Domingo 11.10.2020
/Última actualización 18:44
Desandar los senderos de La Boca, en Alto Verde, es internarse en un ambiente puro y colmado de diversidad de especies. El 2020 es un año marcado no sólo por la pandemia de Covid-19, sino por el impacto ambiental que se generó por las cuantiosas quemas de pastizales que se reportaron a lo largo y ancho de las islas que nutren la Cuenca del Paraná, es por eso que caminar por un ambiente casi inmaculado no es poca cosa y se valora cada vez más a las reservas ecológicas que están a escasos kilómetros del casco urbano de la capital santafesina.
Un equipo de El Litoral visitó la zona natural y la Escuela nº 645 Martín Jacobo Thompson de La Boca, ubicada dentro del predio. Allí, el ingeniero agrónomo Carlos Pacheco, director de la institución educativa que se especializa en acuicultura y piscicultura reflejó sus sensaciones por la visita de diversas especies. "Se ha incrementado la cantidad de aves que antes no eran tantas y ahora hay diversidad, producto de que ven un lugar para salvaguardarse y cumplir su ciclo biológico tranquilas, ese es el sentido, ir en esta línea de trabajo educativo", comentó.
Al mismo tiempo precisó que para seguir adelante con esta idea necesitan el apoyo tanto del gobierno Provincial como Nacional. "Necesitamos gente que esté de forma permanente; nos falta el personal humano para que pueda cuidar, en turnos rotativos, las 24 horas y también recibir a gente que llega los fines de semana", indicó Pacheco.
Biodiversidad en su esplendor por la bajante
La bióloga Alba Imhof, miembro del Programa Ambiente y Sociedad de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), comentó cómo fue su acercamiento a la Escuela 645. "Nos acercamos a la zona de La Boca y descubrimos un lugar maravilloso", valoró la especialista y mencionó que varios espacios son áreas inundables que por la bajante extraordinaria del Paraná ahora pueden caminarse.
Imhof hizo referencia al bajo nivel hidrométrico que persiste en la región litoral desde hace siete meses y analizó que "las bajantes y las crecidas son pulsos naturales del río. Muchas veces lo vemos como malos porque nos parece que la naturaleza está sufriendo la falta de agua, pero en realidad hay cierta biodiversidad que está en su esplendor como las aves acuáticas".
Esta biodiversidad que encontró en La Boca un lugar adecuado para habitar por un tiempo tiene su explicación. "El agua en todo el sistema está muy baja y en esta laguna en particular se juntan muchas especies de aves acuáticas porque es fácil la alimentación, ya que el fondo donde están los vegetales e insectos están muy cerca y a disposición", comentó Imhof. Además, destacó la aparición de especies poco comunes en esta zona como por ejemplo los flamencos, que se caracterizan por habitar en lugares salinos, pero la poca profundidad "hicieron que las sales en esta laguna se hayan concentrado y seguramente es un lugar ideal para los flamencos en estos momentos", analizó.
Entre otras especies de aves acuáticas, poco avistadas, se pudo registrar en la recorrida a gansos coscoroba, una gran cantidad de aves playeras, golondrinas y también patos, que están en el sistema justamente por la bajante que beneficia su alimentación. "Muchas de estas especies son migrantes locales que se mueven de un lugar a otro según la disponibilidad de alimento y un ambiente acorde, que se da en estos momentos porque no hay gente en la escuela", señaló Imhof.
La reserva natural de Alto Verde
"Muchas de estas especies son migrantes locales que se mueven de un lugar a otro según la disponibilidad de alimento y un ambiente acorde". Alba Imhof. Bióloga
Fernando Nicola (Drone) La escuela agrotécnica nº 645 se emplaza en un entorno natural inmejorable.La escuela agrotécnica nº 645 se emplaza en un entorno natural inmejorable.Foto: Fernando Nicola (Drone)
Educar en un contexto diferente
La situación pandémica imposibilitó el dictado de clases en la escuela agrotécnica de La Boca, su director recordó cómo era un día corriente para los estudiantes. "Por la mañana se daban clases teóricas y generalmente por la tarde salimos a recorrer la reserva para que los chicos hagan identificación de los organismos que crecen y así puedan ver su ciclo biológico", indicó el ingeniero agrónomo.
La sensación de tranquilidad y de sentirse inmerso en un ambiente natural, es algo que Pacheco resalta y admira: "Cuando salimos de la escuela lo que vemos es una transición de lo que es un bosque nativo y a medida que vas descendiendo en el terreno te encontrás con matorrales y arbustos, hasta llegar a un lugar de hierbas acuáticas y aves del ecosistema de lagunas. Uno siente paz interior al recorrer este lugar".
Para seguir educando y preservando las especies que eligen la reserva, desde la Escuela 645 trabajan en documentar todo lo que pasa en el predio. "Hace tiempo venimos trabajando en la digitalización de las imágenes y haciendo un banco de datos de toda la flora y fauna nativa, la idea es seguir trabajando en esta línea para documentar y darle contenido científico", concluyó el director.