Santa Fe: con el cole a $ 700, los usuarios evalúan tácticas "gasoleras" para poder moverse
Ya se habla de hacer tramos: caminar las cuadras que se puedan y combinar con el boleto Centro. Las bicis públicas, “aliadas”. ¿Vuelven los viajes compartidos?
Santa Fe: con el cole a $ 700, los usuarios evalúan tácticas "gasoleras" para poder moverse
“Soy empleada doméstica. Me voy a quedar sin trabajo porque (mis empleadores) no me pueden pagar el colectivo. Es una vergüenza, no alcanza lo que cobro por día para vivir. Trabajo en Las Flores II, vivo en Centenario. Tengo que tomar cuatro colectivos (serán 2.800 pesos). Entonces, debo trabajar sólo para pagarme el boleto”.
El lapidario testimonio es de una vecina que estaba apostada en una parada en la Plaza del Soldado, sobre calle Mendoza, que fue entrevistada días atrás por CyD Litoral, a propósito del inminente aumento del boleto de colectivos, que se irá a 700 pesos.
Este es el caso extremo: perder la fuente laboral por no poder pagar cuatro viajes diarios en colectivo; o sólo trabajar para pagar el costo de esa movilidad diaria. Y si sobra, será para “parar la olla”.
Pero hay otros casos de empleados (del sector público y privado), de estudiantes, incluso de personas que usan el colectivo no siempre y de modo recreativo, para llegar hasta un punto de la ciudad (un bar o una plaza, por ejemplo) para recrearse.
En un relevamiento que realizó El Litoral sobre varias paradas del macrocentro, se detectó que los pasajeros habituales ya evalúan estrategias “gasoleras” para moverse en la ciudad: para ir a trabajar sin que “duela” tanto el costo diario de boleto de colectivo; para realizar trámites, incluso para estudiar. Aquí aparecieron varias tácticas.
Primero, la de movilizarse por tramos. Por ejemplo, caminar 10 ó 15 cuadras y luego hacer una combinación con el boleto Centro, que se iría a unos 500 pesos, si se toma un porcentual aproximado de la tarifa plana de 700 pesos, cuya efectivización se aguarda, está al caer pero el aumento ya fue confirmado por el intendente Juan Pablo Poletti.
La otra estrategia es la bicicleta, no sólo las particulares, sino -sobre todo- las del Sistema de Bicis Públicas (SBP). Todo indica que habrá una mayor demanda de este servicio en los próximos meses -que sigue siendo gratuito, aunque en su concepción normativa debería ser pago-, sobre todo de adultos jóvenes y de estudiantes que no cuentan con ninguna franquicia. Un tramo en bici, otro “pateando” hacia el destino.
En los dos primeros casos, en los viajes por tramos (un trayecto en bici, o caminando) también aparecen -a juzgar por los testimonios recabados- los sistemas de transporte particular, como taxis, remises o alguna app de viajes privados.
“Con el paro de colectivos de este martes, yo ya me bajé una de estas aplicaciones; es más barato me dijeron”, relata Eugenia, cuentapropista. La usuaria debe hacer cuatro viajes diarios: desde barrio El Pozo, donde vive, hasta Av. Gral. Paz: “Esto, la verdad me mata. No quiero ser exagerada, pero el costo de la movilidad va a afectar directamente en mis finanzas. No puedo hacer un trayecto tan largo caminando o en bici”, se lamenta.
La caminata de varias cuadras y luego la combinación con el boleto Centro -por ejemplo-, una de las opciones barajadas por los usuarios. Crédito: Flavio Raina
Pero además, la vecina apunta a otro elemento: “Las líneas 2 y 9 funcionan muy mal en mi barrio. Tenemos esperas de hasta dos horas, así como te lo cuento. Llego tarde a mi trabajo, y es tiempo laboral perdido”, agrega. Sonia, mamá de una estudiante, también participa: “Mi hija tendrá que agarrar la bici, ya le dije. Aunque tiene miedo de que se la roben...”. Todo se da en la parada de Crespo y Rivadavia.
¿Viajes compartidos?
