vida estimada de un buque es de cuarenta o cincuenta años, este lo ha superado. “Es verdad que en 2004 se lo detuvo durante prácticamente tres años y estuvo en reparación en el mismo astillero que lo vio nacer, y ahí se le realizó la media vida, que implicó un cambio de planta propulsora completa, el cambio de la cubierta, el ajuste de toda la arboladura, velas, cabos, lo que nos permite pensar en que tenemos, por lo menos desde 2008, otros cuarenta años más”.
En cuanto su experiencia personal, Tarapow recordó que embarcó en la Fragata Libertad por primera vez como cadete, en el año 1982, al ingreso de la Escuela Naval, en un embarco corto de verano de alrededor de un mes. “Después, tuve otras oportunidades, como cadete y como oficial; y la última vez que navegué en la Fragata Libertad fue en 2021, pero no como parte de la plana mayor, sino como integrante de la Dirección General de Educación, con motivo de participar del alistamiento e inspección previos a un viaje de instrucción”.
Para el autor, el buque es “un verdadero símbolo nacional”. Mientras comentaba que tras su paso por Baltimore la embarcación se dirigirá a Francia y por primera vez va a amarrar en Sait – Malo, explicó que se trata de “un puerto francés muy querido” porque ahí surgieron las primeras tres expediciones en 1762 que llegaron y poblaron las Malvinas, antes que llegaran las poblaciones inglesas. “De hecho -dijo- el gentilicio de aquellos que viven en Saint – Malo es maluin o maluines y de ahí el origen del nombre Malvinas”.
“Pero lo que más me gusta decir es que es un producto argentino, hecho por nuestros profesionales del astillero Río Santiago, cerca de La Plata, que tomaron la experiencia de lo que pudieron vivir en otras construcciones que eran distintas, porque hay muchos países que tienen buques escuela”, insistió, y detalló que en Latinoamérica, excepto Perú desde hace tres años, todos los demás países que tienen buques escuela los han enviado a construir en otros países, fundamentalmente europeos; “Esta es bien criolla”, consideró.
“Es un verdadero símbolo nacional, pero no es solo por el hecho de decir que es argentina, sino que además ostenta el récord del cruce del Atlántico Norte, así que no solo está hecha en Argentina, sino que, además, está bien hecha”, concluyó.
Dejanos tu comentario
Los comentarios realizados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Evitar comentarios ofensivos o que no respondan al tema abordado en la información.