El Litoral
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Contaron siete robos en seis horas y a manos del mismo grupo de personas. Los vecinos señalan a los asentamientos cercanos al barrio.
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Un grupo de vecinos de barrio El Pozo se manifestará hoy a las 18 a la Sub Comisaría 7ma. del barrio para pedir más seguridad. Los motiva el raid delictivo que dos hombres y un nene de 11 años protagonizaron ayer, desde la madrugada y hasta el mediodía.
“Siete robos en seis horas” detallaron Graciela Díaz y su esposo Aldo, comerciantes del barrio.
El reclamo se basa en la demora de las fuerzas de seguridad. Según su relato, un comerciante redujo a uno de los hombres al hallarlo in fraganti dentro de su negocio; y los vecinos corrieron al nene hasta alcanzarlo en la plaza de la Manzana 3.
“Por suerte intervino un policía que pasaba en moto, porque los vecinos estaban enfurecidos y en su enojo habían perdido la dimensión de que es solamente un nene”, destacó Sandra Flores, otra vecina.
Durante la tarde, los vecinos se reunieron con el nuevo comisario de la Sub 7ma, que tomó el cargo hace dos días. “Nos dijo que tiene sólo un móvil y que le falta personal, y encima brinda apoyo a los operativos de Alto Verde, cuando nosotros necesitamos una respuesta ágil y más patrullaje”, destacó Flores, quien hace 27 años vive en la Manzana 3.
“Por mucho tiempo, El Pozo fue como una pequeña isla: al estar bastante aislados del resto de la ciudad mantuvimos la costumbre de sentarnos en la puerta, de ser un barrio tranquilo, pero hoy no escapamos a la realidad del resto de los barrios de Santa Fe”, agregó la vecina.
Viernes delictivo
Graciela y Aldo llamaron al Servicio de Emergencias 911 ayer, a las 5, cuando los despertó un ruido en la puerta. Estaban intentando abrirla, ya habían quitado la reja y desmontado la metálica.
“Cuando abrimos el chiquito escapó, pero los dos hombres que estaban parados detrás se excusaron diciendo que no tenían nada que ver y se alejaron tranquilos”, relató Graciela. Llamaron cinco veces al 911 y tres veces a la Sub 7ma., pero el patrullero llegó a las 6.20 cuando Aldo y Graciela habían vuelto a sus camas.
Al alba, el cuadro fue más completo. Durante la madrugada robaron en la panadería Los Dos Chinos y en la heladería Grido del centro comercial de El Pozo; e intentaron robar en un negocio de indumentaria pero fueron descubiertos por el dueño que vive junto al negocio. “El señor escuchó que rompían un vidrio y alcanzaron a escapar, eran los mismos tres que vimos en casa”, dijo Aldo.
Cuando el grupo reapareció al mediodía, en el supermercado en la entrada al barrio, el comerciante redujo a uno de los hombres, y el otro adulto y el nene escaparon. “En esa corrida, el nene le arrebata el celular a una señora y la billetera a otra que empezó a gritar, los vecinos lo corrieron y alcanzaron en la plaza”, agregó Sandra.
Buscan respuestas
Más allá del disgusto por el raid delictivo, en el barrio se habla de un sabor amargo: reconocieron al nene y a los dos hombres como clientes frecuentes de los comercios que robaron. Desde allí, apuntan a los dos asentamientos que se desarrollaron en el barrio y que vieron crecer en los últimos meses.
Están ubicados en el extremo este de El Pozo, sobre calle Guillermo Estévez Boero. Uno de ellos es la llamada “Manzana 21”, a orillas de la Laguna y junto a la parada del colectivo. El otro está al sur, en las inmediaciones del aliviador de la Ruta 168.
“Las condiciones en las que están viviendo, con falta de opciones, hacen que muchos apelen a los robos como alternativa”, destacó la pareja.
“No queremos que se haga caza de brujas, porque mucha de esa gente trabaja honestamente. Pedir solamente policía no es la solución: también necesitamos respuestas desde la asistencia social para las familias que viven en estos asentamientos; que se ocupe quien se tiene que encargar porque estos son los verdaderos problemas de Santa Fe y no los eventos”, agregó Sandra Flores.