Tan lejos quedaron aquellos 220 pesos que se pagaban hasta finales de enero por un boleto frecuente de colectivo que se pierde la noción de todo lo que pasó en tan sólo ocho meses de este 2024. Hoy, la tarifa plana cuesta 1.200 pesos, con lo cual el acumulado en cuatro aumentos autorizados por la Municipalidad de Santa Fe es del 445,4%.
A la principal causa de esta suba estrepitosa de un servicio esencial para la movilidad de miles de personas hay que buscarla, primero, en la eliminación del Fondo Compensador del Transporte por parte de Nación para el interior del país, que se informó en enero. Estos subsidios eran la principal base financiera para sostener la famosa “matriz de costos” de la que hablan los empresarios del rubro.
Esta matriz implica el costo del combustible -que tuvo incrementos significativos en lo que va del año- para poner a andar los coches; la reparación y mantenimiento de éstos; el “corte” de viajes por mes -que aún no se recuperó desde la prepandemia- y los sueldos a los choferes, paritarias con el sindicato mediante, entre otros índices.
En el medio, los esfuerzos municipales estuvieron en los reclamos ante funcionarios nacionales y el Congreso para que se reintegre en Fondo Compensador, o bien para que el Impuesto al Combustible derrame -al menos, un poco- hacia las ciudades del interior que tienen SUBE para destinar esos montos al sostenimiento del sistema.
“El impacto de la nueva tarifa no tiene fecha exacta aún porque depende ahora de SUBE, pero posiblemente a fines de la próxima semana suceda”, indicaron desde el municipio. Crédito: Manuel Fabatía
“Queremos que un porcentaje del Impuesto al Combustible vuelva a cada provincia”, había “rogado” en declaraciones públicas el intendente capitalino, Juan Pablo Poletti. Incluso insistió en varias oportunidades en la “discriminación” desde Nación hacia el interior del país con respecto al AMBA. De momento, todas las gestiones políticas fueron infructuosas.
Argumentos oficiales
Desde el inicio de la gestión del intendente Poletti, “se aportaron $1.260 millones para mantener el sistema de transporte público de pasajeros de la ciudad. En agosto se registró el mayor número de viajes”, aseguraron fuentes municipales.
“Fueron 2,9 millones de traslados en colectivo (el mes pasado) los que realizaron los santafesinos, que fueron servidos con una producción de más de 1 millón de kilómetros, casi sin interrupciones de servicio. Además, las empresas incorporaron nuevas unidades, alcanzando 42 coches de modelos 2023 y 2024”, agregaron.
El último aumento del boleto frecuente en la ciudad fue anunciado este viernes. “La medida tiene lugar en un contexto de la emergencia de la movilidad, con cambios a nivel nacional que obligaron a una reestructuración drástica del esquema de ingresos del sistema”, agregaron en la justificación desde el municipio.
Progresión de aumentos
Como se dijo, en lo que va del año el Ejecutivo municipal autorizó cuatro actualizaciones de la tarifa. Hasta el último día de enero, el boleto plano costaba 220 pesos. Pero el 1° de febrero, se informó la primera suba, por decreto Nº 00017/2024. La tarifa pasó a valer 380 pesos: 72,2% de un solo saque.
El 4 de marzo se autorizó el segundo incremento (decreto 00023/2024). De 380 pesos, la tarifa plana en esta capital pasó a costar 700 pesos. Fue un 84,2% más sobre el valor anterior. Fue quizás el momento más álgido de la actual crisis del transporte público, con paros de choferes y gestiones desesperadas ante Nación.
La tercera suba del boleto llegó en junio, a través del decreto municipal N° 00050/2024: el Ejecutivo capitalino autorizó una suba de la tarifa frecuente de 700 pesos a 940 pesos (34% de incremento respecto del monto anterior).
Y el cuarto y último incremento se conoció este viernes 20 de septiembre, en la víspera del inicio de la primavera: el municipio, luego del dictamen favorable del órgano de control, autorizó una tarifa frecuente de 1.200 pesos, que se hará efectiva la semana entrante. El acumulado, como se dijo, es de casi 450% desde el 1° de febrero a la fecha.
Quiénes pagan ese monto
“La tarifa plena pasará a costar $1.200, valor que sólo abonará el 22% de los usuarios de la ciudad, ya que el resto cuenta con algún tipo de descuento”, argumentaron desde el municipio.
Es que según el relevamiento que informó el gobierno local, la “torta” de pasajeros está distribuida por un 35% de usuarios que cuentan con la franquicia del boleto educativo gratuito para estudiantes y docentes; y un 29% de los pasajeros de la ciudad tienen algún atributo social nacional, por el cual los beneficiarios pagan el 45% de la tarifa total.
Además, un 12% de esa distribución está comprendida por personas con discapacidad y acompañantes, que no abonan nada; y un 2% son “otros” -aquí, no se especifica quiénes integran ese porcentaje-. Entonces, ¿quiénes son ese 22% que debe abonar una tarifa plana de 1.200 pesos?
Un usuario sin ninguna franquicia debe abonar por dos viajes unos 60 mil pesos por mes. Crédito: Archivo El Litoral / Flavio Raina
Se infiere que es una porción de la población económicamente activa de clase media y media-baja que no cuenta con ningún beneficio social: es decir, el cuentapropista, el empleado de comercio, el asalariado en relación de dependencia, el empleado del Estado (excepto los docentes, que no pagan el viaje porque cuentan el beneficio del boleto educativo gratuito, por ejemplo). La masa entonces está integrada por “el laburante” de a pie.
Un último cálculo: esa “masa laburante” que no cuenta con ninguna franquicia y debe abonar 1.200 pesos, si debe realizar dos viajes diarios (en seis días hábiles de una semana), tiene que destinar de sus ingresos unos 60 mil pesos por mes. Sólo para ir y volver de su trabajo. El monto total “duele” a la vista, pero más al bolsillo.