Gastón Neffen
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Los santafesinos que tienen menos de 33 años nunca pudieron probar el café con crema del antiguo Gran Doria, una de los bares que a principios de los 60’ revolucionó el consumo de café en Santa Fe con su especialidad a la italiana: un expreso que se preparaba con La Pavoni, una máquina que se importó de Milán (Italia).
El Gran Doria cerró en 1978, en la esquina de la peatonal San Martín y Mendoza, donde hoy funciona un nuevo bar que recuperó su nombre. Pero aquellos que quieran saber cómo era el sabor original de ese café todavía tienen una oportunidad para probarlo.
Por calle Mendoza, a metros de la peatonal, en un rincón de un negocio que se llama Todo Termo, Bruno Toniolo -el antiguo dueño del Gran Doria- aún vende café recién molido marca Caxambú, el mismo que utilizaba para preparar los 2.000 cafés que se vendían por día en los años de apogeo del Gran Doria, que se inauguró en agosto de 1960.
“Fue una época maravillosa”, dice una y otra vez Toniolo, con nostalgia, en diálogo con El Litoral. Bruno recuerda el furor de los comienzos, de la mano de la moda del café a la italiana, la locura de los chicos con la máquina de los helados y la infaltable mesa de “los tuercas” cada tarde. “Se sentaban y hablaban horas de automovilismo”, cuenta. También se acuerda de la pasión por el whisky. “Vendíamos entre 15 y 30 botellas por día”, precisa.
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