“Mirá, yo tengo el beneficio del acceso gratuito por discapacidad. Pero si tendría que pagar el boleto de 700 pesos dos veces por día, me complicaría mucho en mi economía doméstica. Ni me quiero imaginar dos boletos diarios…”, le cuenta a El Litoral Carina, en la parada de La Rioja y Av. Rivadavia.
“Tengo amigos que ya están evaluando colaborar entre ellos: el que tiene un auto pasa a buscar y deja a otros, y luego comparten los gastos del combustible. Creo que este recurso también se va a instalar: un vehículo con conocidos o colegas del mismo trabajo, por ejemplo, y con los gastos compartidos”, dice la usuaria.
Lorena tiene un solo viaje diario (en días hábiles), porque su marido la lleva en coche hasta su trabajo. “Pero te aseguro que con ese valor (700 pesos), serán 14 mil pesos al mes, sólo de colectivo. Es mucho”, comparte su testimonio.
Estudiantes
Julieta tiene el Boleto Educativo Gratuito (BEG), con lo cual hace dos viajes por día cuando cursa. “O sea que para estudiar, el aumento no me impacta; sí cuando tengo que hacer otro viaje, por ejemplo para ir a preparar una materia a la casa de una compañera, incluso cuando debo tomarme un bondi para llegar hasta algún lugar de recreación”, dice.
Las bicis públicas ahora tendrán mayor protagonismo en el ecosistema vial de la ciudad. Crédito: Mauricio Garín
La estudiante es del interior, del norte provincial. “Hasta mi localidad, ahora el micro sale 21 mil pesos; con el medio boleto, pago 10 mil pesos. Es decir, tendré que visitar menos a mi familia, lamentablemente”. La joven se refiere al incremento del 150 % del transporte interurbano que ya rige en la provincia.
Dio su opinión sobre el resto de los usuarios: “Creo que la gente que trabaja va a tener que caminar, o usar la bici, si quiere abaratar costos. Las bicis públicas son un muy buen servicio”, recomienda Julieta.
Laburantes
“Yo me muevo todo el día, por mi trabajo. Hago cuatro, seis viajes por día a veces. Pero no puedo parar, porque se frena mi laburo. Vivo en el norte de la ciudad, y tengo que venir al centro. Imposible caminar o hacer en bicicleta trayectos tan largos. Y sí, un boleto a 700 pesos va a impactar en mi economía doméstica”, narra Elvio, otro de los usuarios consultados.
“Tengo auto pero se me rompió, y ahora está en el mecánico. No sé cuánto me va a pasar de presupuesto… Con el agravante de que los sueldos, los ingresos familiares no suben: sube todo menos eso”, pone en contexto.
Y Marcelo aporta: “A mi edad, con 62 años, imaginate que no puedo andar en bici o caminando todo el día. Vivo al norte-norte de la ciudad. No tengo otra que el colectivo para moverme y llegar al trabajo”. Con dos viajes diarios (días hábiles), Marcelo gastará 28 mil pesos al mes, cuando el boleto cueste 700 pesos.
La recreación
Catalina esperaba su colectivo en la parada de Irigoyen Freyre y Av. Rivadavia, bajo el rayo del sol. Se quedó sin trabajo hace poco. Admite que no es usuaria frecuente, y que está ahí para tomarse una línea que la deje cerca de una plaza, para juntarse con amigas. “Pero pienso en el que tiene un laburo; casi 30 lucas por mes, es un montón”, dice la joven a El Litoral.
Asimismo, relata que una amiga suya, que vive en El Pozo, tendrá que pagar ese monto por mes para poder llegar a su trabajo (en el centro de la ciudad). “Ella cobra la hora mil pesos. A razón de dos viajes diarios (1.400 pesos), tiene que trabajar una hora y media sólo para cubrir su gasto de movilidad. Una locura”, advierte la chica.
“Creo que el que puede, no digo las personas mayores, ahora apuntará a usar la bici o ‘patear’, porque para una economía doméstica ajustada ya por la inflación, ‘bancar’ el costo tan elevado del colectivo se hará muy cuesta arriba”, concluye Catalina.