Ana Laura Schneider / Juan Ignacio Rodríguez
La nueva disposición de la provincia de Santa Fe generó reacciones a favor y en contra. Sin circulación del virus y con 412 casos confirmados en una semana el tapabocas dejó de ser obligatorio en lugares cerrados.
Ana Laura Schneider / Juan Ignacio Rodríguez
Una semana atrás el gobierno provincial- asesorado por el comité de expertos que lo acompaña desde hace más de dos años- tomó la decisión de eliminar la obligatoriedad del uso del barbijo en lugares cerrados con argumentos como la baja cifra de contagios, la reducción de la positividad y el crecimiento en la cantidad de personas con segundas y terceras dosis de vacunas contra el coronavirus.
El decreto incluye a las instituciones educativas de toda la provincia y en particular a las de la ciudad de Santa Fe donde un equipo de El Litoral consultó para saber la opinión de docentes, directivos y estudiantes.
"Una vez que llega el Decreto provincial, y luego la disposición del Ministerio de Educación donde se recomienda que vuelve a quedar en nosotros la decisión de continuar o no con el uso del barbijo, hemos decidido que cada docente tome su propio criterio para que pueda manejar la autonomía de las aulas de acuerdo a la actividad que se está realizando, al contacto que van a tener, a la distancia que van a mantener", explicó Claudia Bossio, directora del complejo educativo Jerárquicos.
Bajo ese precepto, en esa institución en particular se encuentran en una etapa de flexibilización “donde si se recorre la escuela se encuentran alumnos con y sin barbijos, docentes con y sin tapabocas para saber aprovecharlo pedagógicamente en el momento oportuno y recuperar el lugar de cuidado que tiene que tener el barbijo en momento de más acercamiento, de trabajos grupales donde hay alumnos en las mismas mesas, donde el docente se acerca a darle la explicación al niño, es decir con muchísimo cuidado”, añadió la docente.
En ese sentido, agregó que “uno de los reclamos de los docentes es poder hablar a los alumnos sin usar el barbijo porque la comunicación se basa en muchos códigos, uno es el lingüístico pero lo gestual también tiene mucho que ver y el tapabocas ha sido una barrera en el lenguaje y así lo hemos visto”.
Por su parte, Iosef Muller, director de la escuela Remedios de Escalada, consideró que "hay lugares que son muy cerrados y amerita el barbijo y otros lugares donde no, como el recreo donde se va relajando. Uno cumple la normativa y hay especialistas que lo han determinado de esta forma, pero en la comunidad teníamos opiniones encontradas respecto de que se acerca el invierno, el tema del resfrío y la gripe, y el barbijo tiende a ser una barrera, nos parece que ahí está la opción de recomendado y uno lo tendría que seguir usando. Todos estaban esperando que esta determinación se tomara luego del invierno porque ya nos costaba mucho mantener el barbijo dentro de la escuela y al ser recomendado ya no lo usa nadie".
En otro orden, desde el IES, su directora Yanina Primón, sostuvo que “acá en el colegio quien quiere lo usa y quien quiere no y está todo bien. Tratamos de recomendar que si están resfriados o un poco congestionados lo usen para evitar los contagios masivos, que son sobre todo de las enfermedades respiratorias”.
Qué dicen los chicos
Estudiantes de las tres instituciones también opinaron respecto de si es recomendable usar o no el tapabocas.
"Lo más recomendable es que usemos el barbijo todavía. Te cansa usarlo porque estamos desde las 6 de la mañana hasta las 6 de la tarde y es cansador, pero lo más recomendable es seguir usándolo", afirmó Marcos Gorostidi, de la escuela Remedios de Escalada. Su compañero Nicolás Reynoso agregó que "sería bueno seguir usándolo por las dudas, para que no volvamos a tener Covid. Yo tengo la segunda dosis, ya me llegó el turno para la tercera así que creo que hay que seguir usándolo".
Martina Saurín, estudiante de Jerárquicos, dijo que le “parece que es importante también el uso del barbijo pero esta oportunidad hay que aprovecharla, cuando estamos todos juntos y cerca usarlo pero cuando estamos a más de dos metros que es la distancia recomendada poder bajarlo. Algunos lo usan, otros no”.
Sofía Graf Ronchi, alumna del IES, consideró que “hay que seguir usándolo, por ahí uno se sofoca, nos lo bajamos un segundo y después lo vuelvo a poner, en verano sobre todo pero ahora en invierno que nos resfriamos más, yo me lo dejo puesto. Casi todos están con barbijos. De todas formas tengo en mi cartuchera un frasquito de alcohol y sigo con todas las medias de siempre, tengo barbijos de repuesto en mi mochila y, por ejemplo, cuando tenemos que hablar nos lo bajamos para que se escuche bien”, cerró.