Atan con cadenas las bocas de tormenta para evitar que las sigan robando
La Municipalidad tomó esta medida porque los hechos son cotidianos. En los primeros tres meses se recibieron 113 denuncias. Junto a la sustracción de cables, la reposición ya implicó una inversión de $ 10 millones este año.
Los cables del alumbrado público y las tapas o rejillas de hierro de las bocas de tormenta parecen ser un blanco fácil para los ladrones santafesinos dispuestos a dejar sin luz a distintos barrios y a generar un peligro constante para peatones y conductores que les toca transitar calles en estas condiciones. En lo que va del año, la Municipalidad de Santa Fe recibió 113 denuncias distintas por vandalismo y robo solo de bocas de tormenta en barrios de la ciudad.
Mientras la Municipalidad trabaja en una licitación para mejorar el alumbrado de los parques Federal, Garay, del Sur y alrededores de escuelas donde falta iluminación, la Dirección de Gestión Urbana lleva gastados 10 millones de pesos de su presupuesto únicamente en reponer cables, farolas y tapas o rejillas de las bocas de tormenta.
Manuel Fabatía Un ejemplo. Así estaban este lunes las bocas de tormenta de bulevar Muttis, sin tapa.
Un ejemplo. Así estaban este lunes las bocas de tormenta de bulevar Muttis, sin tapa.Foto: Manuel Fabatía
Matías Pons, el funcionario a cargo del área, aseguró en diálogo con El Litoral que reponer cada tapa o rejilla de las bocas de tormenta “tiene un valor aproximado de 5 mil o 6 mil pesos”. Ese precio multiplicado por 113 denuncias, más las que se reparan sin recibir la denuncia correspondiente, sumado a algunas que se reponen dos o tres veces, terminan dando un valor demasiado alto de inversión de dinero que “podría ser destinado a mejorar los servicios en otras partes de la ciudad que no los tienen”, aseguró.
A pesar de que los 10 millones de pesos gastados hasta el momento en la reparación y reposición de los servicios de iluminación y desagüe vandalizados, son parte del presupuesto que la Dirección de Gestión Urbana tiene para comprar elementos, “la idea no es usarlo en estas reparaciones sino más bien en mejoras”, afirmaron desde el municipio. Pero como los hechos suceden casi a diario, este objetivo se complica.
Guillermo Di Salvatore D.R
Foto: Guillermo Di Salvatore
Las zonas donde más roban
Barrio Candioti y los barrios del macrocentro son los que más sufren estos hechos delictivos pero se dan en toda la ciudad.
Hace dos años, El Litoral reflejó la preocupación de vecinos del noreste, de los barrios La Esmeralda, Ledesco y Nueva Esperanza Este, por la frecuencia con que ocurrían este tipo de hechos delictivos a plena luz del día y frente a ellos. La modalidad estaba muy bien organizada: una persona joven saca la tapa y la deja a un costado; más tarde van otros en un vehículo, las cargan y se la llevan.
Para Pons, estos robos generan un mayor peligro en la ciudad, tanto para “peatones y conductores que corren el riesgo de caerse a una boca de tormenta, y a su vez mayor inseguridad en las zonas donde se roban los cables o focos de luz”.