Lunes 19.8.2019
/Última actualización 10:05
Enfermarse hoy de leucemia ofrece un panorama —en términos de pronóstico de sobrevida y calidad de vida— completamente diferente al de algunas décadas atrás. Para algunos tipos de esta enfermedad, incluso hay posibilidades de cura cada vez más concretas. De estos importantes logros informó la Fundación para Combatir la Leucemia (Fundaleu) en el marco de una Academia para periodistas realizada en la ciudad de Buenos Aires, que contó con la disertación de dos médicos de la institución y el testimonio de una paciente.
El Dr. Miguel A. Pavlovsky (M.N. Nº 82.212), director médico y científico de Fundaleu, explicó: “Gracias a los avances científicos y al mejor conocimiento sobre estas enfermedades, hoy contamos con tratamientos altamente efectivos. Estamos ante un verdadero cambio de paradigma que consiste en reemplazar la quimioterapia por terapias dirigidas, que brindan mejores resultados y permiten que los pacientes vivan más y mejor”.
Como se desconocen aún las causas que la originan, la leucemia no puede prevenirse, pero su detección a tiempo y, en determinados casos, el inicio inmediato del abordaje terapéutico adecuado, pueden marcar la diferencia en el pronóstico de vida de los pacientes.
Los especialistas de Fundaleu explicaron que actualmente varios tipos de leucemia pueden controlarse, frenarse y, en ocasiones, curarse. Para otros, el abordaje todavía es un gran desafío para la medicina. En los últimos años se han logrado avances revolucionarios tanto para leucemias crónicas, de lenta evolución, como para las agudas, que progresan en pocas semanas.
La quimioterapia ha sido la principal aliada en el tratamiento de estas enfermedades oncohematológicas, siempre con el trasplante de médula ósea como opción curativa más concreta para las leucemias agudas, aunque éste no está indicado para todos los pacientes. Hoy el abanico de tratamientos incluye también terapias dirigidas con mucha menor toxicidad. Hay además otras prometedoras líneas de tratamiento en investigación.
Leucemias crónicas y agudas
“Ante una leucemia crónica, el objetivo terapéutico en la actualidad es lograr respuestas completas, duraderas y con baja incidencia de efectos adversos. Podremos lograrlo contando con terapias dirigidas, que actúan a nivel de encimas y proteínas que intervienen en el desarrollo de esta enfermedad. La adecuada adherencia al tratamiento por parte del paciente es muy importante porque el cumplimento es una de las claves para lograr la eficacia buscada”, explicó el Dr. Pavlovsky.
El abordaje de estas leucemias se dirige cada vez más hacia la posibilidad de su control definitivo, logrando inclusive la suspensión del tratamiento. No obstante, algunos casos siguen siendo de difícil abordaje y plantean desafíos a la ciencia.
En el caso de la leucemia mieloide aguda, la Dra. Isolda Fernández (M.N. Nº 69.088), jefa del Servicio de Hematología de Fundaleu, explicó: “El tratamiento estándar es con quimioterapia intensiva. Para personas mayores o para aquellas que por distintos motivos puedan tenerla contraindicada, existen nuevas opciones que están mostrando resultados esperanzadores”.
Como en estos casos la enfermedad avanza súbitamente, el inicio inmediato del tratamiento representa un gran desafío para los sistemas de salud. Cada día que pasa cuenta y en algunos casos la urgencia no da margen. “Las leucemias agudas requieren internaciones prolongadas y en centros de alta complejidad que cuenten con personal especializado para realizar un diagnóstico certero, determinar la terapia más conveniente y realizar un manejo adecuado de las complicaciones asociadas”, remarcó Fernández.
La leucemia comienza con la producción descontrolada de células sanguíneas anormales en la médula ósea, lo que impide que células sanas se desarrollen y cumplan su función. Esto comienza a impactar en el organismo de distintas maneras. Según el tipo de célula sanguínea que se desarrolla en forma anómala y la progresión de la enfermedad, se clasifican los diferentes tipos de leucemia.
Los síntomas varían según el tipo y estadio de enfermedad, pero pueden incluir fiebre, escalofríos, sudoración nocturna, debilidad y fatiga, hematomas, sangrado de encías, agrandamiento del hígado o bazo, dolor óseo, palidez y la pérdida involuntaria de peso. Un análisis de sangre de rutina puede detectar una leucemia al evidenciar niveles anormales de glóbulos blancos, rojos y plaquetas. Los análisis de las células de la médula ósea determinan el tipo de enfermedad y estudios moleculares, el subtipo específico.
Según el Instituto Nacional del Cáncer, en nuestro país se diagnostican al año más de 2.900 casos de leucemia, el equivalente a un promedio de 8 por día. La leucemia mieloide aguda es la más común (36% de los casos) y la linfoblástica aguda es la más frecuente en menores de 8 años (11% del total). La linfocítica crónica representa el 30% de los casos de leucemia y la mieloide crónica, un 11,5%.
La quimioterapia ha sido la principal aliada en el tratamiento de estas enfermedades oncohematológicas. Pero hoy el abanico de tratamientos incluye también terapias dirigidas con mucha menor toxicidad. Hay además otras prometedoras líneas de tratamiento en investigación.
"La adecuada adherencia al tratamiento por parte del paciente es muy importante porque el cumplimento es una de las claves para lograr la eficacia buscada”, explicó el Dr. Pavlovsky.
Gentileza Fundaleu Daniela Mandriotti, ex paciente de leucemia mieloide aguda, se define como una sobreviviente .Daniela Mandriotti, ex paciente de leucemia mieloide aguda, se define como una “sobreviviente”.Foto: Gentileza Fundaleu
“Mi diagnóstico fue una gran puerta hacia una vida mejor”
Daniela Mandriotti (44) tiene dos hijos, es historiadora y gestora cultural. Como ex paciente de leucemia mieloide aguda, se define como una “sobreviviente”. Se anima a ofrecer su testimonio para concientizar sobre la importancia del diagnóstico precoz y de la donación de médula ósea, y así contribuir a salvar vidas.
Hace 10 años llegó a Fundaleu luego de meses de fiebre, infecciones y médicos. “Sentía miedo, pero puse lo mejor de mí y pregunté qué tenía que hacer. Estaba convencida de que el hacer, el movimiento, es lo contrario a la quietud de la muerte”.
Durante el tratamiento no temía morirse, la angustiaba no estar con sus hijos. La psicóloga del equipo de Fundaleu le sugirió focalizar sus energías en volver a verlos. Fue entonces cuando pidió una computadora, prometió no googlear nada referido a su enfermedad, y se puso a organizar un viaje en familia para cuando se curara.
Tras internaciones con quimioterapia, manejo de infecciones y un autotransplante de médula ósea, logró salir adelante. “Mi diagnóstico parecía una sentencia de muerte, pero se convirtió en una gran puerta hacia una vida mejor. Muchas otras personas tuvieron leucemia y luego estudiaron, viajaron, tuvieron hijos y llenaron su vida de proyectos”.