El Litoral
Tras episodios muy violentos ocurridos en enero, la zona está más patrullada e iluminada. Vecinos dicen que se reiteran los hechos y piden reuniones.
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Por la tarde, el parque Juan de Garay se enorgullece de una postal bella y familiar: hay parejas con sus hijos haciendo un picnic sobre un banco, un grupo de chicos en un “picadito” de fútbol, y el enorme piletón, con su fuente que dispara agua a borbotones, es una bendición para muchos que quieren combatir el calor sofocante divirtiéndose. Por las veredas laterales, desde la tardecita, la gente sale a caminar o correr, y a disfrutar del aire purificado de las arboledas interminables.
Pero no todo queda en esa agradable postal. El lunes 23 de enero, un chico de 15 años fue apuñalado en una presunta discusión, en inmediaciones del predio. Y dos días antes, habían atacado en horas de la siesta a una joven, que recibió 8 puñaladas en un presunto intento de robo, como relató la crónica policial publicada en este medio.
Tras estos episodios, El Litoral constató que hay más patrullaje de la Guardia de Seguridad Institucional (GSI) y de la Policía provincial, y que el predio está iluminado de noche. Pero en una recorrida por el parque y las calles que lo circundan, el testimonio más coincidente de los vecinos es que se repiten arrebatos de objetos personales, como celulares o bolsos de mano.
Carteristas
“Hay episodios aislados de arrebatos sobre personas, que son atacados por alguien que va en moto, le manotea la cartera y se va a otro barrio cercano, detrás de la vía. Es imposible perseguirlo”, contó un vecino que no quiso dar su nombre. No obstante, aseguró que “hay patrullajes policiales muy seguido”.
Marta, una vecina del barrio, hace poco tuvo un buen susto: un joven en moto le pasó muy cerca, “como con la intención de querer robarme”, dijo. La mujer no llevaba bolso, y no ocurrió nada. “Pero el comentario de los vecinos con quienes frecuento es que hay arrebatos en el parque, sobre todo de celulares y carteras”, dijo. Creo que estas personas arrebatadoras, que andan en moto por lo general, conocen los movimientos de las personas que frecuentan el predio”, opinó.
De noche hay mucha gente que sale a hacer actividad aeróbica en el parque, con sus teléfonos móviles conectados a auriculares, o a caminar. “Creo que los delincuentes están ‘a la pesca’ de estas personas, o de los descuidados”, opinó Pablo, otro vecino. “No obstante, veo que (estas personas) salen a hacer ejercicios en grupo, y eso da más seguridad. Hay patrullajes más seguidos que antes”, resaltó.
“Por suerte, nunca me tocó vivir una situación desafortunada de robo aquí en el parque. Pero sabemos que hay arrebatos de parte de carteristas, no robos a mano armada o mediante arma cortopunzante”, contó a El Litoral Rubén, un vecino que estaba aprovechando la tarde para caminar. “Más que nada, arrebatos”, insistió.
Dos jovencitos que improvisaban un picnic debajo de una generosa arboleda dieron su testimonio. “La zona del parque está abierta y es vulnerable durante la noche. Si bien el predio está iluminado, hay zonas que no, y están muy oscuras. El parque está muy lindo y cuidado, pero quizás falte más iluminación en esos sectores”, coincidieron David y Florencia.
Un comerciante que tiene su local en frente del parque relativizó estos hechos: “Mi opinión es que ocurren arrebatos, pero nada distinto a cualquier barrio de la ciudad. Esto pasa en todos lados. A mi vehículo lo dejo de noche en la calle, y nunca me pasó nada. El parque está iluminado. Además, la situación ha mejorado porque se ve más patrullaje de noche”.
Pedido de reunión
Debido a la gravedad de los últimos hechos, hace una semana la vecinal Parque Juan de Garay solicitó una reunión al Destacamento N° 4 que está en el parque. La tesorara, Graciela Pieroni, dijo que todavia no obtuvieron respuesta. Convocan al comisario del destacamento, Natalia Lamagna; al jefe de Orden Público, Subdirector de Policía Diego Grasso, y al Jefe de la URI, Luis Siboldi. “Queremos dialogar sobre
todos los hechos que se fueron dando en estas últimas semanas, con mayor agresividad y la especial preocpuación de que empezaron a entrar a las viviendas”, dijo.
Además, plantearán la necesidad de mejorar las condiciones edilicias del destacamento: “Está en estado calamitoso, no tienen ni siquiera agua corriente para tomar”, aseguró.