Las imágenes impactantes de la laguna Setúbal con muy poca agua y su fondo lagunar al descubierto en grandes proporciones, no dejan de asombrar a los santafesinos al observar este paisaje que hace más de medio siglo no se veía de esa forma.
Desde el año pasado biguás, gaviotas de capucho gris y gallaretas eligen el espejo de agua santafesino para alimentarse y pernoctar. Con arroyos y lagunas secas por el prolongado estiaje la laguna recibe a grandes bandadas.
Las imágenes impactantes de la laguna Setúbal con muy poca agua y su fondo lagunar al descubierto en grandes proporciones, no dejan de asombrar a los santafesinos al observar este paisaje que hace más de medio siglo no se veía de esa forma.
Pero el poco nivel de agua no es lo único que llama la atención. Una amplia biodiversidad de aves acuáticas, que en algunos casos habitaban en lagunas o arroyos pequeños hoy sin agua a causa de la bajante histórica, llegan a la Setúbal en búsqueda de alimentos y un lugar tranquilo para pernoctar y reproducirse.
En los pilotes por donde antes cruzaba la aerosilla, se posa una bandada numerosa de biguás (Phalacrocorax brasilianus). Estas aves de plumaje negro, son de la familia de los Cormoranes (Phalacrocoraciidae) y se caracterizan por ser una especie monógama, es decir que la hembra se reproduce con un solo macho.
"Son muy abundantes en los humedales de la zona", indicó Rodrigo Lorenzón, Licenciado en Biodiversidad y Doctor en Ciencias Biológicas del Instituto Nacional de Limnologia (INALI-UNL-CONICET), en diálogo con El Litoral. Los biguás se alimentan de peces, anfibios y otros invertebrados pequeños. Además, se lo puede contemplar compartiendo colonias con otras aves como garzas, espátulas y gaviotas.
"Están siempre en grupos, incluso nidifican en árboles en colonias, con un nido cerca del otro. Se juntan muchos individuos para pernoctar, se ubican todos juntos sobre árboles. En algunos casos se han visto congregaciones de miles de individuos", comentó Lorenzón y agregó que se trata de una especie "residente, están todo el año en nuestra región y se mueven entre lagunas según como van fluctuando las condiciones (agua, peces)".
Las pocas posibilidades de navegar la laguna en alguna embarcación hacen que el territorio permanezca tranquilo y haya poca perturbación para las aves que nadan y se posan en el lecho lagunar plácidamente.
El Dr. en Ciencias Biológicas también distinguió la presencia de gaviotas de capucho gris, gallaretas, y los macá grande (Podiceps major); "se concentran en la laguna durante el invierno", comentó Lorenzón.
El macá grande es una especie que se caracteriza por su cuello largo, de un color castaño rojizo en los costados y por delante, y negro por detrás. Se lo reconoce como un "zambullidor grande con un pico largo en forma de daga. El rostro es gris pálido en la época no reproductiva. Habita grandes áreas abiertas con agua, incluyendo ríos grandes y lagunas costeras. Fuera de la temporada de reproducción se puede encontrar en los estuarios y en la costa", detalla eBird, el sitio especializado en aves.
Este mismo sitio destaca que en el Departamento La Capital se registran más de 285 especies de las casi 420 que tiene la provincia de Santa Fe. En una nota con El Litoral durante el 2020, el ornitólogo Pablo Capovilla estimó que en la laguna y sus alrededores "podemos encontrar el 70 por ciento de las especies del Departamento. Ello depende de la época del año y del nivel de agua. Y con esta bajante se pueden ver otro tipo de aves distintas a las que se ven cuando la laguna está en su nivel normal de agua", resaltó.