Luciano Andreychuk
landreychuk@ellitoral.com
Twitter: @landreychuk
Aunque parezca mentira, los santafesinos amanecieron con una postal cinematográfica de guerra, de esas que muestran calles destruidas por bombardeos. Es que un “cráter” de unos 10 metros de diámetro y 5 de profundidad se formó en Bv. Pellegrini y Urquiza, una de las zonas más transitadas de la ciudad. La postal asombró a curiosos, propios y extraños que desde detrás del vallado se paraban para sacar fotos a la insólita escena.
El socavón se produjo en horas de la madrugada por la rotura de un caño madre de Aguas Santafesinas (Assa), de diámetro mediano (unos 300 milímetros). “Presumíamos que podía ser por las características propias del terreno en esa zona, que es arenoso”, dijo a El Litoral a primera hora de la mañana el gerente de Relaciones Institucionales de Assa, Guillermo Lanfranco.
Al mediodía lo confirmó: “El socavón se produjo por problemas en el terreno. Hubo un hundimiento que llevó a que se rompiera la cañería madre. El peso de la losa asfáltica terminó de hacer lo suyo”, explicó Lanfranco a El Litoral. Al cierre de esta edición, se estaba colocando un “tapón” para frenar la pérdida de agua del caño roto y así normalizar el servicio. “Ésa es la prioridad a resolver. Recibimos unos 20 reclamos de vecinos, no por falta de agua en sus viviendas sino por poca presión”.
Lanfranco estimó -y aclaró que el cálculo es aproximado- que arreglar la cañería y el socavón “demandará por lo menos ente 15 ó 20 días”. Con todo y dada la gravedad del hundimiento, esto afectará por ese prolongado tiempo la normal circulación vehicular en bulevar Pellegrini, con Urquiza clausurada en su intersección.
“Hablamos de pérdida de tierra, de un hundimiento que se fue formando durante años y que terminó de ceder. Todo tiene relación principal con una cuestión del terreno. Así se produjo el socavón y la rotura del caño maestro”, insistió Lanfranco. Y reiteró que con la colocación del “tapón” en el caño, se normalizará el servicio y se podrá comenzar a retirar los escombros.
Cráter
Esta mañana, en el interior del “cráter” la cañería madre no dejaba de despedir agua. A pocos metros, se veía una columna de un metro de diámetro que, en teoría, sostenía la estructura. En lo profundo estaban los restos rotos de la losa asfáltica. Y arena, mucha arena. El área crítica se encontraba vallada; pero como estaba todo socavado, sobre la calle quedaban sectores de carpeta asfáltica resquebrajada. Nuevos desprendimientos parecían inminentes.
Se clausuró el tránsito sobre calle Urquiza al 3500. Se restringió el tránsito en Francia y bulevar, y en Urquiza y Cándido Pujato. No obstante, se habilitó una calzada sobre bulevar Pellegrini. El tránsito debió circular despacio y con cuidado, pero los autos pudieron seguir transitando.
“Tenemos que llegar al sector donde podamos afianzar la cañería, lo cual no es una tarea sencilla por las características arenosas de la zona. Después reparar, rellenar el terreno y, por último, pavimentar la calzada”, dijo el gerente. Los cortes permanecerán vigentes hasta tanto finalicen las tareas de Assa, indicaron fuentes municipales.
Un antecedente: el socavón de Urquiza y Cándido Pujato
Consultado por El Litoral sobre si existió alguna relación entre este insólito hundimiento y el “histórico” socavón de Urquiza y Cándido Pujato, reparado a mediados del año pasado -hay una cuadra de distancia entre uno y otro-, Lanfranco descartó todo tipo de vinculación. “Son dos problemas distintos. No hay relación”, aseguró.
El socavón de Urquiza y Cándido Pujato data de 1996. En abril de ese año, personal de la ex Aguas Provinciales reparó el socavón. En 2003, el hundimiento otra vez ganó la calle. En mayo de 2008, resurgió el socavón. El anegamiento de un tramo de la calle, como consecuencia de las lluvias, fue una postal de meses.
Y otra vez, reapareció en 2010: hubo un nuevo hundimiento de la calzada. Un año después, en 2011, Assa difundió el resultado de una videoinspección que realizó en el sector. “El socavón de Urquiza se genera por un problema en el suelo”, fue la conclusión.
Hubo un primer llamado a licitación que se cayó, y un segundo en 2013. Luego de idas y venidas, de promesas de reparación inmediata que no se cumplieron, finalmente ese socavón se reparó a mediados del año pasado.
Esta es la zona donde se produjo el socavón