“No se espera una recuperación en las próximas semanas”, con esa frase el Instituto Nacional del Agua reafirma el desalentador panorama en relación al Río Paraná y el proceso de bajante extrema que atraviesa.
Así lo prevé el INA en sus proyecciones de esta semana. El nivel de este sábado se mantuvo en 20 cm por debajo del cero.
“No se espera una recuperación en las próximas semanas”, con esa frase el Instituto Nacional del Agua reafirma el desalentador panorama en relación al Río Paraná y el proceso de bajante extrema que atraviesa.
En el puerto de la ciudad de Santa Fe, el nivel registrado por Prefectura Naval Argentina se mantiene desde las últimas 48 horas en - 0,20 mts. Es decir, recuperó apenas dos centímetros luego de tocar la marca más baja desde 1945: 22 cm por debajo del cero.
Al mediodía del 13 de enero, el río llegó a ese récord en el marco del proceso de estiaje que comenzó a fines de 2021 y se acentuó en los primeros días de 2022. En perspectiva, el 14 de diciembre el nivel fue de un metro en el puerto santafesino. 10 días después, ya medía la mitad: 50 cm. Para el 1 de enero descendió a 19 cm y desde entonces perforó el cero.
Así las cosas, en el último informe del INA (12 de enero) se actualizaron las proyecciones para las próximas semanas en los puertos de la región.
Para la ciudad de Santa Fe se espera que descienda a 25 cm por debajo del cero para el 18 de enero. Mientras que para el 25 de este se prevé un nivel de - 0,26 mts.
El fenómeno de ríos bajos que atraviesa la región (además del Paraná, el Río Salado también presenta poca agua, 11 cm en Santo Tomé según los registros oficiales), generó que lagunas emblemáticas se sequen o queden reducidas a su mínima expresión.
Es el caso de la Setúbal en la capital santafesina, la Juan de Garay en Santo Tomé, la de Paiva en la localidad homónima y la Añapiré en Campo Andino.
El Litoral hizo sendas recorridas por el lugar y captó imágenes históricas y, a su vez, preocupantes de estos espejos de agua precisamente, casi sin agua.